Opinión

Ahora, la viruela del mono: Fernando Simón asomó el hocico para negar una transmisión importante

Sugeriría que contraten para nombrar a las enfermedades al tipo que pone los nombres a las operaciones policiales

Sauna Paraiso
Sauna ParaisoFotoLa Razón

Que aparecerían varios casos de la viruela del mono en nuestro país es algo que se sabía desde que Fernando Simón asomó el hocico diciendo que no era probable que tuviera una transmisión importante aquí. Como si de un tétrico déjà vu se tratase, el primer impulso de cualquiera ante esto es comprar papel higiénico, cervezas y palomitas. Porque una ya ha pasado un confinamiento por pandemia mundial, lo típico, y sabe qué se necesita y qué escasea.

Parece que me lo tomo a broma, y un poco es así, pero es que los hipocondríacos extremos tenemos que convivir con la certeza de que una terrible enfermedad nos acecha y hoy podría ser nuestro último día aquí. Y cuando eso es relativamente cierto (llámenlo covid, llámenlo viruela del mono), o nos reímos o salimos corriendo a lamer barandillas de hospitales para ser la primera rubia que muere en esta peli de terror y no sufrir lo indecible durante todo el metraje. No hay más opción. Yo, que no quiero pecar de dramática pero me sé excesiva en esto, me siento ahora mismo muy marzo 2020, muy “no se podía saber” pero sabiendo.

En Madrid han cerrado una sauna, con el discreto nombre de «Paraíso», y aunque jamás he ido a una (el sudor me da asquito y la gente desconocida con poca ropa tampoco me entusiasma) he googleado la dirección para saber si he pasado por la acera sin darme cuenta y estoy en peligro. Me noto mohína, como incubando algo, aunque leo que los afectados son todos señores que se acuestan con señores. No soy grupo de riesgo, pero nunca se sabe. Sugeriría, eso sí, que contraten para nombrar a las enfermedades al tipo que pone los nombres a las operaciones policiales: Viruela de mono tiene poco punch como alerta sanitaria.