Greenwalk Awards
Colmenar Viejo, escenario de la moda sostenible
La primera edición de los Greenwalk Awards reflejó la consciencia de los diseñadores emergentes madrileños
¿Imaginan un vestido de novia confeccionado a partir de bolsas de plástico? Cada vez es más común ver las “segundas vidas” que pueden tener los productos o la cantidad de nuevos productos que surgen a partir de materiales reciclados. Concretamente es la industria de la moda, la segunda más contaminante del planeta, una de las que más fuertemente están apostando por este nuevo concepto, y cada vez son más las grandes empresas que están creando prendas a partir de materiales reciclados y confeccionándolas de forma cada vez más sostenible. Un ejemplo de esta nueva forma de entender el sector son también las nuevas generaciones de jóvenes diseñadores que están demostrando día a día con su trabajo que esto es posible y que buscan concienciar de lo que está sucediendo con el medio ambiente y que es responsabilidad de todos.
Colmenar Viejo fue el pasado jueves testigo de la magnitud de este asunto. Y lo hizo con la celebración de la primera edición de los Greenwalk Awards, un nuevo certamen de diseño de moda para nuevos talentos basado en la sostenibilidad. Ocho jóvenes promesas de las más prestigiosas escuelas de diseño de la ciudad compitieron con sus sorprendentes creaciones logradas a partir de materiales reciclados como papeles de periódico, cartones, tapones de plástico o etiquetas. Entre estas pudimos ver un top rojo logrado a través de algodones teñidos con remolacha y pimiento rojo; una chaqueta a base de luces recicladas que cualquier estrella de Hollywood podría lucir en los Óscar o un pantalón con flecos que son pajitas. En definitiva, diseños futuristas y volumetrías de alta costura y «pret a porter» tan originales como comprometidos con nuestro planeta a través de la circularidad y el «upcycling»-dar salida a materiales que ya no se utilizan renovándolos-.
Algunos de ellos aprovecharon esta oportunidad para plasmar en sus diseños los problemas que está sufriendo la sociedad. Como el caso de Cherre, estudiante de diseño en la Escuela Moda de Diseño y Moda Isa que inspirado en uno de los mundos de la mitología ucraniana ha querido expresas a través de un traje de chaqueta el miedo, la tristeza y odio que los ucranianos están sufriendo a causa de la guerra. «Me vi en la tesitura de tener que elegir entre el mundo de los muertos o de los vivos, por eso opté por el de fantasía porque no quería que fuese tan evidente», confiesa el diseñador. Así, las piezas rosas con las que cuenta su diseño representan la vida y que ha acompañado con un tejido que compró en uno de sus viajes a Egipto y pedrería. «Despiecé las lágrimas de una lámpara antigua que hice hendiduras y las he cosido al traje», apunta. Y otros que apostaron por el futurismo, como Adriana Marcela Arias López, estudiante de la Escuela United POP, con su chaqueta inspirada en la corriente «cyberpunk» y de la ciencia ficción del diseñador francés Pierre Cardin. Una idea inicial que partió de crear una prenda con latas a las que acabó integrando tapones de plástico, cartón, retales y luces recicladas. Un arduo trabajo de un mes y medio que ha dado como resultado una pieza futurista y de formas geométricas. «El proceso me ha hecho darme cuenta de la importancia del reciclaje y de la posibilidad de transformación que tienen todos estos materiales, asegura la diseñadora.
El desfile, celebrado en el Centro Comercial El Ventanal de la Sierra y abierto al público, contó con la presencia de la DJ Lucía Fernández, conocida artísticamente como Luceral, que actuó como maestra de ceremonias. «Ha sido una gran responsabilidad para mí porque soy consciente del tiempo que los alumnos han dedicado a esto. En todo momento he intentado transmitir todo el trabajo que hay detrás, aunque me lo han puesto muy fácil porque ha sido increíble», confesaba a LA RAZÓN. También ha querido destacar la importancia de dar visibilidad a estas jóvenes promesas; «Estos concursos son muy importantes. Cualquier facilidad o posibilidad de visibilizar su trabajo es positivo, todo suma», y la sostenibilidad; «estamos en un momento crítico de consumo masivo y necesitamos que estas nuevas generaciones vayan introduciendo poco a poco ese “slow fashion” que tanto necesitamos».
Tras la actuación musical y de danza del colmenareño EA Centro Artístico Musical, los modelos desfilaron con los innovadores diseños ante la atenta mirada de un jurado de excepción formado por expertos. Lucía de Miguel, diseñadora y CEO de Lucía de Miguel design; María Parra, fundadora y diseñadora de Chiribita: la estilista y asesora creativa, Nirave Sánchez; Virginia Burgueño, fundadora y account manager de VBpress; y Javier Gómez, account manager en VBpress y editor de la revista Folie, fueron los encargados de tomar la difícil decisión y seleccionar al ganador de un viaje para dos personas a Milán, una de las grandes ciudades de la moda. Para llegar hasta él, los diferentes miembros tuvieron que valorar del uno al diez, a cada uno de los participantes en función de criterios como: el proyecto y su ficha técnica, su nivel de sostenibilidad, el concepto creativo, diseño y patronaje. Aquel con mejor puntuación media sería el ganador de esta primera edición de los Greenwalk Awards.
Finalmente, Claudia López, conocida artísticamente como Cluoot, y estudiante en la escuela United POP fue quién se alzó con la victoria y lo hizo con el lado oscuro de las profundidades. Un look para el que se inspiró en la contaminación y el cambio climático. «Esto abarca Filomena, incendios forestales, extinciones de las especies… quería transmitir todo esto y en cómo nos está afectando a nosotros. Son muchas las personas que han muerto por golpes de calor o por Filomena», confesaba la joven. Un look compuesto por un top y un pantalón con los que ha querido expresar a un ser vivo que se está ahogando con el plástico y para el que ha utilizado botellas, anillas y bolsas de basura de este material. «Es el lado oscuro de la contaminación: la muerte y el mal uso que le estamos dando por la forma en la que consumimos», aseguraba. También ha empleado restos de abrigos y ropa ya usada para confeccionarlo, una técnica que defiende la diseñadora: «En mi opinión, tendríamos que trabajar sobre los materiales que ya tenemos. Como diseñadores tenemos que poner nuestro grano de arena porque es nuestro futuro».
Tras recibir el premio, Cluoot confesó sentirse feliz y afortunada pero muy sorprendida: «No lo tenía nada claro, mis compañeros han hecho proyectos muy buenos, había mucho nivel». También agradecida por el reconocimiento, «he trabajado mucho, se agradece el premio por el trabajo hecho» y confesó que será su hermana gemela su acompañante en su viaje a una de las grandes ciudades de la moda.
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