Historia

Así era el desaparecido palacio de la Florida de Madrid

El templo de Debod, el parque del Oeste o la estación de Príncipe Pío ocupan el espacio de aquella quinta espléndida

El desaparecido palacio de la Florida en Madrid
El desaparecido palacio de la Florida en MadridMuseo de Historia de Madrid

Un recinto palaciego hoy desaparecido... o mejor dicho, de manera más positiva, un terreno incorporado a la ciudad de Madrid. El Real Sitio de la Florida, también conocido como el palacio del marqués de Castel Rodrigo, pues en este predio se ubicaba, forma parte de la memoria de la Villa y Corte.

Pocos documentos e imágenes quedan de aquella construcción que nos hablen de su aspecto, salvo una pintura original y sus copias. La obra de referencia se encuentra en el Palacio de Mombello, en la italiana Lombardía. De esa representación tenemos una copia en el Museo de Historia de Madrid.

Para ubicarnos, en la colina que hoy se conoce como montaña del Príncipe Pío estuvo la huerta de la Florida. Un espacio, como apuntamos, grande, amplio y de difícil gestión agraria pues contaba con numerosos desniveles que hacían complicado ser arado. Un lugar para la inventiva en la jardinería. Nunca para la explotación agraria. Un predio que pasó por distintas manos, desde el duque de Lerma a la Compañía de Jesús, hasta llegar a manos del marqués de Castel Rodrigo, a cuya iniciativa se debe un palacio que más parecía una villa o quinta italiana. A su muerte, la finca la heredó primero Leonor Moura, su hija, quien al morir sin descendencia, se la dejó a su hermana, la otra hija del marqués, Juana Moura, casada con Gisberto Pío de Saboya, príncipe de San Gregorio. Del hijo de estos últimos, el príncipe Francisco Pío de Saboya, tomó el nombre este lugar: montaña del Príncipe Pío. Un espacio que, con el tiempo, daría lugar a una de las primeras estaciones de ferrocarril de España. Así las cosas, en 1792 la finca y todas sus propiedades, entre las que se contaban un palacio, huertas, tierras, palomar, casa de vacas, fuentes, montaña y unos jardines colocados en terrenos a distintos niveles, fueron adquiridos por el Carlos IV, con lo que el conjunto entró a formar parte de la Corona. Con el paso del tiempo, a mediados del siglo XIX, y dentro de las operaciones urbanísticas de la época, entre las que estaba la urbanización del nuevo Barrio de Salamanca por ejemplo, la reina Isabel II proyectó urbanizar los terrenos de la Montaña del Príncipe Pío para crear un barrio para la nobleza y burguesía del momento. Un nuevo barrio que estuviese cercano al Palacio Real. En ese origen está el Barrio de Argüelles. Todo ello llevado a cabo tras importantes desmontes, debido a lo escarpado del terreno. Allí se crearon las primeras diez calles del barrio de Argüelles, entre las que se encontraban las de Ferraz, Princesa, Quintana y Ventura Rodríguez. A partir de 1859 comenzaron a venderse solares. En poco tiempo, la operación urbanística fue un éxito.

En 1860 en la cima de la colina se levantó el Cuartel de la Montaña, derribado tras la Guerra Civil y que posteriormente pasará a acoger el Templo de Debob. Unos restos arqueológicos egipcios estos últimos llegados a Madrid tras la imponente construcción de la presa de Asuán. El Gobierno egipcio los regaló a la ciudad de Madrid y fue transportado, reconstruido piedra a piedra y abierto al público en su actual ubicación en 1972. Este espacio de la Florida tiene también de tristes protagonistas a las tropas francesas de Napoleón. Aquí fue donde fusilaron a los sublevados del alzamiento del 2 de mayo de 1808 contra la tiranía del francés, escena retratada en el famoso cuadro de Goya «El 3 de mayo en Madrid o Los fusilamientos». De mal en peor, tras la revolución de «la Gloriosa», en 1868, lo que quedaba de aquel «italiano» palacio de la Florida pasó a manos del Estado y en 1906 el alcalde de Madrid, Alberto Aguilera, solicitó unos terrenos en la ladera para la creación del llamado luego Parque del Oeste. Del palacio de la Florida no quedan restos. Y casi tampoco memoria.