Manifestaciones en Madrid
Un año de las protestas de Núñez de Balboa: los primeros madrileños que gritaron «libertad»
En mayo de 2020, centenares de residentes del barrio de Salamanca alzaron la voz contra el Gobierno
Parece que hace mucho más tiempo. Incluso sus propios protagonistas se sorprenden cuando caen en que solo ha transcurrido un año. Sin embargo, fueron los primeros madrileños que gritaron «libertad». Mucho antes de que a Isabel Díaz Ayuso se le pasara por la cabeza llamarnos a las urnas bajo el lema electoral más recordado de los últimos años. Al menos un par de sílabas de ese eslogan pertenecen a los vecinos de la madrileña calle de Núñez de Balboa.
En mayo de 2020, la noticia estaba en el barrio de Salamanca. Y la Policía Nacional también. Un despliegue de decenas de agentes vigilaba estrechamente a la «resistencia»: centenares de vecinos que, a última hora de la tarde, aprovechando el escaso tiempo permitido por el toque de queda, salían a la calle para manifestar su descontento con el Gobierno de Pedro Sánchez. Eran tiempos de caceroladas y gritos de protesta.
«Fueron días muy intensos. Leíamos nuestro manifiesto, íbamos con el megáfono... No podíamos superar un kilómetro a la redonda de nuestras casas decían que si estábamos», recuerda para LA RAZÓN Joaquín Ariza. Prejubilado del sector bancario, Joaquín no solo fue uno de los líderes de aquellas protestas; fue casi su inspiración.
Su imagen se viralizó en redes sociales. En el vídeo, tomado el domingo 10 de mayo, Joaquín, con gorra roja, y recién salido de una farmacia, aparecía levantando las manos frente a un policía que le pedía su documentación. Decenas de agentes habían tomado la calle Núñez de Balboa. En principio, su presencia se debía a una fiesta clandestina en un piso. Tanto Joaquín, que fue identificado por las autoridades, como el resto de vecinos pensaron que aquella presión policial en el barrio era excesiva. Así nació la «resistencia». «Decían que si estábamos organizados, que si había alguien detrás... Éramos un grupo de vecinos que estábamos hasta las narices. Llevábamos encerrados desde marzo, con miedo por un lado, pero también por el control al que nos tenían sometidos. Era algo que sobrepasaba la crisis sanitaria», señala Joaquín.
Sus manifestaciones diarias tuvieron eco más allá de Madrid: Valladolid, Oviedo, Sevilla o Zaragoza también tuvieron «su» Núñez de Balboa. «Se puede decir que fuimos pioneros. Los vecinos entendíamos que había una crisis sanitaria, pero el Gobierno estaba yendo demasiado lejos. Ahora, un año después, esas protestas se han convertido en un bofetón al Gobierno, no solo por su gestión de la pandemia, sino por el recorte de libertades».
El «bofetón» al que alude Joaquín no es otro que el 4-M, las elecciones en las que los madrileños han expresado su rechazo al «sanchismo». «Ayuso ha entendido lo que nos ocurrió en su momento: reconoce que la pandemia es grave, pero gestionarse sin culpar constantemente a los ciudadanos y machacarlos, teniéndolos en casa como si fueran niños pequeños. ¿Para qué quiero un Gobierno? ¿Para que me encierre en casa? ¿O para que gestione una crisis económica?», se pregunta.
Por eso, Joaquín cree que, en los próximos meses, veremos otros «Núñez de Balboa». «Sí, puede repetirse. Pero con distinta iniciativa. La crisis sanitaria acabará solucionada, pero contamos con entre 600.000 y 700.000 parados más, caídas de negocio brutales, más familias sin ingresos, la morosidad aumentará... se avecina una crisis económica brutal», concluye.
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