Estas son las mejores coctelerías de buen beber en Madrid

En Madrid, cada vez se bebe mejor, de eso no hay duda. Sobre todo, porque los bármanes se han profesionalizado y, además, no se entiende un buen restaurante sin una propuesta líquida a la altura. Todo cocinero cuenta con un bartender, ideólogo de esos tragos idóneos para acompañar sus recetas, algo que antes no pasaba. Y, lo que está claro es que la creatividad avanza a unos pasos agigantados y pisa los talones a la cocina sólida. Prueba de ello es que en los Best Chef Awards, Mario Villalón impartió una ponencia en la que habló de «gastro física aplicada a la coctelería, que consiste en una suma de sabores. Es decir, que el cóctel no sepa a lo que lleva», nos explica. Él es propietario de Angelita y artífice de los cócteles gastronómicos que tanto nos gustan. Concienciados con el desperdicio cero, muchos de ellos los elabora con aquello que su hermano David tira a la basura tras cocinar un plato. E, incluso, prescinde del uso de hielo para hacer el trago y para servirlo: «Lo sustituimos por un sistema de vasos de doble fondo con un gel refrigerante, que mantiene el líquido a un grado y medio durante una hora. De esta forma, ni se calienta ni se agua». Asimismo, los combinados servidos en Le Speakeasy, el espacio situado dentro del restaurante Robuchon, también llevan su sello: «Hemos diseñado un concepto, que muestra un respeto al legado del cocinero francés con una línea muy pensada para acompañar la comida basada en hitos y en productos que le apasionaban», dice Mario, mientras probamos el espumoso con pera, cilantro y gouda, de baja graduación. En el número 8 de Miguel Moya se encuentra Bad Company. Sitúese frente a la vieja puerta de madera y recuerde la clave para adentrarse en el Chicago de la prohibición, en plenos años 20. De aire irlandés, es un espacio inmersivo capitaneado por Yeray Monforte (ex-Stravinsky BCN) y Roman Vilá (ex Lilith and sons), cuyas mezclas se inspiran en las recetas clásicas de la época siempre con un trabajo de alta coctelería detrás. Alberto Fernández, Laura Perea y Emilio Rodríguez están al frente de Momus, donde reversionan los tragos más clásicos manteniendo su elegancia, sencillez y minimalismo a través de múltiples extracciones, gasificaciones, destilaciones, fermentaciones y novedosas técnicas gastronómicas. Seguimos. Sin olvidarnos de Diego Cabrera y su Salmón Gurú, situado en el puesto número 15 del mismo listado, y Viva Madrid. Si en RaxioXO, Alberto Sánchez idea las creaciones líquidas para armonizar los bocados de Dabiz Muñoz, en el nuevo StreetXO los cócteles también son protagonistas. Santos y Desamparados cuenta con el premio Bares y Tragos, que otorga la Academia Madrileña de Gastronomía, lo mismo que Savas. Gintas Arlauskas, es feliz porque «a los bartenders se nos empieza a considerar parte importante de la gastronomía», reconoce. Elabora unas golosinas líquidas también responsables de la evolución del sector de la coctelería.

No hay hotel sin su bar

Y, como no se entiende un buen hotel sin un bar a la altura, frase que siempre repite el gran maestro que es Javier de las Muelas, el Urban acoge Glass by Sips, la segunda sede de la tercera mejor coctelería del mundo, situada en Barcelona. Así lo reconoció la prestigiosa The World’s 50 Best Bars, que llevó a Paradiso (Barcelona) a liderar la lista. Al frente de Sips se encuentran Marc Álvarez y Simone Caporale.Hijos de Tomás es la primera coctelería de la Familia La Ancha y se sitúa en el novísimo hotel Thompson Madrid mientras que Punch Room es el rincón del buen beber de The Madrid Edition. El Mandarin Oriental Ritz acoge Pictura e Isa es el restaurante y coctelería asiático mediterráneo del Four Seasons. Tomen nota, porque Lovo, Candela Bravo, Bar Brutal, Llama Inn, Vendittas, Santamaría, 1862 Dry Bar, The Dash, Harveys y Harrison son otras direcciones a taner en cuenta, lo mismo que clásicos como el Cock, Chicote y Del Diego.

SAVAS BAR

Dónde calle

Sombrerería, 3

Cuándo abre a

las 18:00

@savasbarmad

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El Coleccionista

►Es la coctelería con el sello de Dani García, ya que se encuentra en Bibo. La carta está formada por doce tragos, como este St. Remy, elaborados a partir de técnicas, como redestilaciones, fermentaciones, centrifugados, ultrasonidos, desalcoholización

y trampantojos.