Mercado de Chamberí

La galería comercial donde lo castizo y lo gourmet confluyen

Visitamos el Mercado de Chamberí, uno de los más consolidados desde que nació en 1943

Ambiente mercado de Chamberi. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 12 04 2024
Ambiente mercado de Chamberi. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.Alberto R. RoldánFotógrafos

Si hay algo que diferencia al Mercado de Chamberí (Alonso Cano, 10) de los 46 municipales que hay en Madrid es que además de ser un mercado tradicional de abastos, ofrece dos actividades más: un gimnasio en la planta superior y un espacio gastronómico. En este último, creado hace ya ocho años con el objetivo de atraer al público más joven, se congregan diferentes cadenas de restauración tan reconocidas como Grosso Napoletano, Juanchos BBQ o Cachopo & Go, entre otras. Estos gozan de las ventajas que un espacio como el Mercado de Chamberí les puede ofrecer, -como unos costes muy inferiores a los que harían frente en un local a pie de calle-, se benefician del público que atrae el propio mercado o el gimnasio y comparten con el resto de locales un espacio de uso común que permiten a los clientes compartir mesa mientras degustan diferentes platos. Desde su inauguración, la afluencia de público ha aumentado considerablemente, pero no llegan al objetivo de clientes que les gustaría. Lejos de ese nuevo concepto de mercados abarrotados de establecimientos de comer, los comerciantes del de Chamberí comparten la premisa de que este espacio emblemático no puede perder su esencia original.

«Tanto esto como que deben darse a conocer de cualquier manera es algo que los comerciantes tienen muy claro, de ahí nuestra importante inversión en comunicación en el último año», explica a este periódico Juan Carlos Sevilla, gerente del mercado. Esta es solo la medida más reciente que han tomado para aumentar su afluencia, que ronda las dos mil personas diarias, pero hace dos años acometieron una importante reforma en la que renovaron el suelo y la decoración del interior del mercado, ahora llena de motivos castizos y claveles, como la fachada. «Estas decisiones no las tomamos al azar. Hemos logrado dejar atrás esa imagen de galería comercial oscura y sucia, adecuándola a los gustos del público y mimetizándola con la esencia del barrio. Estamos muy contentos con el resultado».

Ambiente mercado de Chamberi. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.
Ambiente mercado de Chamberi. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.Alberto R. RoldánFotógrafos

Se podría decir que lo único que queda de ese mercado de abastos que nació en 1943 es la apuesta por la calidad y el servicio que ha logrado mantenerse desde entonces. Desde hace años, la proliferación de medianas y grandes superficies es el gran problema con el que deben lidiar los mercados tradicionales. «El problema es que aquí solo puedes encontrar productos frescos y, al tener que comprar el resto fuera, la gente aprovecha para hacer la compra completa. Eso sí, incomparables las calidad, por supuesto», cuenta Sevilla.

En el de Chamberí hace tiempo que no compiten con ellos en precio, sino que priorizan la calidad y el servicio. «Tu vas a un supermercado y compras cinco chuletas ya envasadas y estás viendo la primera, no sabes cómo están las de abajo ni como las han preparado. Sin embargo, cualquiera de nuestros tres charcuteros lo hacen delante de ti y te recomiendan y sugieren como profesionales que son». Una confianza que surge entre la relación cliente y comerciante que, sin duda, vale el poco más que pagarás aquí en comparación con un supermercado. En sus más de 80 años de historia, el Mercado de Chamberí ha logrado consolidarse y se ha convertido en uno de los punteros de la capital. Una de sus ventajas es la plena ocupación, solo uno de sus locales no está ocupado.

Reportaje comerciantes en el mercado de Chamberí en Madrid. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.
Reportaje comerciantes en el mercado de Chamberí en Madrid. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.Alberto R. RoldánFotógrafos

Por su parte, los comerciantes no se muestran descontentos, cuentan con una clientela fija y fiel, fundamentalmente del barrio. En su caso, también lo son. En su mayoría son antiguos trabajadores que años después se han quedado con el puesto, otros son de segunda y tercera generación. La incorporación más reciente ha sido la de la italiana Alessandra Toffoli hace un año y medio. «Tenía claro que quería abrir una tienda con mis artesanías. Me encanta la comunidad que se desarrolla aquí y las facilidades económicas son muy importantes». En su puesto, Al3 Verd3 Ram3, puede encontrarse ropa para niños y adultos, textil hogar, disfraces, accesorios... todos hechos de forma artesanal con telas importadas de África o de algodón orgánica de España. «También doy la opción de que elijan el modelo y hacerlo de forma personalizada».

Reportaje comerciantes en el mercado de Chamberí en Madrid. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.
Reportaje comerciantes en el mercado de Chamberí en Madrid. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.Alberto R. RoldánFotógrafos

Entre los veteranos está Jerónimo Gutiérrez, después de cincuenta años en el Mercado de Chamberí. «Antes de tener la frutería, fui dependiente por casi veinte años. Después de tantos años conocemos a las clientas y sabemos escoger el mejor género, eso es lo que nos diferencia», señala. Aunque reconoce que la actividad no es como la de entonces, es de los que cree que la venta online ha hecho que los más jóvenes se interesen por sus productos. Desde hace nueve años, los productos gourmet gallegos son la estrella del mercado. Gema Albo, llegó para montar una tienda de ultramarinos pero no al uso, todos «Made in Galicia» y de la mejor calidad. «Nuestra idea era salir de nuestra zona de confort y Madrid es una plaza complicada, pero un sitio abierto a todas las propuestas». Si los prueban, entenderán su éxito.

Reportaje comerciantes en el mercado de Chamberí en Madrid. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.
Reportaje comerciantes en el mercado de Chamberí en Madrid. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.Alberto R. RoldánFotógrafos