Entrevista
"Conociendo Rusia", el pop-rock de raíces italianas, argentinas, rusas y españolas
Mateo Sujatovich dará un concierto en el festival madrileño Rio Babel el próximo viernes 30 de junio
‘Todas las hojas son del viento’, de Spinetta, sigue siendo su búnker donde refugiarse pese a los años. Cuenta con una trayectoria de lo más interesante: forma parte de la cultura rock argentina, se lleva muy bien con el cantante de Leiva y jugó en el Real Madrid. “Es difícil explicar el origen del título ‘Conociendo Rusia’”, reconoce. Su nombre no tiene una trascendencia política y tampoco ha estado en Rusia, sin embargo, Mateo Sujatovich hubiera deseado ahora, en tiempos de guerra, conservar su apellido. ‘Conociendo Rusia’ no es más que un juego que se remonta a su infancia cuando lo llamaban “Ruso”.
Confiesa “amar España” y tenerle un cariño especial tras haber vivido durante años aquí, previamente a regresar a su tierra, Argentina. Por ello, es uno de los artistas que ofrecerá un concierto en el festival madrileño, Río Babel, el próximo viernes 30 de junio. Aun así, su intención siempre es volver a Buenos Aires “una ciudad conformada por numerosos inmigrantes cuyas guerras hicieron que la gente fuese a instalarse y buscarse la vida”, explica. “Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos rusos se trasladaron a Argentina, y uno de esos tantos fue mi tatarabuelo, de ahí mi apellido, una mezcla rusa y una rama italiana de mi madre. A mi padre lo llamaban Ruso, luego el apodo llegó a mí”.
La música ha sido una costumbre muy propia de su familia, un tema recurrente y lo que siempre sonaba de fondo: “Es la mayor pasión de mi padre, lo recuerdo desde pequeño. Tiene un estudio muy lindo donde me encanta ir. Yo pensaba en ser futbolista y por eso vine a España por primera vez, con intención de jugar en la escuela de fútbol del Real Madrid. Pero cuando cogí la guitarra nunca más pude soltarla”. Posicionarse no ha sido fácil, ni siquiera para el que contaba con un conocimiento propio sobre la industria: “Después de dejar España, en Buenos Aires formé una banda con amigos del colegio, empezamos a tocar y conocimos a mucha gente. Posteriormente trabajé con mi padre componiendo música de películas y me llamaron artistas para que yo fuese su guitarrista. Tuve la suerte de que pude descubrir el mundo de la música en todos los terrenos y cuando hice Conociendo Rusia, contaba entonces con 27 años, estaba preparado. Como solista ya había grabado mucho. Sabía lo que estaba haciendo, contaba con un bagaje en estudios de producción, con el tiempo que necesitaba y las energías suficientes”.
Experiencia en España
En 2001, durante la crisis económica del país latino, la familia de Mateo se trasladó a España. Él tenía 13 años recién cumplidos y vivieron tres años en Ciudad Lineal (Madrid): “Fue una experiencia muy importante para mí. Supe lo que era el arraigo y el extrañar a la patria. Yo quiero mucho a Argentina. Lo que no significa que no encontrase en España un lugar de referencia. Siempre que vuelvo a Madrid es una ilusión de reencontrarse con personas y lugares, me siento también en hogar”.
Además, a Mateo le gusta el “clima particular” que se vive en España porque conviven muchos argentinos y existe una cultura compartida y similar entre ambos países de los cuales se siente parte. “En los conciertos, gente de distintos conciertos se conocen. En la gira que di en España en 2021 descubrí un país muy abierto, muy musical y muchos lugares increíbles, donde podría vivir perfectamente”, apela el cantante.
Trayectoria
Conociendo Rusia cuenta con tres discos y de cada uno se lleva un aprendizaje: el primero supuso dar el gran salto y vencer al miedo –“porque escribir puede dar mucha vergüenza a veces”–, el segundo fue algo más profesional que le hizo ser más conocido y saber que “estaba allí para quedarse”, mientras que el tercero trae un contexto de los tiempos de Covid –“una grabación de quince días en la que íbamos todos con mascarilla”–. A diferencia de otros profesionales del mundo del arte, Mateo no experimentó la pandemia como un tiempo de inspiración para impulsar su creatividad, “fue algo duro de lo que puedo sacar cosas positivas de la soledad, pero fue un momento pésimo para todos”, apela. No obstante, sí supo adaptarse a las circunstancias e hizo una especie de gira mundial de manera online: “Había que divertirse de algún modo. Nos fuimos toda la banda a un estudio de música importante en Buenos Aires, la gente compraba sus tickets y lo veía en directo en el mismo momento de la grabación. Así estuvimos tres días, fue tan especial como raro, es otra forma de percibir el calor y el feedback del público”, considera el cantante. “Somos una especie que ante los problemas sabemos darle la vuelta. Al menos yo soy así y la gente que trabaja conmigo también. Somos músicos y queremos que vengan muchos espectadores a escucharnos”. Y aunque cada vez cueste más identificar un estilo solo de música, Mateo admite que “ese auge de variedades facilita el incremento en las colaboraciones". Pero él se mantiene en el ‘rock and pop’ de toda la vida, en tocar la guitarra y cantar.
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