Reportaje

Las Dragonas de Lavapiés, un impulso al fútbol femenino

Este club madrileño, centrado en derribar barreras, ha lanzado una guía enfocada a la inclusión de equipos solo formados por chicas

Equipo de futbol Dragonas de Lavapiés
Uno de los equipos de fútbol femeninos de Los Dragones de LavapiésDavid Jarla rAZÓN

«Vamos Manuela, ¡tú puedes!»; «Buen pase, Estrella», «¡Menudo paradón, Matilde!». Pueden ser expresiones habituales en cualquier campo de fútbol, pero créanme si les digo que en Embajadores 18, suena especial. Bajo la atenta mirada de una mujer pintada a graffiti con un cartel que dice «Socialmente iguales, totalmente libres, humanamente diferentes», un grupo de nueve niñas de entre nueve y catorce años juegan todos los jueves por la tarde al fútbol. Son las Dragonas de Lavapiés. Y están más contentas que nunca. No solo ellas, los vecinos y los niños del barrio también lo están, estrenan césped, después de meses pidiendo que solucionasen el mal estado del anterior. Hace ya diez años que el barrio de Lavapiés se unió para derribar barreras.

Muchas familias que tenían a sus hijos principalmente en los colegios públicos de la zona, decidieron que iban a jugar al fútbol en el parque y a inscribirles en la liga municipal. Al principio, sus objetivos no eran muy grandes, simplemente algo tan simple como puede parecer jugar al fútbol, lo que no se imaginaban es lo que iban a conseguir después: hacer el fútbol accesible. «Conseguimos unas equipaciones gratuitas y empezamos a probar. La acogida fue enorme, bastó con poner un simple cartel y aparecieron ochenta niños. Fuimos muy valientes porque nos atrevimos a organizarlos y ponerlos a jugar al fútbol ya el primer año», cuenta Dolores Galindo, portavoz de Dragones de Lavapiés. Todo lo que esto implicó sirvió para sacar a relucir las complicadas que muchos de estos niños estaban viviendo y que desconocían. «Lo teníamos delante y bastó una invitación para jugar al fútbol para descubrir, por ejemplo, que muchos de ellos estaban sin escolarizar», apunta.

Equipo de futbol Dragonas de Lavapiés.
Equipo de futbol Dragonas de Lavapiés.David JarLa Razón

El siguiente paso fue hacer este deporte accesible: «Puede parecer de las cosas más sencillas de ejecutar, pero una competición requiere de una estructura y conlleva unos gastos. No todo el mundo podía permitirse pagar diez euros y nosotras teníamos claro que lo solo lo harían quién pudiese». A parte de retribuir a personas, entrenadores, campos, equipaciones, botas... Ahora cuentan con dieciséis equipos municipales, tres federados, dos que juegan La Liga Gamberra, el de Mujeres Fulanita De Tal. Todos con un mismo objetivo, romper estereotipos, apoyar el futbol femenino, la diversidad y erradicar el racismo. Para incluir a las mujeres en este deporte, comenzaron las propias madres. Poco a poco se han ido sumando niñas y cada vez son más las presentes en los equipos y se están alcanzando cifras para formar exclusivos de niñas. «Todavía queda mucho por hacer, ahora que las chicas de la Selección Española han ganado el mundial parece que se está dando más visibilidad, pero muchos clubes todavía no están listos».

Una guía para clubes sin chicas

Por eso, han decidido crear una guía para clubes de que como ellas, luchan por la igualdad de género, y que nunca antes han tenido equipos femeninos y quieren tenerlos. «Cubre cosas tan básicas como que deben tener las mismas condiciones y oportunidades que tienen el resto de clubes formados por chicos». Manuela Da Silva lleva desde los seis años jugando en Los Dragones. Tiene trece. «Al principio sabía lo que era pero nunca pensé en jugar porque era una chica, solo veía a los chicos en la tele. Hasta que un amigo que juagaba aquí y me recomendó apuntarme», cuenta a este periódico. Empezó jugando con chicos, pero reconoce que prefiere hacerlo solo con sus compañeras: «ellos no me pasaban el balón, desde que me cambié de equipo, me siento mucho mejor. Son increíbles, nos llevamos muy bien».

Equipo de futbol Dragonas de Lavapies
Equipo de futbol Dragonas de LavapiesDavid JarLa Razón

Sentimiento que comparte con su compañera Matilde Domínguez, de doce años. Ella lleva jugando en Los Dragones cuatro años. «Yo nunca pensé en jugar porque mi hermano era muy bueno y nunca jugaba conmigo. Quería probar, mi hermano se apuntó y al ver que había chicas, yo también». Juntas han logrado posicionarse en el cuarto puesto de su liga. Sin embargo, Estrella Valera, de 11 años, ha jugado al fútbol desde pequeña. «Siempre me ha gustado y he tenido amigos que siempre han contado conmigo para jugar. Pero creo que desde que las chicas ganaron las cosas han cambiado mucho, se nos toma más en serio». Todas comparten el sentimiento de que este deporte es algo más que un «hobby» y que en futuro les gustaría dedicarse profesionalmente a ello.

Los Dragones de Lavapiés descubrieron el racismo en el campo con los insultos, y es que sigue tan presente hoy en día que incluso afecta a jugadores profesionales de fútbol. «El problema es que existe un racismo mucho más soterrado que también nos crea muchos obstáculos. Nos dimos cuenta con nuestros hijos en los colegios, que nunca se veía la diversidad como una oportunidad. Por eso, aprovechando que muchos de los chicos eran de India, creamos ‘‘Lavapiés Blanga Tagore’’ para dar a conocer poemas que eran Patrimonio de la Humanidad y que son verdaderos himnos para este país», y explica, «juntamos a directores de cine de ‘‘Imagine India’’, personas que hablaban en tagore, gente del barrio... valorábamos la enorme riqueza cultural que existe a nuestro al rededor. Queríamos que eso se pudiese también hacer a través del futbol».

Equipo de futbol Dragonas de Lavapiés.
Equipo de futbol Dragonas de Lavapiés.David JarLa Razón

Así, lograron también acercar a estos jóvenes los museos con los que cuenta la ciudad a solo un paso -muchos de ellos no habían ido- y han terminado por implantar en los campamentos una hora de fútbol seguida de otra de actividad cultura. También la discriminación que muchos sufrían en la escuela. «Eran expulsados por malas formas, peleas o por ser ruidosos... pero con lo que no contaban es que fuera les estaban esperando de bandas latinas para captarles». Para Galindo, «cuando tu proyectas violencia en unos niños, estos rebotan violencia». Gracias al club han descubierto una realidad y es que hay niños muy rechazados y que muchos de ellos, solo tratan de salir adelante como pueden, a veces no de la mejor forma, pero que el mundo adulto les rechaza muchísimo.

Por suerte, a punto de cumplir un lustro, el club madrileño cuenta con cincuenta niños de cincuenta nacionalidades diferentes. Este año la Fundación La Caixa les ha apoyado en un proyecto que crearon después de la pandemia y en el que utilizan las artes urbanas además del deporte. «En esta parte hacemos otras cosas como teatro, bailes, pintura...». Además, recientemente el Ministerio de Asuntos Exteriores les ha dado una ayuda para hacer monólogos con «Black Lives Matters en el Deporte», una exposición que crearon hace un par de años sobre biografías de deportistas negros que cambiaron la historia como Jesse Owens, Mohamed Ali o Simone Biles.