Tecnología

La app que convierte en compañeros de piso a jóvenes y personas mayores

Una plataforma conecta a personas mayores que tienen una habitación libre con jóvenes que buscan alojamiento para que convivan juntos

Fernando Rodríguez, de 59 años, lleva más de un año compartiendo su casa gracias a KUVU
Fernando Rodríguez, de 59 años, lleva más de un año compartiendo su casa gracias a KUVUGonzalo Pérez MataLa Razón

Sólo en la Comunidad de Madrid, más de 276.400 personas mayores viven solas en su domicilio. Esto supone cerca del 25% del total de la población de personas de 65 o más años. Fue en esta problemática y el difícil acceso de los jóvenes a los alquileres por los elevados precios, dónde tres jóvenes universitarios de Bilbao vieron la posibilidad de mejorar este problema social. «Siempre hemos tenido una relación muy fuerte con personas mayores de nuestro alrededor y buscábamos la forma de poder mejorar su calidad de vida y los retos que tenían que afrontar», confiesa Jon Ander Fernández, uno de los fundadores de Kuvu a LA RAZÓN. Esta plataforma nacida ya hace tres años con el único objetivo de paliar esta situación. «Fue investigando sobre esta cuando nos dimos cuenta de la gravedad que hay detrás de la soledad y que inevitablemente era un problema que se iba a agravar; porque vivimos más años y cada vez hay menos espacios para compartir», apunta. Por otra parte, a esto se sumó la problemática de falta de oportunidades de las personas jóvenes para emanciparse, irse a otra ciudad a estudiar o trabajar por el alto precio de los pisos y habitaciones.

Como el caso de Asier Martínez, un joven bilbaíno de 24 años afincado desde hace algo más de un año en la capital y usuario de esta app. «Acabé la carrera y me surgió la oportunidad de hacer prácticas en Madrid. Tengo amigos aquí, conocía estado de de los alquileres y aunque tenía ganas de salir de casa los precios se me escapaban», relata. Fueron unos amigos los que le hablaron de esta plataforma y vió en ella la posibilidad de emanciparse en la capital. «Al principio me replantee vivir con gente de mi edad, pero pesó más para mi una convivencia tranquila y que el precio era más asequible», confiesa.

Así conoció a su compañera de piso, una mujer de 68 que lejos de sentirse sola en su día a día decidió alquilar una habitación que tenía disponible para así conocer a gente nueva. «Hacemos vidas muy independientes, María es muy activa, por lo que ninguno de los dos pasamos mucho tiempo en casa. Algunos días compartimos el momento de la cena, vemos alguna serie o de vez en cuando vamos al cine», cuenta el joven. En líneas generales, dice tratarse como cualquier otra convivencia con la única diferencia de que los inquilinos se benefician mutuamente. Las personas mayores, dejan de convivir solas para hacerlo con una persona mucho más joven, y estos últimos, acceden a un alquiler más barato y lo más importante, y como bien dice Martínez, «aprendemos cosas diferentes».

Además de personas mayores más vulnerables o/y en soledad, la media de usuarios que se han sumado a esta app son perfiles como el de María. Personas que se acaban de jubilar, muy activas y que buscan vivir nuevas experiencias o tener un dinero extra alquilando las habitaciones que tienen vacías. Pero para que la convivencia sea óptima, es necesario que los perfiles sean compatibles, algo primordial para esta plataforma. Es por esto, que cuentan con un test de compatibilidad dónde analizan los perfiles según horarios, hábitos, valores… que refuerzan con un contrato, único en España, que regula la convivencia por encima de todo, con un mes de prueba y un año de duración, prorrogable. «Si hay cualquier problema con la convivencia, por muy pequeño que sea, podríamos romper el contrato. Y si es grave, echar a la persona inquilina de la casa o en el caso de que sea la persona mayor quién lo incumple, romperlo sin ningún tipo de penalización para la persona joven», detalla el fundador.

Esto fue primordial para que Fernando Rodríguez se lanzase para poner la habitación que tenía libre en casa en alquiler con esta plataforma. «Tenía claro que no quería meter en mi casa a una persona que no conocía de nada. Pero la plataforma me transmitió desde el primer momento esa tranquilidad», asegura este hombre de 59 años. Hace más de un año que convive con Antonio, un gallego que vino a Madrid para trabajar. «Es como vivir solo. Los dos trabajamos, entonces sólo compartimos el rato del desayuno y algún momento de conversación por la noche, pero con la tranquilidad de que hay alguien en la habitación de al lado», sostiene. Además, resalta la cercanía y atención que la plataforma muestra con ellos. «Para nosotros es fundamental hacer un seguimiento, para conocer cómo van las convivencias y saber que todo marcha bien», asegura el fundador. Así, han logrado alcanzar un alto porcentaje de éxito en las convivencias llevadas a cabo.

La pandemia supuso también un impulso para que muchos que la sufrieron solos en sus hogares se animasen a buscar inquilinos. Esta plataforma dice no haber inventado nada nuevo, ya había muchas personas mayores que alquilaban las habitaciones que tenían disponibles para ganarse un dinero extra, pero supieron darle la vuelta a este concepto, la seguridad y la tranquilidad que ambas partes reclaman. Y aunque la plataforma nació en el País Vasco, solo unos meses después dio el salto a grandes ciudades como Madrid y Barcelona. Desde mayo de 2022 se encuentra en todo el territorio nacional, con más de 300 personas mayores en la plataforma y más de dos mil buscando habitación. Y al rededor de 60 convivencias activas a nivel nacional. «Nuestro objetivo establecernos a nivel nacional como el programa de convivencia intergeneracional más grande. Algo que ven muy posible cumplir, ya que al tratarse de un herramienta tecnológica pueden dan soporte a más gente con menos recursos y que no haya personas que por falta de estos puedan quedarse fuera de vivir una experiencia como esta.