Gastronomía

Santancha: Chamberí bonita

Esta renovada taberna une platos tradicionales con propuestas más creativas, como el tiradito de salmón ahumado

Taberna Santancha
Taberna SantanchaTaberna SantanaTaberna Santana

Santancha, la casa de comidas para los chulapos de hoy en Chamberí, tiene un nuevo imprescindible consagrado al picoteo y al afterwork elegante, con platos de aquí y allá y precios para los que no hace falta una hipoteca.

Los chulapos del siglo XXI no llevan parpusa, sino gorras de lana con pompón. Y sus chalecos de pata de gallo se han tornado lisos, mullidos y acolchados, y protegen los torsos bajo las americanas ajustadas que gustan ahora. Ellas siguen llevando volantes y vestidos, pero lucen con libertad los tobillos y la vida. Las tabernas, refugio antaño de hampones y pilluelos, se han refinado y civilizado y son los lugares de referencia para celebrar la vida, compartir y prolongar la sobremesa sin tener que mirar el reloj.

Santancha, novísimo vecino de Chamberí, es la casa de comidas de los matritenses de hoy, que quieren picoteo rico al centro, tardeo en copa de balón y un espacio bonito y coqueto. Y sin arruinarse, pichi.

Los Van Dulken, propietarios de este joven espacio, lo son también de La Vanduca en Retiro, y han querido trasladar su filosofía de buena comida desenfadada y afterwork divertido al barrio que tanto aman. De hecho, el propio nombre del local, Santancha, es un juego de palabras entre «Santa Engracia» y «Chamberí», en cuyo corazón trasladan el espíritu de las buenas barras a la mesa.

Blanca, la cocinera, ha confeccionado una carta apetitosa y perfecta para compartir, con numerosas opciones de medias raciones. Hay propuestas castizas y otras en las que no faltan guiños de fusión y mestizaje. Destaca su tiradito de salmón ahumado, la sorprendente tosta de matrimonio de anchoa y boquerón con salmorejo o unas croquetas de carrillera con mucho sabor. No se puede evitar el tiernísimo pepito de solomillo de vaca, servido en pan de brioche. Como mirar atrás es bueno si hablamos del arte de comer, se han traído algunas de las recetas más exitosas de La Vanduca, como las exóticas bravas o las minihamburguesas.

Por cierto, los fines de semana ofrecen algunos platos con guiños a la temporada, como unos excelentes huevos rotos con gambón al ajillo y trigueros, berberechos salteados al vapor y una cazuelita de alubias con chorizo, morcilla y piparras, que el cuchareo bueno gusta a todos.

La carta de vinos de este lugar chamberilero y alegre, repasa las principales denominaciones de origen de nuestro país. Las D.O. Rueda y Rías Baixas reinan sobre los blancos, mientras que los tintos provienen, fundamentalmente, de Rioja y Ribera del Duero. Ojo que los dueños son andaluces, así que hay algunos vinos de Jerez, como el oloroso de Don Nuño, que Lustao elabora con tanto mimo en la bodega La Campana.

Debe dejarse sitio para la torrija caramelizada y, claro está, hay que ir con tiempo para unos buenos copazos a precios contenidos cuando se acaba de comer. El espacio, obra de la interiorista Sofía Calleja, es cálido y elegante, y hace que uno se sienta como en casa. Porque los madrileños vivimos cada vez más en los bares. Chamberí, Chamberí.

Taberna Santancha
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