Opinión

Cercanías y el enésimo fallo

En los siete primeros meses del año el servicio ha registrado 343 incidencias, un 41% más que en 2022. Muchas interrupciones duraron más de hora y media

 Numerosas personas en los andenes de la estación de Atocha
Numerosas personas en los andenes de la estación de Atocha, este jueves. Una incidencia en la infraestructura ferroviaria de Adif en Chamartín registrada a primera hora de la tarde de este jueves ha afectando a toda la red de Cercanías de Madrid durante casi hora y media, con demoras y prolongadas detenciones de los trenes. Sebastian Mariscal MartinezAgencia EFE

De los cinco millones de viajes que cada día se realizan en transporte público en la Comunidad de Madrid, el 12%, unos 600.000, se contabilizan en Cercanías. Es el único medio de transporte cuyo funcionamiento es responsabilidad exclusiva de la Administración General del Estado en nuestra región.

Lamentablemente un largo listado de quejas acompaña a este servicio que, en los siete primeros meses de este año, ha registrado 343 incidencias, un 41% más que en todo 2022. En 24 casos, las interrupciones del servicio fueron superiores a una hora de duración.

Hace tan sólo unos días, Adif notificaba la suspensión temporal del servicio en toda la red Cercanías de nuestra comunidad debido al enésimo fallo.

No obstante, basta con ojear la hemeroteca reciente para encontrar demoras en cinco líneas por una avería en la estación de Móstoles; interrupción del funcionamiento de los teleindicadores obligando a los viajeros a buscar la información en la rotulación de los propios trenes; usuarios atrapados más de 60 minutos soportando altas temperaturas y cinco líneas con graves retrasos; seis horas de problemas en la C5 por la avería de un tren en la estación Doce de Octubre e interminables retrasos en ocho de las diez líneas por un incidente en Atocha.

En abril de 2018 cuando el Partido Popular gobernaba presentó un Plan Integral de Mejora de los Servicios de Cercanías de Madrid, con un horizonte de trabajo de siete años, dotado con una inversión de más de 5.000 millones de euros que incluía actuar sobre nueve ejes y realizar siete ampliaciones de líneas.

Cuando dos meses más tarde tomó posesión el primer ejecutivo de Pedro Sánchez, el titular de Fomento, se limitó a anunciar un aumento de la inversión sin especificar ningún programa ni detallar un calendario de ejecución.

En estos cinco años ha cambiado el ministro y el nombre del Ministerio, pero los problemas de Cercanías en Madrid siguen sin solucionarse y el registro de interrupciones, retrasos y afecciones no hace nada más que crecer. Cada cancelación y cada avería repetidos un día tras otro, son la certificación del desdén del Gobierno de España hacia la Comunidad de Madrid y de una forma sectaria de entender el ejercicio de la política y la gestión de los servicios públicos que perjudica a los ciudadanos y daña la imagen de dos empresas históricamente ejemplares como Adif y Renfe. Los madrileños no nos merecemos esto. No hay una cuantificación de los miles de horas perdidas, del valor del trabajo que no se ha podido realizar y de otros perjuicios atribuibles a la falta de regularidad de los trenes de Cercanías, pero el daño causado por esta situación es grave tanto en términos de productividad como de pérdida de un valor intangible fundamental como es la confianza.

Desde el Consorcio Regional de Transportes, autoridad única en la materia en nuestra región, dependiente del Gobierno de la Comunidad de Madrid, seguiremos construyendo un sistema de cooperación y coordinación que consiga que todos los madrileños y los millones de visitantes que recibimos cada año dispongan de una forma rápida, fácil, cómoda y segura de desplazarse por nuestra región.

*Jorge Rodrigo es consejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid