Semana Santa
La «renovada» procesión de Medinaceli pone fin a la Semana Santa
La Archicofradía ha estrenado el nuevo paso de la Virgen
No hay nadie en Madrid que no haya visto o, al menos, oído hablar del Jesús de Medinaceli. Y es que este Cristo de rostro sufriente y vestido de nazareno, tallado en Sevilla en el siglo XVII, es una imagen en la que se arraiga profundamente la tradición en el pueblo madrileño. De hecho, la Archicofradía Primaria nacional de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús el Nazareno cuenta con más de 8.000 miembros, así como con distintas representaciones en otros puntos de España. Pero, este año, tras la pandemia, no solo ha vuelto a las calles todo este fervor, sino que se ha hecho de una forma totalmente renovada. «Lo hemos vivido con muchas ganas y mucha ilusión porque es todo completamente nuevo: desde el paso de la Virgen hasta el equipo de capataces y la cuadrilla», dice a LA RAZÓN Pablo Martín, capataz del paso de la Virgen de los Dolores, el cual ha salido en procesión este año por primera vez. También, reconoce, con «un poco de incertidumbre» ante tantas novedades en unos pasos que pondrían el broche final a las procesiones de esta Semana Santa el pasado Viernes Santo y ayer, Sábado de Gloria.
Nuevo ha sido también el itinerario que siguió la procesión el viernes, adaptándose a las obras de la Puerta del Sol. «Con respecto a años anteriores lo único que ha cambiado es que antes se subía la carrera de San Jerónimo hasta la Puerta del Sol, pero este año, debido a las obras en la plaza, una vez llegamos a la plaza de Canalejas nos desviamos a la calle Sevilla», señala Martín. «Desde ahí», continúa, «caminamos hasta la calle Alcalá y la plaza de Cibeles, seguimos por el paseo del prado y nuevamente la carrera de San Jerónimo».
El nuevo paso de la Virgen es un proyecto que la Archicofradía de Medinaceli llevaba algunos años intentando poner en marcha y que, por fin, este año ha logrado salir a la calle. Partió de que, en 2018, «el paso del Cristo se adaptó para poder llevarse a hombros, porque antes era un paso que se llevaba a ruedas». La Virgen, por su parte, también se movía a ruedas, si bien no hacía la procesión completa. «Salía simplemente a la puerta para recibir al Cristo, donde hacían un pequeño encuentro y los pasos entraban de nuevo en la basílica», explica Martín.
Así, la Archicofradía se embarcó en el proyecto de elaborar un paso para que la Virgen pudiera ser trasladada por costaleros con la misma empresa que adaptó el paso del Cristo a un trono a hombros, Arte Religioso Salmerón, en Ciudad Real, hace aproximadamente año y medio, en plena pandemia. Finalmente, el paso llegó a la basílica de Medinaceli el pasado 6 de abril, y en aquel mismo momento colocaron a la Virgen sobre él.
¿Por qué era tan importante llevar el Cristo y, ahora, a María sobre los hombros en lugar de trasladarlo a ruedas? Principalmente, tal como apunta Martín, porque con ello se ha logrado hacer que la procesión fuera más participativa. «Medinaceli es sinónimo de una gran devoción, no solo en Madrid sino en toda España, y, por ello, es una hermandad muy conocida. Y es cierto que antes la procesión no es que se quedara un poco pobre, pero tenía menos adeptos porque el cristo salía sobre ruedas. Además, participaban menos personas, porque solo había que empujar el carro sobre el que iba la imagen del Cristo. De esta manera la hermandad se hace mucho más participativa. Todos los hermanos pueden tener su papel, ya sea en el cortejo o debajo del trono», afirma, e insiste en que, de esta manera, la archicofradía ha podido abrir sus puertas no solo a los que pertenecen a ella, sino también a los que vienen de fuera.
De hecho, «este año, al igual que se hizo con el Cristo en el año 2018, ha venido gente de fuera, de otras hermandades de Medinaceli, así que ha sido un momento para compartir y muy especial», apunta Martín. En total, han sido casi un centenar de personas quienes se han colocado bajo el paso de la Virgen, «contando de gente que ha venido de Toledo, de Alcalá de Henares, de Alcorcón...» y que fueron convocadas por medio de las redes sociales de la Archicofradía.
Por otro lado, el trono de la Virgen es de dimensiones similares al del Cristo, el cual fue elaborado por el artista Montes de Oca y está catalogado como Patrimonio Nacional, mientras que el de la Virgen se ha hecho nuevo desde cero en el diseño, lo cual ha permitido utilizar materiales mucho más eficientes. «El del Cristo no nos permitían cambiarlo visiblemente para poder adaptarlo a que los costaleros lo llevasen a hombros, por lo que hubo que hacer cambios en la estructura interna», señala Martín.
Mientras, el de la Virgen, al ser nuevo, se ha elaborado «con aluminio aéreo, que es un material muy ligero, así como con maderas que soportan el mismo peso, pero que son mucho más ligeras también». De este modo, si bien debajo del paso podrían entrar unas 150 personas, al igual que en el del Cristo, el peso a repartir es mucho menor. «Si el paso del Cristo fuera completo, las 150 personas que lo cargan tocarían a unos 20 ó 25 kilos cada uno. Mientras, el paso de la Virgen, suponiendo que algún día consigamos tener ese mismo número de costaleros, no llegarían a cargar 15 kilos cada uno», explica. «El sistema es el mismo, la forma de andar es la misma, la forma de dar las órdenes es la misma... con la única diferencia de los kilos que se cargan».
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