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Historia

El Colón que voló de Madrid a Central Park

Igual que la estatua de la Libertad de Nueva York tiene su pequeña réplica en París, esta también fue «clonada»

El Colón que voló de Madrid a Central Park LR

Una ciudad que muchos califican de «capital del mundo», al menos en un reciente pasado... Una urbe vibrante y con una actividad frenética que acaparó atenciones y capitales, enormes fortunas que allí crecieron o hacia allí fueron. Una tierra de provisión que también lo fue para el arte. De la arquitectura a la pintura, y con la que muchos quisieron «congraciarse». De ahí el regalo francés de la Estatua de la Libertad o esta que nos ocupa: la réplica del monumento a Cristóbal Colón que se puede contemplar en pleno centro de Madrid, en la plaza que a él está dedicado: Colón.

Este tributo al almirante de Castilla, situada en el parque de Central Park, en Manhattan, en Nueva York, en Estados Unidos, es una copia en bronce de la realizada por el escultor español Jerónimo Suñol y Pujol y que está situada, como apuntamos, en la plaza madrileña.

Base de la estatua de Cristóbal ColónLR

Jerónimo Miguel Suñol, de origen catalán, fue muy prolífico en su vida artística madrileña. A él se debe la decoración del reloj del Banco de España en Madrid, el monumento al marqués de Salamanca que se puede ver en la plaza a él dedicada. También el mausoleo de Leopoldo O’Donnell,​ en la iglesia de Santa Bárbara o las esculturas de San Pedro y San Pablo, en la basílica de San Francisco el Grande. Un artista reconocible y reconocido en su tiempo en en nuestros días.

La escultura muestra al descubridor de pie, con las armas extendidas, mirando al cielo en gratitud por el exitoso viaje.

En 1892, la escultura fue donada al Central Park por la New York Genealogical and Biographical Society en conmemoración del IV Centenario de la llegada a América de Cristóbal Colón. Fue inaugurado el 12 de mayo de 1894 por el vicepresidente Adlai E. Stevenson I.

En todo caso, toca no confundir la estatua de Central Park con otra: la figura de mármol de Cristóbal Colón que se alza sobre una columna de granito de 76 pies en el centro de Columbus Circle.

El periódico en italiano «Il Progresso» dirigió una campaña de recaudación entre las comunidades italoamericanas para financiar la construcción del monumento. Una manera de despertar el orgullo italiano entre los inmigrantes de esa nacionalidad en su nueva tierra de acogida. Un grupo de población que era objeto y objetivo del racismo anglosajón y protestante por su credo católico. El escultor italiano Gaetano Russo creó este monumento en 1892 para conmemorar el cuarto centenario del primer viaje de Colón a América. Esa era la excusa para espantar las pesadumbres y llenar de orgullo patrio a los italoamericanos. Curiosamente, se les fue la mano, pues los elementos de bronce de la columna muestran representaciones de los barcos de Colón en forma de galeras romanas en lugar de carabelas.

En agosto de 2017, la estatua fue vandalizada con pintura roja y grafiti con las frases «Hate will not be tolerated» (El odio no será tolerado) y «#somethingscoming» (algo viene). Fue restaurada poco después. Un ataque que llevó al alcalde de la ciudad en aquel momento, Bill de Blasio, a condenar el acto a través de un portavoz, al considerar que el vandalismo no es el «enfoque correcto para estas discusiones o monumentos».

En Los Ángeles, la revisión de la figura de Colón ha llevado a la ciudad a replantear la festividad del «Columbus Day», que se celebra el segundo lunes de cada mes de octubre, y transformarla en el Día de los Pueblos Indígenas.

Sin duda unos cambios de sensibilidad, y una voluntad de reescribir la historia, que está muy lejos del espíritu que animó a la New York Genealogical and Biographical Society y al propio Jerónimo Suñol, a finales del siglo XIX, cuando se apostó por «clonar» la estatua de Colón en este parque central de Nueva York.