Salud
Alerta ante la llegada de las procesionarias a Madrid
No hay que tocar una de estas orugas o pisarla, pues podemos llevarnos los "pelos urticantes" que las cubren a casa y tener una reacción alérgica
La llegada de la primavera trae aparejada, con la alegría por los días con más luz o el buen tiempo, un buen cúmulo de preocupaciones si se tiene un perro. Entre los primeros asuntos que preocupan en esta época del año están las procesionarias. Este año la llegada de la conocida como procesionaria del pino ha sido, apuntan los expertos, masiva. Desde febrero, pese al frío, están llegando alertas desde diversos puntos de España. Y concreto en Madrid han comenzado a tomar parques y jardines. No hay que olvidar los sitios donde parece que hay más, para poder avisar a las autoridades municipales, en cada caso, y para evitar esas zonas en la medida de lo posible en los paseos con los animales.
Las larvas de la procesionaria nacen en verano y pasan el invierno en las bolsas que se fabrican en las ramas de los pinos. Cuando pasa el frío, justo antes de primavera, o en los primeros días de ésta, como ahora, salen y forman sus filas, sus procesiones, para ir a enterrarse e iniciar la fase de pupa y, eventualmente, volver a convertirse en mariposas.
Es en ese momento, cuando inician su camino en fila india por parques y senderos, cuando nos podemos topar con ellas y cuando más daño hacen, tanto a los perros como a los humanos.
Y según los expertos, el contacto reiterado no produce inmunidad, sino todo lo contrario. Cuanto más contacto se tiene, más propensa se hace la persona a sufrir males más graves como dificultades respiratorias, llagas en las mucosas y otras patologías.
Nunca hay que tocar una oruga o pisarla porque podemos llevarnos los "pelos urticantes" que las recubren, a casa. Algo peligroso, pues éstos pueden provocarnos una reacción alérgica. Lo que cabe hacer, cuando se ven orugas en un pinar, es llamar al 010 y avisar para que vengan a acabar con ellas.
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