Solidaridad

Los “Reyes Magos de Verdad” existen y colaboran con esta asociación de Madrid

Desde las navidades de 2007, un grupo de voluntarios se encarga de que los niños necesitados, personas discapacitadas y ancianos reciban los regalos que han pedido a sus Majestades

El espacio cedido por los Jesuitas en pleno Serrano ha acogido estos días cerca de tres mil regalos
El espacio cedido por los Jesuitas en pleno Serrano ha acogido estos días cerca de tres mil regalosAlberto R. RoldánLa Razón

Han sido días de duros de trabajo para los ayudantes de los Reyes Magos. Faltan apenas horas para que lleguen desde el Lejano Oriente y hagan entrega de los regalos que todas las personas del mundo han pedido este año. Pero llegar a todos los rincones no sería posible sin la ayuda de sus pajes, camellos y de todos aquellos ayudantes que lo hacen posible. Desde hace quince años, la asociación Reyes Magos de verdad se dedica a hacer llegar los regalos que los niños más necesitados, personas con discapacidad y personas mayores han pedido a sus Majestades. Su labor, en ocasiones mágica, ha sumado más adeptos que han querido sumarse a la plantilla de Melchor, Gaspar y Baltasar año tras año para lograr un mundo más feliz y mejor.

Solo el año pasado llevaron cerca de 15.000 regalos a 276 centros repartidos por 14 comunidades autónomas. Una iniciativa que surgió en las navidades de 2007 cuando su creadora, Paloma Lladó, era voluntaria en una casa de acogida con 150 niños a los que decidió pedir sus cartas y repartirlas entre sus familiares. Quince años después, siguen luchando por un mismo objetivo: acabar con aquellos niños y ancianos que, por desgracia, no recibirán lo que han pedido. Eso es lo que les diferencia de otras asociaciones, que no recogen regalos genéricos o de segunda mano, sino los que cada uno de ellos han pedido a sus Majestades. En el espacio que los Jesuitas les han cedido en la calle Serrano, cuatro reinas magas de las sesenta que coordinan el proyecto, ultiman los detalles para la noche del día cinco. “La ilusión de ellos no viene de lo material, sino que lo que les ocurre a estas personas es que nadie les escucha o les presta atención. La emoción está en que alguien se haya leído su carta y se hayan molestado en traerles lo que han pedido”, confiesa a LA RAZÓN una de ellas. Y que una vez al año tengan la posibilidad de estrenar el juguete que tanto querían.

Reyes Magos de Verdad es un proyecto sin ánimo de lucro en el que colaboran cientos de personas de forma desinteresada para devolver la ilusión a niños, ancianos y personas sin recursos a través de un regalo de Reyes.
Reyes Magos de Verdad es un proyecto sin ánimo de lucro en el que colaboran cientos de personas de forma desinteresada para devolver la ilusión a niños, ancianos y personas sin recursos a través de un regalo de Reyes.Alberto R. RoldánLa Razón

Es en el mes de septiembre esta red de reinas magas comienza a organizar la campaña para que la magia sea posible. Son ellas, las que personalmente se encargan de conocer los centros que creen que pueden necesitar su ayuda. En el mes de septiembre, con las navidades más próximas, es cuando piden las cartas para sus Majestades y dos meses más tarde, cuando se las hacen llegar a los regaladores que previamente se han apuntado en su página web. Este año han superado los 15.0000. Cada uno de ellos cuenta con una horquilla presupuestaria de entre 25 y 35 euros y pueden solicitar cinco cartas como máximo. Una vez cumplidos los deseos, falta entregar los paquetes en el punto de entrega que escojan. Solo de este centro de la capital saldrán tres mil regalos.

Las más veteranas confiesan que los deseos de los niños cambian todos los años y varían en función de las modas. Sin embargo, los de los mayores no dejan de sorprenderles. “Nos han pedido desde una naranja, una pastilla de jabón, una manta o un rastrillo… este año alguien nos ha pedido Trombocid”, dice otra de ellas. En definitiva, cosas sencillas porque en realidad su gran ilusión está en recibir un paquete con su nombre. “Otros nos piden ver a sus familiares, porque se sienten solos y aislados, o volver a ver a sus padres”, añade otra de las reinas. Por casos como este, este año han tomado la decisión de dar respuesta a estas cartas. “A veces es difícil darles una respuesta, intentamos hacerlo como lo harían los Reyes Magos. Con todo el cariño y la compresión. No podemos llevarles a sus familiares, pero sí decirles que estos les están cuidando desde el cielo y que son ellos los que le envían el regalo”, relatan emocionadas.

Esto ha hecho que ellas mismas vivan reacciones muy bonitas durante estas semanas: “Es increíble ver a chicos jóvenes leyendo las cartas de estas personas mayores, les impresiona la escritura y lo que muchos dicen en ellas, les toca el corazón”. Para ellas, trabajar con gente joven es una motivación más para seguir colaborando año tras año. “Es necesario generar estos espacios para que participen de forma altruista por ayudar a los demás, algo que creemos que no está de moda y que requiere un sacrificio y una involucración”, apuntan. La excusa perfecta para que jóvenes y mayores compartan espacio y tiempo juntos. Un proyecto para el que no faltan manos y en el que todo el mundo tiene cabida, sin importar la edad, el sexo o la fe. “Lo mejor de un proyecto tan grande como este es la gente bonita que se junta, diferente, pero con el mismo objetivo y la ilusión de ayudar”, sentencian.

También resaltan la importancia de que la gente colabore durante todo el año. Reyes Magos de Verdad tiene una duración corta, pero son muchas otras campañas en las que trabajan y a las que muchas personas se suman a raíz de esta. Porque como dicen, “el que comienza a ayudar quieren repetir”. Como todo suma, son muchas las empresas que se han ido uniendo a la causa y que han querido colaborar con el transporte de los regalos, con papel para envolver o con las cajas para almacenar todos los paquetes. “No recaudamos dinero, para todo aquel que quiera colaborar pensamos en cómo puede hacerlo; bien con materiales o con las necesidades que tengan los distintos centros”, destacan.

Hace casi dos semanas que los regaladores tenían abierto el plazo para entregar sus regalos, pero los últimos días, son los más intensos y llenos de imprevistos. “Ahí es cuando descubres que los Reyes Magos existen. Ocurre la magia. Y la generosidad de la gente nos salva de muchos imprevistos que surgen los últimos días”, sentencian. Es en esos momentos donde, según dicen, tienen que creer en el destino. Como aquella vez cuando un niño pidió una silla de ruedas y cayó en manos de un regalador que tenía una. O la de una madre soltera con un recién nacido que recibió otra que había vivido lo mismo seis meses antes y que han mantenido el contacto hasta hace poco tiempo para enviarle todo lo que se le iba quedando pequeño a su bebé.