Municipios
Desesperación en el barrio okupado de Alcorcón
Los vecinos de la Avenida Villaviciosa exigen soluciones ante la proliferación también de asentamientos chabolistas
El entorno de la Avenida Villaviciosa de Alcorcón se encuentra sumido en una creciente espiral de inseguridad, okupación y deterioro de las condiciones de vida de sus residentes. En un contexto ya crítico, la situación se ha agravado con la proliferación de asentamientos chabolistas, la okupación ilegal de viviendas pertenecientes a la SAREB y la reciente ola de disturbios y agresiones contra medios de comunicación que han intentado arrojar luz sobre este drama. Todo ello ha sumido a los vecinos de la zona en un estado de desesperación, alimentado por la aparente indiferencia del Ayuntamiento de Alcorcón ante los problemas que asolan el barrio.
Durante los últimos cuatro años, el barrio de Alcorcón ha experimentado un alarmante aumento en los índices de delincuencia, provocando un flujo constante de denuncias por parte de los residentes, quienes han expresado su alarma tanto en las redes sociales como en los medios de comunicación locales. Estas voces desesperadas han arrojado luz sobre una situación crítica, mientras el ejecutivo municipal, conformado por el tripartito compuesto por el PSOE, Podemos y Más Madrid, parece permanecer inexplicablemente indiferente. «La situación actual es intolerable, el Ayuntamiento no hace nada, nos sentimos indefensos, estamos hartos», comenta Rosa M.S, una vecina del barrio que refleja la frustración de toda la comunidad. «Los vecinos vivimos con miedo, las dos torres tienen su propia ley: disturbios, robos, suciedad, ruidos, tráfico de drogas, ¡ratas! Lo último ha sido una plaga de ratas. No sabemos a dónde acudir ya». Estos testimonios ilustran la sensación de abandono total por parte de las autoridades municipales.
El Partido Popular del Municipio llevó esta situación al pleno municipal en un esfuerzo por concienciar sobre la crisis que atraviesa el barrio. En el pleno del pasado mes de septiembre, se debatió un Plan de Seguridad que incluía medidas concretas para abordar la situación, como la creación de una oficina permanente de la Policía Municipal en el barrio, la formación de una unidad especial de Policía Municipal para combatir la okupación y un plan integral de limpieza de la zona, entre otras iniciativas.
La moción fue rechazada por el gobierno en su totalidad. La gravedad de la situación se hizo patente de manera impactante durante una conexión en directo de Telemadrid con un periodista. Mientras intentaba informar sobre la difícil realidad que enfrentan los vecinos debido a la presencia de okupas, el periodista y su cámara fueron atacados por un grupo de okupas, en su mayoría menores, en la calle Praga de Alcorcón.
Piedras, líquidos e insultos fueron arrojados contra el equipo de Telemadrid, cuando subrayaban la urgencia de abordar este problema de manera inmediata y efectiva. Sin embargo, lo que parecía ser un problema localizado parece haber generado un «efecto llamada» con la aparición de chabolas en otra parte del barrio, cerca de la estación de Renfe Cercanías Alcorcón Central, amenazando con convertirse en un asentamiento ilegal de infraviviendas.
Los residentes de la zona han advertido sobre los peligros que conlleva no abordar este problema de raíz. A pesar de que el Ayuntamiento de Alcorcón está al tanto de esta situación, no se han tomado medidas. «Tengo hijos adolescentes y pasan por esta zona a diario y ya empiezan a volver con miedo. Las “torres gemelas” (los dos edificios de la SAREB) son muy peligrosas, pero que se nos pueda llenar de chabolas el otro lado de la calle es motivo suficiente para pedirles que den un rodeo y eviten volver del colegio por esa zona. Esto es una ciudad sin ley», relata Rosa M.S.
Futuro incierto
Los afectados denuncian que la persistente inacción del Ayuntamiento en temas de seguridad y okupación es consecuencia de la presencia en el gobierno de partidos políticos que han defendido la okupación. «La existencia de un tripartito con visiones similares, pero no idénticas, y en muchos casos de desprecio a la propiedad privada, solo agrava el problema y genera inacción, dejando a los vecinos en un estado constante de angustia y desesperación ante un futuro incierto», relata otro afectado. Es por esto por lo que los residentes hacen un llamado urgente a la acción ante el alto nivel de desesperación y desánimo.
Muchos de ellos ya se han planteado abandonar el barrio, pero no encuentran compradores para sus viviendas, que han experimentado una degradación significativa en su valor. A pesar de la resignación, siguen luchando. «¡Es urgente que el Ayuntamiento de Alcorcón tome medidas ya! No somos menos que otros, ni pagamos menos que otros, para que no se pueda garantizar nuestra seguridad y bienestar. Tenemos miedo y hemos perdido la fe, y lo que es peor, nuestra dignidad como barrio», lamenta Rosa M.S.
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