Opinión
Coches sospechosos de matar
El día 1 entra en funcionamiento otra fase de la Zona de Bajas Emisiones, ahora en el exterior de la M-30
Hace algunos años, los progres, e incluso los menos progres, pero juiciosos, comenzaron campañas contra las cámaras que controlaban la seguridad de las personas tanto en el Metro como en las calles. No querían que se violara la intimidad de los ciudadanos. Hoy, treinta años después, las cosas han cambiado. Toda la sociedad acepta las cámaras, pero siempre que sus imágenes estén reguladas y controladas por las autoridades y no pase como con Cristina Cifuentes, que un conocido supermercado «archivó» una grabación y luego, cuando interesó a no se sabe a quién, la soltaron en los medios y la hundieron.
Ahora, los sospechosos, los malos, son los coches y furgonetas. El día 1 entra en funcionamiento otra fase de la Zona de Bajas Emisiones, ahora en el exterior de la M-30. Los vehículos contaminantes de las personas que no estén empadronadas en Madrid serán multados. Primero se les advertirá por carta y luego sanción al canto.
La clasificación es un lío, pero está claro que hay una caza al coche contaminante y parece razonable. El objetivo es la reducción de los óxidos de nitrógeno en la ciudad, que mata a los ciudadanos.
El Ayuntamiento tiene ya 257 cámaras, que aumentará en otras 200 para controlar el exterior de la M-30, lo que hará que haya más de 450 para vigilar que los contaminadores de fuera no entren en nuestra casa. Luego les tocará a los contaminantes aunque estén empadronados, y así seguiremos hasta acabar con los que nos matan con sus humos.
Es el progreso. Sólo falta que los vehículos eléctricos e híbridos bajen los precios, puntos de carga, y que se ayude a la compra de estos coches, de verdad, especialmente a los dueños de las furgonetas que necesitan el vehículo para comer.
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