Competición
Llega la carrera “más loca” a Madrid
LA RAZÓN habla con tres grupos finalistas que han apostado por el vino, los calamares y la ciencia ficción
«Construyes tu propio coche de carreras, subes a lo más alto de una colina, dejas que la gravedad haga su trabajo tirándote cuesta abajo y llegas a la meta ante un público desbocado. O, como suele ocurrir la mayoría de las veces, la gravedad cumple demasiado bien con su cometido, te das un tortazo espectacular y el público se vuelve loco igual. Todo lo demás son florituras y cantinelas». Así presenta Red Bull su evento más divertido del año. Red Bull Autos Locos se organiza en diferentes ciudades del mundo y todos los equipos son locales amateurs. Desde el año 2000, la carrera se ha expandido por países como Francia, Alemania, Finlandia, Grecia, Estados Unidos, Japón o Colombia, entre otros. Hoy, en el madrileño Paseo del Oeste se debuta la gran final. Por su parte, un jurado de expertos puntúa la locura de cada creación junto a otros criterios, como la velocidad para alcanzar la meta, la creatividad y el espectáculo.
En grupos de entre cuatro y cinco personas, el único criterio que se debe superar es la mayoría de edad, sí bien es cierto que predominan los jóvenes con cierto interés por la rama industrial. Al menos, eso ocurre en los tres grupos finalistas que serán competidores durante el día de hoy. El «Gancho loco», formado por Ignacio Gómez-Cambronero, Luis de Faria-Pereira, Jaime Álvarez, Irene Presa y Javier Blanco, se decantaron por un viaje al pasado para todos los allí presentes y, por unas horas, volver al mundo de Toy Story. Son compañeros de clase en la Universidad de Comillas y cuentan: «Nos dimos cuenta del evento gracias a un anuncio en Instagram subido por Carlos Sainz. Estábamos haciendo un trabajo de clase y nos preguntamos por qué no nos apuntábamos. Así nació todo. Pensábamos que no nos iban a coger, era todo de broma. Pero después de haber escogido y presentado el boceto de la nave de Buzz Lightyear, fuimos seleccionados para ir a la final. Cogimos una base de madera y, en una finca familiar de Jaén, estuvimos trabajando en ella, utilizando materiales como acero o hierro partes de bicicletas». Actualmente, estos ingenieros que están haciendo máster de Movilidad y Seguridad y máster de Industria Conectada, repartieron su tiempo de estudio para pintarse de marcianos de Toy Story y conseguir convencer al jurado. Y vaya si lo consiguieron. «Queríamos que desde el primer momento se supiese que estábamos dispuestos a todo para ganar. En agosto empezamos con el chasis y en septiembre con la carrocería», explican. No ha sido fácil y es un trabajo que requiere dedicación y paciencia. «Tenemos que ganar porque hemos trabajado mucho, nos hemos saltado tantas horas de fiesta como de estudio», confiesan entre risas.
Por otra parte, está el homenaje al buen vino, que lo llevan a cabo Jorge Ruiz, Alonso Rodríguez, Ignacio Fernández, Jaime Ruiz y José Ramón Tiemblo. Todos ellos estudiantes con conocimientos en ingenierías, derecho o marketing. El nombre del auto loco es «Última Añada» y ellos son SevagoProjects. Este grupo tiene historia, pues a través un meticuloso proceso de reciclaje han salvado una barrica de una bodega familiar para reconvertirla en transporte. «Es un homenaje a la familia, al vino que nos encanta y al dios Dionisio, que conmemora la fiesta y la celebración», detalla el grupo. En julio, cuando salió la lista, el equipo supo que eran parte de los finalistas y que tenían que ponerse manos a la obra: «Utilizamos para el boceto una barrica, dos parachoques y volante de corchos y un alerón de sarmientos. Ya en agosto, cuando conocimos que formaríamos parte de la gran final, pasamos a ejecutarlo en mi pueblo (Dosbarrios). Como no teníamos dinero, tuvimos que desguazar todo lo posible. Le quisimos dar una última añada a esta barrica, que será eterna. Además, es importante destacar que, en su elaboración, han participado dos fundaciones: CADETE, que se encarga de promover la integración social de niños y jóvenes con discapacidad, y VERÓN, que gestiona proyectos educativos e integración laboral en Honduras», detalla el grupo de la barrica.
Héctor, Iván, José, Víctor y Youssef han querido hacer una reivindicación de lo más castiza, y qué mejor que con un bocadillo de calamares. Son el equipo «San Benito Racing» y, además de ser amigos de toda la vida, algunos también trabajan juntos en su estudio artístico «San Benito Arte&Diseño». Además del auto, tambien le han prestado especial atención al «outfit», que no pasará desapercibido. «Queríamos participar porque nos hacía mucha ilusión el proceso de creación y diseño. No tenemos ningun conocimiento ni base previa y queríamos sumergirnos en este reto», cuentan.
El proceso de la carrera
Un boceto con la idea acompañado de una carta motivacional era el paso necesario para participar. Los seleccionados para la final fueron entre 50 y 60.
El jurado está compuesto por deportistas de Red Bull e influencers. Estarán el youtuber y streamer español TheGrefg; el campeón olímpico en escalada Alberto Ginés; Viki Gómez, ciclista campeón del mundo en la disciplina flatland en BMX; el surfista de reconocimiento mundial Natxo González; o la youtuber y streamer de Twitch Mayichi.
En cuanto a la puntuación, queda repartida de la siguiente manera: diez puntos la elaboración de la máquina; diez de la performance (deben hacer puesta en escena además de la bajada en el auto); también se puntúa la recogida de obstáculos (lo que recuerda un poco recuerda a Súper Mario); y otros diez puntos en el tiempo de bajada. La cosa está reñida y los concursantes van a por todas, comprensible ya que se juegan grandes premios: un viaje a Austria durante tres días, donde estarán en el circuito de Red Bull con todo incluido; ir a la carrera de Fórmula 1 en Barcelona; y en tercer lugar, pasar un día en el Jarama de Madrid con Carlos Sainz.
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