Secuelas del temporal

Así sobrevivió a Filomena el árbol más viejo del Retiro

El Ahuehuete, especie centenaria, y cuya datación es objeto de debate, apenas sufrió daños durante el temporal. Sus hojas, muy finas y persistentes, acumularon poca nieve

El Retiro y otros ocho parques se enfrentan a restricciones por viento fuerte
El Retiro y otros ocho parques se enfrentan a restricciones por viento fuerteAlberto R. RoldánLa Razón

Por desgracia, los árboles no hablan. Si así fuera, el Ahuehuete del Retiro tendría una fantástica entrevista. En primer lugar, y sin ánimo de ser indiscretos, le preguntaríamos su edad: según algunos, su plantación data de 1633, lo que le convertiría en el más antiguo de la ciudad de Madrid, al menos de su casco urbano; según otros, habría que avanzar hasta el XIX para encontrar su origen. Pero, si nos atenemos a la actualidad, y más concretamente a los estragos causados por Filomena, la primera pregunta solo podría ser una: ¿cómo ha hecho usted para soportar de manera estoica la peor nevada que ha caído en Madrid en más de un siglo? Así ha sido: bien con más de 300 años a sus espaldas, bien con más de cien, el Ahuehuete del parterre del Retiro, de unos 25 metros de altura, ha salido prácticamente ileso del desastre que, entre otras muchas cosas, ha obligado a cerrar el parque.

Como explica a LA RAZÓN, Santiago Soria, subdirector general de Parques y Viveros del Ayuntamiento de Madrid, dependiente del Área de Movilidad y Medio Ambiente, «curiosamente», el Ahuehuete se encuentra en muy buen estado. «Y es curioso porque es un árbol de hoja perenne, las tiene todo el año, pero las mantiene muy secas al final, justo cuando va a sacar las nuevas», afirma a este diario.

Desde el Consistorio «estábamos muy preocupados», añade. «Es un árbol muy viejo, con esa pudrición que siempre aparece cuando ha desmochado el árbol. Y, por tanto, los cimales no tienen una sujeción especialmente buena. Podría haber sido catastrófico. Quizá no matarlo, pero si hubieran caído diez u once ramas habría sido una desgracia. Sin embargo, el temporal no ha supuesto la pérdida de ninguna rama importante. No ha sufrido ningún daño grave ni ha visto modificada su estructura».

La pregunta, entonces, es: ¿cómo ha sido posible? Soria cree que le ha podido beneficiar el hecho de que se trate de un árbol de «hojas acículas», muy finas pero muy persistentes, «que han hecho que se acumule poca nieve. Y la suerte es que, a pesar de que el tronco está desmochado a determinada altura, salen del mismo unas ramas muy verticales. Y casi todas han aguantado muy bien».

Por desgracia, el caso del Ahuehuete es una excepción dentro del gran parque de la capital. Actualmente, los técnicos están evaluando la situación. «Nos hemos encontrado con un absoluto desastre», asegura Soria. «Pero es un desastre en gran parte remediable. No supone el fin del Retiro, ni vamos a tardar cien años en volver a tenerlo bonito. Han sido unos daños tremendos, pero gran parte del arbolado se va a salvar y, en pocos años, no se va a notar. En otros sí que será más perceptible: algunos pinos lucirán una copa menos frondosa», señala. Así, durante estas semanas, Parques y Viveros realizará un detallado estudio de los daños para, además de «reponer y rejuvenecer» el arbolado, también estar preparados por si, alguna vez, vuelve a producirse un evento similar a Filomena.

Según Soria, todo este periodo de evaluación se prolongará alrededor de un mes. «Es posible que no tengamos que tener el parque cien por cien cerrado durante todo ese tiempo. Puede que se vayan abriendo pequeñas zonas, o zonas de uso intensivo donde veamos que la peligrosidad es nula».

Que el Ahuehuete es un tesoro es algo indiscutible. Sin embargo, su datación sí que constituye un aspecto infinitamente más en entredicho. «Sí es posiblemente de los más viejos de la ciudad», dice Soria. «Pero hay mucha discusión sobre si es el más antiguo», añade. Desde luego, el árbol, catalogado como «especie singular» por la Comunidad de Madrid, no es el más vetusto de la región. El responsable de Parques y Viveros afirma que, en el monte del Pardo, «podemos encontrar encinas de entre 600 y 700 años». Además, en la Sierra de Guadarrama, concretamente en la zona alta del Valle de Lozoya, puede visitarse un tejo de entre 1.500 y 2.000 años. De hecho, éste sería el ser vivo más antiguo de toda nuestra región.

El Ahuehuete podría proceder de las semillas enviadas por el obispo de Oaxaca (México) y que sirvieron para inaugurar una parte del Real Sitio del Buen Retiro, en el siglo XVII. Ahora bien, si así fuera, ¿cómo sobrevivió a las talas masivas que llevaron a cabo los franceses durante la ocupación, tras la Guerra de Independencia? Porque sabido es que los invasores arrasaron con buena parte del arbolado y, después lo repoblaron con especies de su país... En todo caso, sí podríamos estar ante el árbol más viejo del Retiro o incluso del núcleo urbano de Madrid. Y, además, «programado» para vivir al menos 500 años.