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Goyache: «La universidad es irrelevante para los políticos»

El rector de la Universidad Complutense de Madrid es partidario de una Evau única porque ahora «sirve para poco» y desconfía de que la financiación para los campus vaya a llegar al 1% del PIB

Entrevista con Joaquín Goyache, rector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) © Alberto R. Roldán / Diario La Razón 09 10 2023
Entrevista con Joaquín Goyache, rector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)© Alberto R. Roldán / DiaAlberto R. RoldánFotógrafos

No cree en los rankings internacionales porque es tanto como comparar universidades que compiten en ligas diferentes. Tampoco quiere que se supriman grados, por mucho que haya titulaciones con menos demanda de alumnos. Espera que Ayuso cree una Ley de Universidades que garantice financiación estable a la UCM y al resto de universidades públicas de la Comunidad de Madrid.

¿Qué novedades incorpora el curso universitario en la UCM?

En realidad hay pocas porque, al final, tenemos que estar trabajando todavía con las dinámicas de cursos anteriores. La gran novedad este curso era la Prueba de Acceso a la Universidad (Evau) pero, al final, se ha pospuesto y esto ha supuesto un cierto descanso. Ahora tenemos que empezar a lidiar con todo lo relacionado con la inteligencia artificial para que no solo sea un problema, sino una gran ventaja. Tenemos que seguir trabajando para formar lo mejor posible, investigar lo más posible y lo más pegado a las necesidades de la sociedad.

¿Cómo se está abordando el uso de ChatGPT por parte del alumnado universitario?

Va a cambiar el paradigma de lo que han supuesto estos aspectos formativos. Hace unos meses estábamos tremendamente preocupados en descubrir cuándo los estudiantes nos plagiaban cosas y ahora resulta que todo va a ser original con la inteligencia artificial. Tendremos que incorporarlo como algo beneficioso. Estamos trabajando para tratar de definir los parámetros que van a llevarnos en los próximos años a formar, evaluar e investigar de otra forma.

Hace unas semanas, el rector de la Universidad Politécnica, en el inicio del curso académico, hablaba de que la nueva Ley de Universidades (LOSU) que ha entrado en vigor impone obligaciones difíciles de asumir por parte de las universidades. ¿Está de acuerdo con esta afirmación?

Absolutamente. Es una muy mala ley. Se creó con muy buenas intenciones que todos aplaudimos, pero finalmente se ha convertido en una norma que no va a hacer que mejoremos y nos va a lastrar durante unos años. Vamos a tener que adaptar nuestros estatutos y nos va a lastrar mucho económica y organizativamente. La necesaria estabilización y promoción del personal que marca la ley es una idea muy buena, pero va a suponer para la Complutense 39 millones de euros. Y solo para seguir estando como estamos, no para mejorar. Lo peor es que todavía no sabemos quién se va a hacer cargo de ese sobrecoste en el gasto de plantilla. Y no es para atraer a grandes investigadores y profesores, sino para estabilizar la plantilla que ya tenemos. Es una barbaridad de dinero cuando los presupuestos no solo son ajustados, sino insuficientes. La ley está creando ya muchos problemas porque no está bien hecha reglamentariamente.

¿Cree que las universidades finalmente llegarán al 1% del PIB en financiación que prevé la LOSU?

No se va a llegar porque nadie va a asumir el coste y, de llegar, sería también insuficiente porque no nos situaría entre las 100 mejores universidades del mundo. Todo se ha quedado en una buena intención que se ha desarrollado muy mal y que nos va a dificultar ser mejores.

El sistema francés, el tercero del mundo, va a invertir en los próximos años 77.000 millones de euros en su sistema para intentar ser competitivo y mejorar. Eso es un salto de gigante. Es decir, Francia invierte 3.000 millones más que el sistema español. No aprovechar los fondos de resiliencia para mejorar las universidades españolas ha sido la oportunidad máxima que ha perdido el Gobierno español.

¿Y por qué cree que no se ha hecho?

Porque los políticos consideran irrelevantes a las universidades públicas. Nos miran con indiferencia. En el debate político jamás está la Universidad y pocas veces, y de forma muy colateral, la investigación. Sin embargo, la Complutense, con 70.000 estudiantes, supone un movimiento económico brutal para el barrio de Moncloa y para la ciudad que jamás seremos capaces de calcular.

Una de las últimas polémicas que han surgido es que las universidades no tienen medios para que los alumnos puedan realizar prácticas en instituciones públicas. ¿Cómo está este asunto?

Está complicado porque el Gobierno central no se apea del burro. Todo se ha hecho sin contar con las universidades, como ha ocurrido siempre. Tampoco se ha contado con el Ministerio de Universidades porque, si no, no habríamos llegado a tal aberración. Las universidades públicas madrileñas no solo no tenemos el dinero para poder pagar los costes de la Seguridad Social, sino que no tenemos la capacidad de gestión de las altas y bajas en carreras que tenemos unas prácticas extraordinarias. Cuando legislas sin contar con las instituciones que tienen que aplicarlo surgen estas cosas. Tenemos una prórroga hasta enero, pero lo deseable es que fuera sine die. Es un problema serio que se está debatiendo.

Ayuso ha hablado de que va a crear una ley de universidades autonómica. A su juicio, ¿qué debería recoger esa norma?

Lo deseable sería una financiación estable y justa para las universidades y para la investigación que se hace en ellas. Eso sería algo deseable. Sé que consideran que los rectores pedimos demasiado, pero también se da mucho desde las universidades públicas madrileñas. Madrid sin sus universidades públicas sería mucho peor.

Uno de los cometidos de la Universidad que queda reflejado en la LOSU es atraer a los antiguos alumnos para que continúen con eso que se llama formación a la largo de la vida. ¿Qué se está haciendo en este ámbito?

Ahora mismo ya no se entiende una universidad que no esté enfocada hacia una formación permanente a lo largo de toda la vida. Desarrollamos el programa Alumni para estar más en contacto, pero llegó la pandemia y esa circunstancia hizo que paráramos. Queremos ser atractivos no solo para los que ya se han ido, sino para los estudiantes que están ahora antes de que se vayan y eso estamos intentando hacer lo lo mejor posible. Que vean que su casa, la Universidad Complutense, es un lugar de salida y de entrada constante a lo largo de la vida y eso se hace a base de trabajar el sentimiento de pertenencia, que se ha perdido mucho.

¿Hay previsión de que bajen más las tasas universitarias?

Ya bajaron porque lo marca la ley, pero en esa horquilla que marca el Ministerio seguimos siendo de las más caras. Si yo si fuera gobernante y me lo pudiera permitir, los estudios serían prácticamente gratuitos. O totalmente, como ocurre con otros sistemas universitarios europeos mucho más potentes que el nuestro. Sobre esto hay distintas perspectivas, pero la universidad en España está tremendamente subvencionada y eso la gente no lo sabe. Piensa que pagar 1.200 euros por estudiar Veterinaria es muy caro.

La Complutense abarca todas las áreas del conocimiento. ¿Recortaría grados?

No. Yo no quiero una universidad elitista, sino que cumpla su función de salvaguardar el conocimiento y formar a los mejores profesionales de investigadores que podamos.

¿Cómo debería ser la nueva Evau?

Sirve para poco, solo para posicionarse a la hora de elegir una titulación. La Evau debe ser única, aunque nunca va a ser justa porque los estudiantes vienen de situaciones socioeconómicas y socio familiares, psicológicas y ambientales totalmente diferentes, pero me gustaría homogeneizarlo un poquito más. Los estudiantes madrileños compiten con los de otras autonomías en condiciones diferentes.