Choque entre Ayuso y la delegada del Gobierno en Madrid por el “tirano” y la unidad nacional

Dos discursos contrapuestos fue lo que se escucharon ayer en la Real Casa de Correos durante el acto el 44 aniversario de la Constitución. Por un lado, el de la Delegada del Gobierno, Mercedes González, que salió en defensa de un Estado descentralizado, de una política fiscal que evite desigualdades, y de Pedro Sánchez después de las afirmaciones de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, el pasado miércoles, en las que tildaba al presidente de «tirano» y de llevar a la nación «camino de la dictadura». Por otro, el de Ayuso defendiendo la Corona y advirtiendo de los peligros del federalismo. La tensión entre ambas se evidenció en el mensaje.

González hablo del «fin del enfrentamiento cainita como valor supremo» para después subrayar que la única dictadura y tiranía había sido la de Franco. «Dejamos un pasado estremecedor de enfrentamiento civil, de inquina y de beligerancia que se manifestó en forma de guerra, de represión y opresión, de exilio y de clandestinidad. Y conviene recordarlo, porque en la España reciente la única dictadura que ha habido ha sido la franquista y el único tirano el general Franco».

Defendió el «consenso y el diálogo» en la política y «no una actividad para lograr éxitos personales o imponer visiones excluyentes». Se quejó de que no se haya alcanzado ese consenso en la renovación de los órganos judiciales, de las «palabras gruesas y los ataques personales» que se realizan en el Congreso, para después arremeter contra el «discurso de fractura de España» que tildó de «vacío políticamente e insostenible intelectualmente», en clara alusión a Díaz Ayuso. «Nuestro estado descentralizado no es débil (...). No se rompe España porque se cumplan los diferentes estatutos de autonomía», sentenció. Y no se quedó ahí Después pidió una política fiscal que «evite las desigualdades y financiación adecuada para el sistema sanitario en plena huelga indefinida con los médicos en su sutil crítica a Díaz Ayuso.

En el lado opuesto se situó la presidenta regional, que reivindicó una convivencia «en democracia y libertad» en la que se deje de premiar la deslealtad. «Queremos seguir al lado de la Constitución, de la Monarquía Parlamentaria, de la pluralidad política, de la unidad de España y de la libertad, que es lo que desea la inmensa mayoría de los españoles».

La presidenta madrileña también advirtió de que la «deslealtad hacia el sistema ha llevado a algunos a buscar la solución en el federalismo» pero éste «supondría que distintas naciones soberanas se unieran, compartiendo sus poderes en un órgano central, intentando funcionar como la unidad que no son». Por eso remarcó que «El poder nacional es el único soberano. No puede haber un Estado débil que no se atreva a resolver los problemas nacionales. No somos un Estado plurinacional, sino una nación de siglos que ha llegado felizmente a esta forma que disfrutamos: una monarquía parlamentaria, con organización autonómica, en un Estado social y democrático de Derecho», remarcó. Del mismo modo, Díaz Ayuso censuró «toda actitud desleal con la Corona, que ha sido la principal defensora y garantía de nuestra democracia». Es más, alertó de que «nunca antes nuestra Carta Magna se ha visto tan amenazada como hasta ahora».

El acto contó con la asistencia de casi 300 invitados en un acto que contó que contó con las banderas de las 17 comunidades autónomas.