Educación
Este es el centro de FP de Madrid al que llegan siete ofertas de empleo por alumno
Al IES Pacífico recurren más de 160 empresas para ofrecer prácticas o trabajo en electrónica y telecomunicaciones
Al IES Pacífico, en el barrio de Adelfas, en el distrito madrileño de Retiro, llegan cada año más ofertas de empleo que alumnos salen titulados en Formación Profesional. Salvador García, el director de este centro público madrileño en el que estudian cerca de 500 alumnos de todos los ciclos de FP, dice con satisfacción que, a la hora de encontrar empleo, tienen una media de siete solicitudes de empresas por alumno. Todas ellas punteras en el mundo de la informática, la electrónica y las telecomunicaciones y, sin embargo, «llenamos los grupos con dificultad, no hay mucha lista de espera», explica torciendo el gesto. Y eso que el equipo de profesores «es excelente», que los tutores «están muy implicados» y que los alumnos «están muy motivados». Pero cree que hay mucho desconocimiento de lo que es la Formación Profesional, de las oportunidades que ofrece y de lo que se hace en su centro, donde todos los alumnos «se portan muy bien, aunque con los más pequeños hay que estar más encima». Pero si hay algo motivador es «ver como han llegado chicos desahuciados de los estudios y aquí han visto un camino, han brillado y encontrado un porvenir».
Salvador, que dice que lleva muchos años en el centro y que podría escribir varios quijotes con todo lo que le ha pasado, explica con orgullo que muchos de sus antiguos alumnos ahora están en puestos de responsabilidad en distintas empresas y son ellos mismos los que demandan estudiantes del instituto cuando precisan personal. El centro, de hecho, tiene relación con 160 empresas que facilitan prácticas o empleo, entre las que se encuentran Canon, El Corte Inglés, Repsol, RTVE, Vodafone, Securitas Direct, Ilunion Hotels, Alcatel, Ferrovial, Prosegur... Dentro de toda su oferta formativa, el Instituto de FP ofrece dos titulaciones propias: la de Técnico Superior en Mantenimiento Electrónico, un ciclo formativo de grado superior, y otro de Técnico en Instalaciones de Telecomunicaciones, de grado medio. El primero forma en el desarrollo y mantenimiento de equipos microrobóticos; el segundo en el desarrollo de aplicaciones informáticas. Y cuando se consulta el folleto sobre los módulos o asignaturas que componen el ciclo, los puestos de trabajo que los alumnos podrían desempeñar con estos estudios o las competencias profesionales que pueden adquirir, lo que no pasa por alto es una frase subrayada en amarillo fluorescente: «100% de inserción laboral de nuestros alumnos al terminar su formación».
En primero de Mantenimiento Electrónico de Grado Superior, Alejandro y Guillermo, dos de los alumnos, aprenden a usar un arduino sirviéndose de módulos que se comunican por bluetooth. «Lo que estudio me gusta y todo lo que hacemos es muy práctico y con salidas laborales», dice Guillermo. El mismo convencimiento que muestra Alejandro, que después de estudiar segundo de Bachillerato decidió continuar sus estudios cursando una FP de grado superior: «Me parece muy útil todo lo que estoy estudiando. Merece la pena».
Alejandro Martín, su profesor de Programación Orientada a la Microrobótica y también del módulo de Mantenimiento de Equipos Microrobóticos, aclara que parte de lo que estudian los alumnos está relacionado con el internet de las cosas. Y destaca un proyecto de semáforo inteligente desarrollado por alumnos del centro para personas con discapacidad de tal manera que, desde el teléfono móvil, es posible comunicarse con el semáforo a través de una aplicación, al que se avisa de que va a cruzar la vía una persona con movilidad reducida. Eso permite que el semáforo amplíe el tiempo de paso al peatón con dificultades.
En este céntrico instituto, la Covid-19 fue un revulsivo para potenciar la imaginación partiendo de la idea de que la ventilación en un aula es determinante para evitar contagios. Así, compraron sensores de CO2 al que pusieron procesadores con display y se decidió poner en todas las clases para medir el nivel de dióxido de carbono. Si no sobrepasa el nivel de 700, todo está en orden. Y eso se puede comprobar desde el móvil, la web del centro o en la misma puerta de entrada, donde aparecen todas las aulas en color verde, indicativo que los niveles están dentro de lo deseable. «Es importante la importancia de medir las cosas. Hemos cometido un gravísimo error al cerrar indiscriminadamente los comercios sin preocuparnos de la ventilación. Hubiéramos tenido menos muertos en la pandemia si, en lugar de cerrar todo, nos hubiéramos asegurado de la ventilación. Nos hubiéramos ahorrado la caída del 10% del PIB. Y eso son cientos de millones que hemos perdido», lamenta Juan Franco, profesor de Tecnología en Mantenimiento de Equitos Electrónicos y en Sistemas de Telecomunicaciones e Informática (STI). De hecho, en el centro creen que esta medición de la ventilación ha tenido mucho que ver con el hecho de que haya habido muy pocos contagios.
Unos metros más allá, el mismo profesor explica cómo en el aula de Hogar Digital los alumnos aprenden a automatizar casas, oficinas...Todo lo relacionado con domótica. De hecho, una de las experiencias ha consistido en automatizar un aula sin hacer obra alguna y «todo se puede ver desde la tablet». De hecho, muestra con satisfacción los interruptores inalámbricos de los que dispone. «La idea es enseñar a los alumnos cómo cualquier cosa se puede automatizar». Mientras, otros proyectos empiezan a coger forma. En la mente del director del centro está uno para el uso de energía solar después de pagar más del doble de combustible que el mes pasado. De momento, ya dispone de la terraza donde instalar los paneles solares, pero «ahora nos haría falta una ayuda de la Consejería, porque tenemos un profesor experto que podría hacerlo....».
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