El Madrid de..

Miguel Poveda: “Mi hijo me ha especializado en dinosaurios y planetas”

Ofrecerá un concierto en el Teatro Coliseum el próximo 10 de abril. ¿Les falta flamenco a los políticos? Poveda lo tiene claro: “Les hace falta sensibilidad. Lo siento así yo y millones de españoles”

El cantaor Miguel Poveda
El cantaor Miguel PovedaCONNIE G. SANTOSCONNIE G. SANTOS

El Madrid de Miguel Poveda es el de Federico García Lorca, el lugar en el que tenía puestos sus vivaces ojos, y al que recuerdan sus calles, teatros e historia de la ciudad.

Ese Madrid le hace sentirse «enlorquecido», «cada día» porque si transita por la capital «sigo viendo a Federico». Dice que está en muchos lugares: por la Gran Vía, por Atocha y por Cibeles «le veo en esa típica fotografía con ella detrás». «Es un estado que no se me quita». Ahora subraya y repasa poemas de Juan Ramón Jiménez o Luis Cernuda a los que en un tiempo no lejano le gustaría recitar con su música.

Para el cantaor, Madrid es el lugar de las «mil etapas» de su vida: el de los triunfos, de los lugares donde ha hecho las cosas más importantes de su carrera, donde llenó las Ventas por sus 25 años de carrera...

El 10 de abril estará en el Teatro Coliseum de Madrid con una diversidad musical que va desde el tango al Flamenco más tradicional. La pandemia, para él, ha hecho que este se convierta en algo «más emocionante por recuperar un poco la vida». «Es volver a tener contacto con tu gente, tu público. Tengo muchas ganas». Además, subraya que ese día «voy a adelantar alguna de las cosas que estoy grabando antes de que salgan».

Dice que ahora, ha vuelto a sentir que el tiempo «vuelve a coger velocidad» después del parón del planeta por la crisis del coronavirus. «Nos vino bien para la reflexión, para el autoanálisis. Para dedicarle tiempo a lo que nunca se tiene tiempo». Ahora, que la prisa parece que empieza a mandar en el reloj, Miguel Poveda afirma que, a veces, quiere ralentizarlo, como cuando lo cantaba Lucho Gatica. «Saborear cada segundo y vivir mucho el ahora».

Cataluña es su tierra, su casa y sus raíces. «Me sugiere tantas cosas bonitas... Me da lástima todo lo que pasa no solo en Cataluña sino a nivel nacional». Se siente «embrujado» por su hijo, que en abril cumplirá seis años, y le ha llevado a hacer casi un máster del universo.

–¿España tiene duende?

–«Muchísimo». Creo que deberíamos potenciarlo más y poner más las energías en esa diversidad cultural que tenemos porque ahí somos únicos en Europa y en el mundo.

–¿Es de los que discute por soleares?

–(Risas). No, yo discuto en castellano puro y duro, me castellanizo mucho cuando me enfado. Quizá sería una queja y una pelea más amable por soleares, siempre con música todo es más conciliador.

–¿Cree que a la política le falta flamenco?

–Le hace falta sensibilidad. Lo siento así, y lo sienten millones de españoles.

–¿Ha conversado alguna vez con Rufián sobre flamenco?

– No, yo creo que los políticos andan en otras tareas, es una lástima. No tengo ninguna conversación de música con ningún político, de todas formas, de lo que deberían preocuparse es de la sociedad y de la salud que buena falta nos hace. Es verdad que si lo hicieran con música se les activaría la sensibilidad un poquito más y nos tendrían más en cuenta.

–Cantó al «Viento del Este». ¿Tiene algo qué decirle a la bruja del Oeste?

–No, yo le quiero cantar al mundo entero, a brujas, brujos y todo aquel que tengan oídos. Creo que la música sana hasta la maldad que tienen las personas.

–¿A su hijo le ha enseñado ya a cantar?

–No, ahora está obsesionado con el mundo dinosaurio y con el tema de los planetas, astros, sistema solar... A mí siempre me ha gustado, pero ya estoy especializado. Seguimos la llegada a Marte y eso fue para él todo un acontecimiento. Estoy viendo al lado de él una pureza tan bonita, que ahí me detengo.

–¿Cuál es la pregunta más difícil que le ha hecho?

–Cuando vio la imagen en la tele de la rodilla en el cuello de George Floyd. Le impactó mucho y me hizo muchas preguntas y le he hablado mucho sobre el racismo, sobre el ser humano, por qué alguna gente es mala.

–¿Cuál es su fórmula para emocionar?

–Con tu verdad más absoluta, sin filtros, sin nada, con el alma abierto de par en par. El 80% que va a verte se va a identificar contigo, porque tenemos las mismas preocupaciones medio mundo, pero hay que contarlas desde la verdad. Sin impostura.

–¿Mantiene su gran amistad con Albert Rivera?

– Lo de gran amistad no me atrevería a decirlo de alguien que he visto cuatro veces en un camerino. He compartido con él buenos momentos, me cae muy bien, me llevo muy bien, pero hace mucho tiempo que ni hablamos ni le veo. Pero en mi camerino recibo a gente de todas las ideologías, y siempre lo haré.

Los imprescindibles de Miguel

Residencia de Estudiantes. «Allí estudió Federico y toda una generación del 27». En la Residencia de Estudiantes de Madrid, el «Oxford madrileño» cristalizó la revolución pedagógica inspirada en la Institución Libre de Enseñanza. Fundada en 1910 por la Junta para Ampliación de Estudios en ella se forjó la Generación del 27 esa a la que el cantante recuerda porque allí «es donde estudió Federico García Lorca» y toda una generación de poetas a los que ahora Poveda pone música. También coincidieron entonces Salvador Dalí, Emilio Prados, Luis Buñuel o Pepín Bello.
El Retiro. «Me encanta y siempre que puedo voy a visitarlo». El Parque de El Retiro, es considerado como una de las principales atracciones turísticas de la ciudad. Alberga numerosos conjuntos arquitectónicos, escultóricos y paisajísticos de los siglos XVII a XXI. Poveda destaca sus jardines como uno de los sitios que «me encantan» y trata de pasear por ellos siempre que puede y pasa por la ciudad. Y es que el parque es de grandes dimensiones, con 118 hectáreas de manera que un paseo completo por el mismo se puede alargar dos o tres horas sin detenerse demasiado tiempo.
El Museo Reina Sofía. «Tiene mucho dinamismo, está muy vivo». Situado en la Calle de Santa Isabel, 52, el museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía es uno de los lugares que favoritos de Poveda. «Me gusta mucho por la variedad de exposiciones que hay en él. Ahí está el Guernica», adquirido a Picasso por el Estado español en 1937, aunque no regresaría hasta 1981. Poveda destaca que «hace poco fui a ver una exposición de Mondrian: me encantó. Es un museo lleno de variedad, de dinamismo. Es un lugar que está muy vivo».