Salud

Daniel, paciente de paliativos de 25 años, cumple su sueño de ser piloto por unas horas

Cuando la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital General Universitario Gregorio Marañón conoció el sueño del boliviano, movió cielo y tierra para conseguirlo

Tras ponerse sus mejores galas, Daniel Valverde ha podido volar por primera vez, cumpliendo su mayor sueño. El boliviano, de 25 años, permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital General Universitario Gregorio Marañón desde hace unas dos semanas. “Tiene una enfermedad oncológica muy avanzada, sin posibilidad de tratamientos oncológicos activos”, narró María Luisa Solano, doctora de la Unidad.

Asimismo, contó que el joven dijo que su sueño desde siempre había sido convertirse en aviador, pero que había tenido que apartarlo de su mente por culpa del cáncer. Sin embargo, manifestó sus ganas de volar al menos en una ocasión, y el equipo de la Unidad se puso manos a la obra para cumplir su deseo. Para darle la sorpresa, Tania Álvarez, enfermera del hospital, le dio una gorra de piloto con una nota que decía: “Comandante Valverde, ¿quiere volar con nosotros?”

Daniel Valverde, junto a Tania Álvarez y Mª Luisa Solano
Daniel Valverde, junto a Tania Álvarez y Mª Luisa SolanoHospital Gregorio Marañón

Después, se desplazó en compañía del personal sanitario en camilla hasta la ambulancia del SUMMA 112 para dirigirse más tarde, y sin perder la oportunidad de hacerse algunos selfies para no olvidar el momento, como buen miembro de la Generación Z, al lugar en el que aguardaba Ignacio de Córdoba, piloto en el aeródromo de Casarrubios del Monte y quien le acompañaría durante el vuelo, que decidió participar en la iniciativa de manera altruista.

Una vez subidos a la avioneta, le dio algunas indicaciones para disfrutar del viaje con seguridad, como que era importante tener el micrófono muy cerca de la boca para que todos se comunicasen fluidamente. Daniel no pudo evitar emocionarse durante el vuelo, según narró María Luisa Solano, siendo esta la primera vez que ven cómo era incapaz de contener las lágrimas, pese a haber compartido conversaciones realmente duras por su situación.

Por su parte, Tania Álvarez destacó la unión entre el paciente y el equipo, diciendo que para ella había sido tan emocionante el proceso de preparar la sorpresa e imaginar su cara de felicidad como para él recibirla: “Ha sido muy gratificante y muy bonito”, ha declarado. En la misma línea, el paciente se mostró muy agradecido y dijo que quería mucho al personal encargado de acompañarle día a día, pues sabe que su labor no es la más fácil