Opinión

Las mónicas y sus ovarios

Las han acusado de ser mujeres regulinchi, aliadas del heteropatriarcado y merecedoras de todo mal. Ellas son las heroínas, las verdaderas empoderadas. Ojalá no pidan disculpas

Varias alumnas en la entrada del Colegio Mayor Santa Mónica
Varias alumnas en la entrada del Colegio Mayor Santa MónicaJesús HellínEuropa Press

Los chavales del Elías Ahuja han pedido disculpas en un comunicado. A estas alturas, todo el mundo sabe quiénes son los chavales del Elías Ahuja, qué es el Elías Ahuja y qué han hecho. Por si eso no fuera ya triste de por sí, que una juerga postadolescente, sicalíptica y dipsómana, haya alcanzado categoría de asunto de Estado, encima los chavales se han disculpado. Un comunicado pidiendo disculpas a los meapilas posmodernos es algo así como ver a una cabra precolombina saltando por voluntad propia a un volcán, ofrendándose jubilosa para aplacar a unos dioses furibundos y vengativos cuya sed de sangre es insaciable.

Es hacer el canelo, no sirve para nada. Los nuevos patrulleros de la moral no están para piedad, remisión y absolución. Así que ese comunicado es una nueva oportunidad perdida de poner pie en pared, de dar el golpe definitivo en la mesa que tire las fichas al suelo y obligue a reanudar partida, que equilibre el tablero inclinado. Esas disculpas, palabra por palabra, apuntalan los cimientos del edificio a medida que se han montado los populistas identitarios. En ello les va el chiringo y el sueldo.

También es verdad que no se les puede pedir heroicidades a unos chavales que han visto peligrar su futuro seriamente porque unos adultos irresponsables han hecho de su noche loca instrumento para su propio beneficio. Porque no se equivoquen, a todos esos que braman (la berrea estaba en un lado diferente al que señalan todos) les importan poco las chiquillas del colegio de enfrente. Ya las han acusado de ser mujeres regulinchi, aliadas del heteropatriarcado y merecedoras de todo mal, cuando han salido a defender a sus compañeros. Por no ofenderse. Ellas son las heroínas, las verdaderas empoderadas. Ojalá no pidan disculpas. Ojalá sigan como hasta ahora, demostrando lo que es tener los ovarios bien puestos.