
Entrevista
Hey Kid: «No proyectaba como un trabajo el dedicarme a la música»
El 27 y 28 de marzo Hey Kid actuará en Teatro Barceló.

El artista Santi Vancells (Hey Kid), músico y cantautor de Barcelona que recientemente lanzó «A nuevos lugares», dará conciertos en Teatro Barceló los próximos 27 y 28 de marzo. Madrid es actualmente «el lugar donde más horas paso», dice, y LA RAZÓN lo escucha.
¿De dónde viene tu vocación musical?
Tengo una imagen mía de pequeño cantando en la cocina. Me acuerdo de que hice una canción con solo ocho años, bastante básica obviamente, pero estaba claro que la música me apasionaba. Luego estudié Derecho, pero nunca me desvinculé de la música, de hecho, mis amigos me regalaron una guitarra con 17 años. Yo no quería dedicarme a la música, lo hacía únicamente porque me gustaba y no lo proyectaba como un trabajo.
¿Cuál fue tu primera canción?
Como estudiaba otra cosa, no le daba importancia a lo que componía por mi cuenta. Me daba entre vergüenza y miedo demostrar que estaba haciendo otra cosa que no era lo que me tocaba, el Derecho. Dedicarme a lo artístico no lo contemplaba como una salida profesional. Sin embargo, cuando hice un máster de Marketing en Canadá fue el punto de inflexión, ahí nacieron todas las canciones que hoy ven la luz. Me dediqué a grabar en Barcelona y a publicarlo en Canadá, todo estaba cambiando y no era consciente.
¿Cómo definirías tu estilo?
Me gustaría decir que soy un artista de música folk, pero no es real. Creo que mi música gira más en torno al pop.
¿Algún artista que te inspire?
Bon Iver.
¿Tenías algún hilo conductor pensado para la publicación de tus canciones?
No, fue todo un poco improvisado según surgía. Recuerdo hacer en Canadá «Qué tal te va» y luego dar un concierto durante la pandemia con amigos y familia. Yo solo hacía covers y alguna propia en inglés. Cuando canté esta canción en directo tuvo muy buena acogida y la grabé. Fue la respuesta lo que me animó a seguir.
Llevas relativamente poco tiempo usando redes sociales, ¿cómo las gestionas?
No soy una persona de redes para nada. Trato de no presionarme y darle el uso que quiero. Aunque, por supuesto, cuando hay lanzamientos o noticias importantes hay que estar presente. Soy natural y eso se ve también en que mis redes sociales y mi Spotify no tienen nada que ver. Y, por otro lado, gente que me sigue es muy atenta, me acogen genial.
Y el contacto con el público en directo y lo que impone ¿cómo lo llevas?
El directo es lo mejor. Es como vivir en juego y no es real. Hemos pasado en un año de tocar para quince personas a miles de personas, como por ejemplo en festivales de la magnitud del madrileño Jardín de las Delicias. No puedo sentir otra cosa que agradecimiento. Los conciertos se me pasan muy rápidos, como un minuto (ríe). Aun así, independientemente del número de personas que vengan a un concierto, lo que más me gusta son las salas, se vive una conexión muy especial.
Tus canciones suenan tanto para los momentos de tristeza, por ejemplo duelos y separaciones, como para momentos de ilusión y esperanza. ¿Qué respuesta te da el público con los mensajes de tu disco?
Me lo dicen mucho. Hay una canción de mi disco que dice que «soy cantante de ficción», y es así, porque cuando empecé a cantar me inspiraba en lecturas, cine, poemas, historias de mi entorno… Escribía historias que no necesariamente son mías. Yo quiero que cada uno le dé su propio significado y la haga suya.
¿Alguna canción que te haya costado especialmente publicar?
Ninguna. Las que me cuesta publicar son las que no están fuera, ríe. Todas las publicadas han tenido su momento y hay que vivirlas. Pero sí es muy fuerte, a la vez que bonito, ver a la gente cantar algo tan íntimo, mi historia, al fin y al cabo.
La canción de «La noche de San Juan», una de las más sonadas, ¿qué te ha dado tanto a nivel profesional como personal?
Pues diría que es de las canciones más especiales que tengo. Se la dedico a mi abuelo, que se llamaba Juan, y recuerdo que todos los días de San Juan significaban una reunión familiar, eran una celebración. En el disco trato, además de hablar de los nuevos lugares, mencionar los antiguos, que forman parte de mi historia. Me encantaría que mi abuelo viese todo lo que estoy viviendo, aunque como creyente sé que lo hace desde el cielo. Junto a mi abuela, siento que son conscientes de todo y me cuidan.
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