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El dúo madrileño Blackpanda: «Faltan espacios que ofrezcan oportunidades a artistas no tan conocidos»

Marta Marlo y Andrés Lim tocaron el pasado 13 de mayo en el Escenario Pradera por las fiestas de San Isidro, en lo que fue el concierto más multitudinario de su carrera

Reportaje artistas emergentes. Blackpanda ( Marta Marlo y Andrés Lim).© Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 14 05 2025
El dúo madrileño Blackpanda (Marta Marlo y Andrés Lim), el pasado 14 de mayo en la terraza del Hub de Carabanchel de la marca Node Living, que patrocinó el concierto del grupo en las fiestas de San Isidro.Alberto R. RoldánFotógrafos

En la Pradera de San Isidro, entre nubes que contuvieron el calor y un clima que no se atrevió a estropear la fiesta, Blackpanda se subió al escenario y lo reventó. «Fue increíble. El mejor concierto que hemos tenido hasta ahora», cuentan Marta Marlo (Madrid, 1994) y Andrés Lim (Madrid, 1986), el dúo detrás del nombre. No solo por la magnitud – estaba lleno de gente y fue la actuación que hicieron para más personas– sino por dónde lo estaban haciendo: «Es como tocar en las fiestas de nuestro pueblo. Es muy especial para nosotros», cuenta Lim. El concierto tuvo lugar el pasado martes 13 de mayo en el Escenario Pradera, y se realizó gracias al patrocinio de la marca Node Living que, en colaboración con el Ayuntamiento, trata de impulsar la escena artística de Carabanchel.

Los caminos de Marta y Andrés, las dos almas tras el proyecto Blackpanda, convergieron por primera vez en la universidad, concretamente en la Escuela Universitaria de Artes TAI, un centro adscrito a la Universidad Rey Juan Carlos desde el año 2012. Ella impartía clases de artes escénicas y Lim, de composición de música contemporánea. «Fue el primer año que se hacían estos grados en esta universidad. Estaba prácticamente vacía. Nos hicimos muy colegas», explica Marlo. Esa amistad sentó las bases de lo que después sería el proyecto musical.

El dúo madrileño Blackpanda (Marta Marlo y Andrés Lim), el pasado 14 de mayo en la fachada del Hub de Carabanchel de la marca Node Living, que patrocinó el concierto del joven en las fiestas de San Isidro.
El dúo madrileño Blackpanda (Marta Marlo y Andrés Lim), el pasado 14 de mayo en la fachada del Hub de Carabanchel de la marca Node Living, que patrocinó el concierto del joven en las fiestas de San Isidro.Alberto R. RoldánFotógrafos

En esa etapa compartieron mucho. «Tenemos edades diferentes, somos de generaciones distintas, entonces él me enseñaba música que yo no conocía y viceversa. Es muy chulo conectar con alguien que te enseña cosas que no conoces», afirma Marlo, que, en ese momento: «No estaba tanto en la electrónica, sino que escuchaba mucho Neo soul, R&B, jazz. No tanto pop realmente», dice. Por su parte, Lim: «Yo venía de electrónica de baile pura y dura. Pero también me gustaban cosas como Nicolas Jaar, como electrónica más tranquila: más para escuchar en casa y no irte al club a darlo todo».

El grupo es el punto de encuentro de estos sonidos. En Blackpanda, dice Marlo, «confluyen muchos estilos, pero generamos una identidad sonora propia». «Y si tuviéramos que afincar el proyecto en algún sitio diría pop electrónico», coinciden los dos. «Es música transversal, tiene una fusión de géneros bastante potente de diferentes sitios, que están bien mezclados y que llevan a lo que escucháis cuando ponéis Blackpanda», añade Lim.

El nacimiento de Black Panda –en Spotify tienen hoy 78.000 oyentes mensuales–como proyecto musical no fue un plan preconcebido al principio, comenzó de una manera casual y lúdica: en casa haciendo alguna cancioncilla. Pero la cosa empezó a ir bien. Ahí empezaron a focalizarlo, hace unos cuatro años, después de la pandemia.

Marlo solía escribir sus canciones en inglés –«supongo que porque la música que escuchaba antes era en inglés», dice Marlo–, pero eso cambió tras la cuarentena por el covid. «Ingresaron a mi abuelo. Como le pasó a mucha gente. Y escribí mi primera canción en español por necesidad. Fue como vomitar una canción. Y fue la primera que realmente empezó a funcionar». Y reflexiona: «Creo que hay algo de honesto en comunicar en tu idioma madre». La canción es «Qué me queda?

Entonces, de repente, como suelen ocurrir las cosas, pasaron de no tener oyentes –«no nos escuchaba nadie»– a conectar con la gente. «Era un momento muy concreto. La canción que escribí fue un haiku sobre lo que estábamos viviendo, Y creo que al final la gente conectó, aunque no era demasiado explícita».

(Marlo cree que hacer música es maravilloso en sí misma. «Pero si la gente responde a lo que tú estás generando, cobra un sentido todo. Es el siguiente paso: conectar con la gente y que te den el feedback de vuelta. Es muy gratificante».)

La idea principal era, según cuenta Marlo, «crear espacios en los que pudiéramos generar música por ocio. Y el ocio al final llevó al trabajo». Durante años, compaginaron esta creación musical con sus trabajos principales, sin la expectativa de que se convirtiera en su dedicación exclusiva: «Al principio solo probábamos, disfrutábamos haciendo música juntos». En noviembre de 2024 lanzaron su nuevo álbum «Vapor y Cielo», que llegó a entrar en el Top 100 de vinilos más vendidos durante la semana de su lanzamiento. Ese disco salió de dos retiros creativos, en paisajes increíbles en Tenerife y en Cantabria. «Es un disco conceptual que hace una metáfora entre las relaciones humanas y el propio ciclo del agua».

Los dos creen que el concierto en San Isidro fue un gran momento para llegar a mucha gente y que descubran su música. Sin embargo, consideran que existe una «burbuja» en la asistencia a conciertos y festivales actualmente. Atribuyen parte de esto a lo que describen como una «goma estirada por la cuarentena», «Ya son 4 años desde que todo el mundo quería salir sin límite. Es una burbuja que algún día reducirá un poco», considera Lim. Señalan que hay «mucha mucha oferta en cuanto a muchas propuestas de festivales». Sin embargo, a pesar de la gran oferta, Marlo cree que no hay tantos espacios que ofrezcan «oportunidades a artistas que a lo mejor no son tan conocidos o que no están en ese momento en boca de todo el mundo».