
Paseo por Madrid
Arturo Soria, calle asesina
Se ha convertido en una avenida rápida a determinadas horas y los técnicos municipales deben tener mucho trabajo

El grupo no tendría más de 15 personas. Creo que eran gente más bien joven. Era poco más de la una de la tarde y se reunieron en silencio en torno a un altar, que una semana después aún vive. La tarde anterior recibí un mensaje del Samur: motorista de 50 años muerto en Arturo Soria. Ocurrió a pocos metros de mi casa cuando su moto de gran cilindrada se fue al suelo con la mala suerte de que su cuerpo chocó contra un árbol. Un desastre más de las lluvias que nos han caído en las últimas semanas. Llevo recorriendo esta calle 40 años y me preocupa que en esta vía, que lleva el nombre de un gran urbanista que proclamaba que la ciudad puede ser humana, muera tanta gente.
Arturo Soria se ha convertido en una avenida rápida a determinadas horas y los técnicos municipales deben tener mucho trabajo para discurrir sistemas para calmar el tráfico. Me imagino que tendrán datos porque yo, sin tirar de Internet y archivo, recuerdo varias muertes en poco tiempo. Mi amigo Arturo murió una noche tras un cierre del periódico durísimo, como todos, al estrellarse contra un árbol. También esa noche la calzada estaba mojada. En otra ocasión un chaval, creo que era un mensajero, falleció al chocar cuando bajaba de una bocacalle frente a la residencia psiquiátrica San Miguel. No muy lejos un sábado vi a una mujer, parece que era una monja, tirada en la mediana de esa calle tras ser atropellada por un coche. El Ayuntamiento colocó, poco después, un semáforo en el sitio justo donde murió la monja. Esta historia se repite muchas veces señor alcalde. Calles asesinas a las que ustedes llegan tarde. El año pasado murieron 24 personas en Madrid, según me dice mi amigo Ronin.
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