Educación
Los colegios de Coslada, ‘abandonados’ por el Ayuntamiento
La comunidad educativa y la oposición denuncian que no se han invertido los más de dos millones de euros que, al inicio de la legislatura, se aprobaron para el mantenimiento de los edificios
Los centros educativos públicos de Coslada no pueden más. Y menos ahora, con la llegada del frío y las lluvias. Aulas sin calefacción, con goteras, patios con las gradas cerradas porque podrían caerse… Y casi dos millones de euros de presupuesto para arreglar todo esto que no se han gastado. Así lo ha denunciado no solo la oposición en el Ayuntamiento, sino también las propias AMPAs de los centros, a las que, tras casi cuatro años de legislatura, no les ha quedado otra que personarse en el Pleno municipal para reclamar unas obras de mantenimiento que garanticen la seguridad y bienestar de los estudiantes del municipio. «Estamos denunciando la falta de iniciativa por parte del equipo de Gobierno a la hora de ejecutar una modificación de crédito que se aprobó por el Pleno municipal al principio de la legislatura», dice a LA RAZÓN Paco Becerra, portavoz PP Coslada.
«Esta modificación de crédito, que ascendía a los dos millones de euros, iba destinada a realizar inversiones de mejora y reparación de las infraestructuras relacionadas con los centros educativos», añade. Dicho de otra forma: se pretendía, con ello, reparar desde goteras hasta actualizar los calefactores y calderas, el vallado, y acometer otras pequeñas obras. «A día de hoy, el 50% de ese presupuesto todavía no se ha ejecutado, hasta el punto de que, deprisa y corriendo, en algunas ocasiones ha habido que ejecutar acciones de urgencia por falta de calefacción, e incluso ha habido que trasladar aulas porque había goteras», señala Becerra.
Hay dinero, pero, por unas causas o por otras, las obras no se están llevando a cabo. «Desde el equipo de Gobierno las excusas son siempre variopintas», asegura el portavoz de la oposición. «La más recurrente es acusar a los propios procedimientos de la administración de que son muy lentos, pero hay una cuestión llamada planificación y anticipación. Porque esto no es de ahora, estamos hablando de que el acuerdo plenario se aprobó ya hace casi cuatro años, a principios de la legislatura», explica. Además, señala que «se ha dado una circunstancia muy pintoresca», y es que no se ha aprovechado el periodo estival para llevar a cabo las obras de reparación de las pistas deportivas, hasta tal punto que esta reparación, que afecta a siete centros, se ha llevado a cabo una vez comenzadas las clases. «Esto supone un perjuicio importante tanto para los escolares como para los docentes a la hora de llevar a cabo, por ejemplo, las clases de educación física», afirma.
Asimismo, Becerra reconoce que «hasta el momento se han acometido pequeñas reparaciones», cuando era ya una cuestión de emergencia, pero «no se ha hecho todo lo que había que hacer». Tanto es así que, en el último Pleno, 12 de las 17 AMPAs de los colegios del municipio acudieron al Pleno municipal para llamar la atención al equipo de Gobierno. «Cuando las AMPAS se presentan en un pleno y aguantan las cinco horas del mismo estoicamente para manifestar individualmente, en el turno de ruegos y preguntas, esas quejas a los miembros de la corporación de Gobierno, uno se puede hacerse a la idea de cuál es el nivel de hartazgo y enfado que existe con la actuación del Ayuntamiento», asevera Becerra, asegurando, en todo momento, que esta «no es una cuestión de oposición, sino que la situación ha excedido lo que es el trámite político para instalarse en el sentir general de la comunidad educativa».
Ahora, con las elecciones a la vuelta de la esquina, ¿qué pasa si cambiamos de legislatura y ese dinero no se ha gastado? Becerra asegura que el dinero está reservado y que, «a no ser que haya una modificación del acuerdo, se debe continuar destinando a ese fin». Lo que para él representa «el gran problema» al que se enfrentan los centros educativos de Coslada no es tanto la falta de inversión, sino la falta de previsión del gobierno actual y de la pasada legislatura –ostentada también por el PSOE–. «No han sabido dar respuesta a la necesidad que tienen los centros de tener un mantenimiento de forma continuada», dice. «Si lo hubieran hecho, no haría falta hacer un esfuerzo económico tan importante a la hora de hacer reparaciones de mayor calado», asegura. «En los servicios municipales, el número de personas que están destinadas a ese fin no dan abasto con esas pequeñas reparaciones. Y, poco a poco, las cosas se van complicando», explica.
Por ello, el problema no es solo la «lentitud a la hora de hacer frente a las inversiones», sino que «no hay una labor de mantenimiento y conservación adecuada», lo que provoca que, a medio y largo plazo, «haya que hacer un esfuerzo económico mayor porque la envergadura de las reparaciones es mucho más grave», añade Becerra, aseverando que de ahí procede también «el enfado de la comunidad educativa». Ejemplo de ello es que ahora, con la llegada del frío, hay calefacciones sin funcionar. «Está claro que existen las averías fortuitas que no se pueden prever, pero si tienes una labor de vigilancia y prevención, muchas se pueden evitar», dice. «Si antes de que empiece el curso te preocupas de pasar por los centros y verificar que funcionan bien, te puedes evitar sustos», continúa. Sobre todo, porque una calefacción no parece una cosa que se tenga que revisar con un colegio lleno de niños. «Está claro que hay cosas en las que no se puede ahorrar», confirma Becerra.
En la misma línea, Loli Pérez, vicepresidenta de la Federación de AMPAs de Coslada (FAMPA), explica que han tenido, desde la comunidad educativa, diferentes reuniones con la Concejalía de Educación y con la Concejalía de Vías y Obras «para tratar el tema de las reparaciones en los centros». «Cuando se aprobó el presupuesto para hacer los arreglos en los centros, en 2019, se consultó a los directores de los centros cuáles eran los arreglos más urgentes que necesitaban. Hicieron su estudio, estaba todo aprobado, pero llegó la pandemia, Filomena… y todo eso lo retrasó», explica. Algo que les resulta totalmente «comprensible», al igual que el hecho de que «toda la parte de contratación lleve un periodo de tiempo, porque hay que sacar las licitaciones de las obras, y todo eso lleva un trámite».
Sin embargo, asevera que «han pasado tres años y muchas de esas obras no se han acometido». «Nuestra queja es que, dentro de los trámites razonables, no puede llegar un momento en el que parezca que los colegios están abandonados». De hecho, «según el concejal de vías y obras llegan al 90% de los avisos, pero es que no es real, porque hay goteras en los colegios que son enormes». Por ejemplo, de tanto esperar las reparaciones, «en el Gonzalo de Berceo ha llegado un momento en el que la obra es mayor, porque el patio es en descenso de tres niveles, en los que se ha ido corriendo el terreno y las gradas están inhabilitadas, porque tienen riesgo de caerse», explica Pérez, que, si bien reconoce que muchos de los centros «son muy antiguos», subraya que «el mantenimiento, al no llevarse bien a cabo, llega un momento en el que se hacen obras mayores, que pasan a ser de la Comunidad de Madrid».
Asimismo, señala que esos casi dos millones de euros iban a estar destinados también a «cambiar cañerías, cocinas y calderas», lo cual tampoco se ha hecho. «Parece que con que hayan arreglado algunas pistas deportivas es suficiente, pero no lo es», asevera, consciente del malestar de las familias. «Los padres, evidentemente, se quejan y quieren hacer más cosas. Hemos intentado ir por las buenas, pero es que no hay manera. Muchas veces se escudan en que eso le corresponde a la Comunidad de Madrid, pero lo que no pueden eludir es que nuestra representación está en sus manos. Son ellos los que tienen que hacer algo. No puede ser que seamos los padres los que tenemos que estar mandando escritos a las diferentes competencias. No tenemos por qué saber esas cosas», denuncia Pérez. «El Gonzalo de Berceo, por ejemplo, tiene unos socavones en las pistas impresionantes, y en infantil de este centro había una gotera enorme. El agujero no se arregló, lo taparon. Y claro, cuando ha vuelto a llover, ha vuelto a salir, y hay humedades en las clases».
✕
Accede a tu cuenta para comentar