Opinión

Calor y viento en Madrid: así es la vida del activista de la queja

Me lo imagino en su casa, con el aire acondicionado y un té helado. Agazapado, como un vietcong de la causa justa, la del momento, esperando a que pase algo que le permita tuitear la consigna airada.

Exteriores del Parque del Retiro de Madrid cerrado
Exteriores del Parque del Retiro de Madrid cerradoRodrigo JimenezAgencia EFE

Ola de calor en Madrid, otra, y cierran los parques. La gente, indignada, bromea: «Todos a los bares». A favor, claro. Lo que no quita que yo habría cerrado, no ya los parques (el Retiro, el Capricho, Sabatini…), sino Madrid entero. Estas temperaturas son una falta de respeto. El cierre no es por la ola de calor, claro, es por previsión de viento.

Y aunque la chufla está muy bien, y yo siempre con el chiste, me parece razonable que ante el peligro y si no se puede garantizar la integridad del que busque sombra, se opte por cerrar. Pero qué más da. El caso es quejarse. Si no se cerrasen mañana esos lugares y una rama cae, si un operario (una anciana, un niño, una embarazada) sufre daños por el impacto, los que hoy protestan porque mañana, justo mañana, habían planeado ir a pasear al Retiro y disfrutar de la sombrita, protestaría por la incompetencia del Ayuntamiento. Ser persistente activista de la queja debe ser agotador. No hay tema que se les resista. Si no es que cierran un parque es que lo abren, y si no es que no hay parques. O que hay demasiados.

Al activista constante me lo imagino en su casa, con el aire acondicionado y un té helado, con el MacBook Air (gris espacial) abierto y dándole a refrescar las noticias. Agazapado, como un vietcong de la causa justa, la del momento, esperando a que pase algo, lo que sea, que le permita tuitear (feisbuquear, instagramear, tiktokear) la consigna airada. Y entonces, con la satisfacción del trabajo bien hecho, sabiendo que ya ha actuado y luchado contra la injusticia, se recuesta, enciende un piti y observa cómo el número de likes aumenta. Gustirrinín. El clíquiti concienciado es el nuevo correr delante de los grises. Pero mucho menos cansado. Dónde va a parar.