Navidades
Cabalgata de Madrid: un deseo cumplido y un recuerdo a los niños valencianos
La lluvia no deslució la noche madrileña más mágica del año
Pasadas las 18:00 horas, la muy temida (y publicitada) lluvia que, parecía, amenazaba con aguar la Cabalgata, apenas se asomó sobre el Paseo de la Castellana. Al menos en su inicio, las miles de personas que se congregaron a lo largo del recorrido estaban más pendientes del cielo que del trayecto. Sobre todo, después del chaparrón caído apenas unas horas antes en la capital. Los chubasqueros no estorbaron, y menos ante unos escasos 7 grados de temperatura. Sin embargo, no fueron indispensables para disfrutar de una nueva noche de magia e ilusión.
Así, la cita término haciendo bueno el lema de este año: «La noche de los deseos cumplidos». El primero de todos, que la Cabalgata de Reyes se desarrollara como un año más. Antes de que Melchor, Gaspar y Baltasar irrumpieran en escena, un cortejo de más de un millar de personas «calentó» el ambiente en la plaza de San Juan de la Cruz. En total, algo más de dos kilómetros de recorrido, en los que, además de varios organismos, públicos y privados, participaron diez compañías artísticas.
La Policía Municipal de Madrid abrió el desfile con su Banda de Música y el Escuadrón de Caballería, seguidos de dos autobuses Naviluz y dos unidades móviles de SAMUR-Protección Civil y dos de SAMUR-Social. A todos ellos se sumaron representantes de la Empresa Municipal de Transportes (EMT Madrid), mientras que el Cuerpo de Bomberos de Madrid cerró esta sección con algunos de los vehículos más emblemáticos de su museo. Entre ellos, un Seat 600, un Autoescala Magirus y la Bomba Rosenbauer.
A continuación, llegó la música: las percusiones, trompetas y banderas que anunciaron la llegada de la comitiva real. Fue el turno de los sbandieratori florentinos de la Compañía Bandierai degli Uffizi, que dieron paso al faro que guió a Sus Majestades: la estrella de Oriente. En torno a la luz, revoloteó el cortejo de siete ángeles patinadores de la compañía Morboria.
No fueron los únicos ángeles: otro se desplazó en el interior de una esfera; otro se elevó 20 metros gracias a un globo de helio, y tres más, con crinolinas luminosas –las faldas victorianas, una época a la que se homenajeó en esta edición–, todos de la compañía Festi Group, bailaron para anunciar a los Magos de Oriente.
Quince jinetes, de la Unidad Especial de Caballería de la Brigada Provincial de la Policía Nacional, abrieron paso a las carrozas invitadas en este 2025. Entre ellas, la de la Conferencia Episcopal y la de la Fundación Pequeño Deseo, ONG que cumple 25 años haciendo realidad los deseos de niños y niñas con enfermedades graves.
También estuvieron presentes los patrocinadores: Amazon, Fundación Universitaria San Pablo CEU y LEGO, acompañados de tres marionetas gigantes de la compañía Caramantran. Estos juguetes estuvieron iluminados con miles de luces, bailando al ritmo de saxofones. Urbaser, RTVE, Teatro Real y El Corte Inglés, fueron otros de los patrocinadores presentes.
Por su parte, la Banda de Clarines del Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil encabezó la comitiva principal, acompañados de cinco abanderados y quince pajes. Uno de los detalles avanzados por el Ayuntamiento fue que las carrozas reales brindarían un homenaje al agua, la tierra y el aire. Y así fue. El rey Melchor llegó navegando a bordo de la «nave de la creación»: un barco con aletas y ojos que conecta con la simbología del Arca de Noé, evocando la creación como un regalo de vida y purificación. Con Melchor llegaron también animales marinos legendarios, como los Peixos de Sarruga. Además, la compañía Remue Ménage dio vida a toda una constelación marina, medusas y estrellas incluidas.
El aire estuvo representado por la carroza de Gaspar. En su caso, un híbrido entre máquina y animal, conformando un pájaro mecánico. que simbolizó el diálogo constante entre el hombre y la naturaleza. Mientras, los aventureros de la compañía Remue Ménage, a bordo de sus máquinas voladoras, estuvieron guiados por músicos portadores de luz. Todos ellos lanzaron un reto: el eterno anhelo de explorar nuevos horizontes.
Por último, Baltasar, a bordo de una enorme tortuga, quiso simbolizar la experiencia y la serenidad de la edad.. Aquí, fueron los muñecos africanos, de la Compagnie Oposito, los que nos hablaron de la esperanza, la luz y el misterio de la creación.
Ya en Cibeles, escenario que, previamente, había sido animado por el espectáculo «Circlassica» de Productores de Sonrisas, Melchor tomó la palabra. Pasadas las 20:00 horas, José Luis Martínez-Almeida les dio la bienvenida: «En Madrid, esta noche, está prohibido que se reparta carbón. Vais a a hacer todo lo posible para que los deseos de los niños valencianos se cumplan», dijo, en referencia a las víctimas de la DANA en Valencia.
«Todo aquel que llega a Madrid, es madrileño desde el primer momento», comenzó elogiando Su Majestad. «Además de guiarnos una estrella, hace 2.000 años nos guiaba una esperanza. Vosotros, los niños, sois la esperanza del futuro. Cuando el niño Jesús nos vio llegar, nos sonrió. Veo en vosotros esas sonrisas. Hemos leído todas vuestras cartas. Y vuestra sonrisa, mañana, iluminará vuestros hogares. Pero esos regalos no son sólo materiales. Habéis deseado muchas otras cosas: la salud, el bienestar de los que os rodean, que se solucionen los problemas del mundo y que haya paz», continuó. Entre esos deseos, Melchor también se acordó del bienestar de los niños valencianos: «Seguid soñando siempre», concluyó.
Gaspar se refirió a los mayores en unas fechas de «encuentro y celebración en común», con una alegría que debe repartirse entre todos, especialmente entre los «más desfavorecidos».
«Todos los madrileños y todos los españoles sois muy buena gente», dijo Baltasar, que mandó «un cariñoso saludo a todas las familias que han sufrido las inundaciones». Y, antes de que los fuegos artificiales iluminaran el cielo de Cibeles un 5 de enero más, agradeció la «solidaridad de miles de españoles, volcándose en ayudar a los demás».
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