El festival que resuena en el alma de las familias

«Si la infancia es el lugar donde suceden algunas de las experiencias fundamentales de la vida de una persona, el lugar al que vuelve el adulto o del que nunca se acaba de marchar, no cabe duda de que el teatro y, especialmente, un festival como Teatralia, propicia ese tipo de experiencias que, con el tiempo, se vuelven imborrables». Son palabras de Mariano de Paco Serrano, consejero de Cultura del Ayuntamiento.

Tal y como nos cuenta Lola Lara, directora del festival, Teatralia nació en hace 27 años; primero como una parte de los festejos del 2 de mayo, pero enseguida adquirió la naturaleza de festival con vocación internacional. «El objetivo es presentar una programación de alta calidad dirigido a la infancia». La franja de esperadores supera los 20.000 por edición. «Este año se espera el interés y la acogida que lleva teniendo hasta ahora». Lara confiesa haber superado las expectativas y agradece contar con un público «muy fiel y asentado».

Cantidad y calidad

El teatro se distingue por su necesidad de presencia física, lo que lo convierte en una forma de expresión cultural única y excepcional. Aunque esta característica ha sido fundamental desde los albores de esta antigua forma de arte, sigue siendo relevante en la era digital actual, donde las reuniones en línea son comunes. En este contexto, la importancia del teatro se realza aún más debido a su requisito innegociable de la presencia física tanto de actores como de espectadores.

Su directora explica que, en un momento en el que la preocupación por el uso excesivo de dispositivos electrónicos por parte de los jóvenes está en aumento, resulta aún más relevante promover actividades culturales que los reconecten con la realidad tangible. Los niños de hoy son hábiles en el mundo virtual pero a menudo carecen de oportunidades para interactuar socialmente en entornos físicos. En este sentido, el teatro ofrece una solución valiosa al fomentar el juego activo y simbólico, permitiendo a los niños representar roles y situaciones de la vida real en interacciones lúdicas con sus pares. Además, la experiencia teatral, que involucra a intérpretes y espectadores en un espacio físico compartido, proporciona una importante dimensión sensorial y corporal que contrasta con la saturación digital en la vida cotidiana de los niños.

Aunque se reconoce la importancia de lo tangible, el festival Teatralia no se cierra a las posibilidades que ofrece la tecnología. Se aprecia cómo algunos artistas exploran recursos tecnológicos en sus obras, desde escenografías cambiantes hasta actuaciones en un escenario casi vacío, dependiendo únicamente del arte de la interpretación.

El programa del festival presenta una amplia variedad de obras provenientes de diferentes continentes, que abarcan diversos formatos, técnicas, edades recomendadas, disciplinas y temas. Sin embargo, todas comparten una característica fundamental: son trabajos artesanales, fruto de la creatividad de sus creadores, que utilizan la estética como un lenguaje universal para comunicarse con su audiencia.

A lo largo del festival, los espectadores serán llevados desde la belleza de las palabras hasta el asombro de ilusiones ópticas, desde la música tradicional hasta reinterpretaciones de ritmos populares, desde acrobacias aéreas hasta actuaciones en el suelo. Las obras explorarán temas como el amor, la pérdida, la vejez y la memoria, tanto individual como colectiva, ofreciendo una muestra diversa de la creación escénica contemporánea para todos los públicos. Esta muestra se presenta en numerosos municipios de la región madrileña, en una variedad de escenarios que reflejan la riqueza y la diversidad del teatro actual.

Algunos artistas

LA RAZÓN se ha puesto en contacto con algunos de los protagonistas durante la próxima semana. Alberto Celdrán, de Ritmos Animalescos, hace referencia al hecho de construir un espectáculo para la infancia, hablando de la propia infancia, «es un ejercicio de memoria y entender quién es uno mismo en la actualidad a través de los recuerdos». Confiesa haber realizado un ejercicio de empatía, de entender a los niños de hoy sin idealizar tiempos pasados. «Hay que mirar al deseo actual de los niños, por ello, tratamos con Ritmos Animalescos devolverle a la infancia un espacio importante, el cual consideramos que el desarrollo tecnológico les está robando», expresa Alberto Celdrán.

«Ritmos animalescos es un planazo para toda la familia. Una invitación a la diversión, al baile y a dejarse acariciar el corazón». Al director le interesa contemplar a las familias durante la obra y observar las relaciones intergeneracionales que se producen durante estos momentos. El vínculo, la música, cuentos, retahílas, rimas… un sinfín de aristas del arte que, desde Teatralia, animan a no perdernos.

Otra de las opciones que se nos plantea se llama Flor de Greguerías: «Un espectáculo de poesía donde los elementos plásticos de la imagen forman parte de la narrativa», explican desde la compañía LUNA TEATRO. Hacen especial hincapié a lo visual y a la poesía no verbal, una forma de expresión diferente a partir de danza, música y materiales. «Queremos ver poesía en lo que nos rodea y tratar de expresarlo artísticamente. En este caso, se formula a través del juego partiendo de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna»

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Otra de las obras a las que nos hemos acercado ha sido El Testamento, de Zum Zum Teatre. Aquí nos encontramos con que el vínculo familiar es un tema de actualidad y gran relevancia, “siendo el eje central de nuestro estado emocional y moldeador de nuestra personalidad”, subraya la compañía Zum Zum. Analizar esta estructura implica reconocer la importancia de las raíces, especialmente la infancia, que nos define por completo. Los años nos hacen comprender cómo nuestras experiencias infantiles nos han marcado profundamente, moldeando nuestras perspectivas y decisiones en la vida. Zum Zum, defensor de la idea del teatro para todas las edades, presenta El Testamento, una propuesta dirigida a adultos pero abierta a la participación de toda la familia.

La experiencia de presenciar juntos este espectáculo puede generar preguntas y reflexiones que enriquezcan el diálogo intergeneracional. «La mezcla de adultos y niños ofrece diferentes perspectivas y lecturas de la obra, lo que enriquece la experiencia teatral. En este caso, los reconocimientos recibidos, como el Premio FETEN 2023 a la mejor dirección y los Premios DRAC D’OR 2023, destacan la calidad y relevancia de la producción».