Los lunes de los alcaldes
Javier del Valle, alcalde de Buitrago del Lozoya: «Hacen falta más transportes directos a Madrid»
El regidor popular, que gobierna con mayoría absoluta desde 2023, reclama más conexiones directas con la capital y denuncia una situación económica heredada del gobierno anterior del PSOE que los ha mermado
Javier del Valle (Madrid, 1975) llegó a «colapsar». Por eso, dejó el ayuntamiento de Buitrago del Lozoya, el municipio de casi 2.000 habitantes ubicado a poco más de 80 kilómetros al norte de la capital. Allí fue concejal desde 2011 hasta 2019. «Los ayuntamientos de los pueblos colapsan mucho: es 24 horas los siete días de la semana. Estás tomando una caña y viene un vecino a comentarte una farola fundida». El periodo 2019-2023 gobernó el PSOE con Izquierda Unida. Y para las pasadas elecciones volvió del Valle pero con una condición: que no fuera dedicación exclusiva, para poder compatibilizar su cargo como averías. Se presentó como líder y ganó el PP (con 5 concejales, frente a los 4 del PSOE), pero dice que no se ve más de dos legislaturas, que quizá una tercera «tendría cabida». «Esto es para un tiempo, no para toda la vida. Me he comprometido ocho años, si los vecinos quieren, y si no me iré antes», cuenta en su despacho. Del Valle cree que uno de los principales problemas es el transporte directo con Madrid y la deuda de unos 4 millones que dice que asumió del PSOE. «Entonces tenemos un plan de ajuste bastante duro que vendrá al próximo pleno. Creemos que es la solución a medio-largo plazo», dice.
¿Qué diferencias hay en el Buitrago de lunes a viernes del Buitrago del fin de semana?
Hay una diferencia muy grande. El Buitrago turístico de fin de semana nos desborda algunas veces. Ese Buitrago de lunes a viernes es el de esos vecinos que madrugan, que muchos de ellos de van a trabajar a Madrid. De los servicios que tenemos. Los únicos cajeros que hay en 29 pueblos de alrededor son los de Buitrago. Por eso, el movimiento que hay de lunes a viernes es de gente de la sierra que viene a comprar, al banco, a correos, a los edificios que tenemos: escuela de música, gimnasios, la piscina. Y nos da una vida: terminan comprando, tomando café. Siempre digo que Buitrago no se puede comparar con ningún otro pueblo de Madrid, y no lo digo con chulería ni mucho menos, sino porque creo que es verdad. En el sur hay pueblos parecidos, pero al final terminan teniendo un Arganda del Rey con 60.000 habitantes. Aquí tenemos unos 30 pueblo alrededor que no es que dependan -lo digo con mucho respeto hacia ellos-, pero si quieren ir a la escuela de música, al gimnasio, el estanco, la zapatería… tienen que bajar a. Buitrago. Son pueblo de 50 hasta 200 habitantes.
¿Y qué servicios le pueden faltar a Buitrago?
Ahora mismo necesitaríamos algo más en Sanidad, algún especialista. Ahora van hacer el hospital en Lozoyuela (a 8 kilómetros), que no será uno al uso porque será para enfermos de larga duración, pero sí que va a tener un centro de urgencias. Aquí tenemos urgencias, pero cuando tienes que hacerte una placa o cualquier cosita, te derivan a Madrid. Y también el tema de transporte. Lo hemos mejorado con un proyecto de la comunidad de Madrid, «Sierracar», con el que hemos interconectado la sierra. Ahora puedes moverte desde La Acebeda a Braojos. Ahora nos falta el contacto directo con Madrid. Hay veces que depende de la hora que cojas el autobús, puedes llegar a tardar dos horas y media. Contando que por carretera estamos en 3 horas es Valencia, es un poquito excesivo. Me consta que la Consejería está trabajando en ello.
¿Haría falta más frecuencia?
Hacen falta más transportes directos a Madrid. Que el eje de la nacional A-1 sea una vía rápida para desplazar viajeros. Y de lo pueblos hacia los pueblos que estamos cerca de la nacional, unas lanzaderas. De nada vale que seamos muy rápidos en bajar a Buitrago si luego en Buitrago el recorrido pasa por todos los pueblos de camino a Madrid.
Llega al gobierno después de una legislatura del PSOE. ¿Qué se encuentra al llegar al gobierno?
Nos encontramos una situación que nos está durando hasta el día de hoy, sobre todo económicamente. Cuando salí del ayuntamiento, sabíamos que teníamos una deuda de 1.200.000 euros. Y cuando llego me encuentro tres millones, más una deuda de 500.000 euros con el Canal de Isabel II que no está reconocida. Me encuentro con una subvención del Ministerio de Cultura para una obra en el castillo que se ha cerrado pero no se ha devuelto el dinero. Por lo tanto, hay que devolver 1.400.000 euros, de los cuales solo se pueden pagar 600. Estamos viendo cómo financiar eso porque no nos dan crédito. En total nos hemos encontrado con 4 millones de euros de deuda más otros 500.000 que no tenemos ni manera de pagar. Entonces tenemos un plan de ajuste que vendrá al próximo pleno, bastante duro. Es un plan que ha hecho el secretario interventor y al que nos vamos a agarrar porque creemos que es la solución a medio-largo plazo. No es una solución de un mes, claro, pero es un plan bastante duro.
¿Qué va a suponer para el vecino de Buitrago ese plan de ajuste?
El vecino… no lo va a notar mucho. Porque se han subido tasas, por supuesto: la de basuras a través de la ley del Gobierno, tasas de urbanismo, la escuela de música... Los servicios han tenido que subir, claro. Pero va más enfocado, por ejemplo, a que el plan de ajuste nos marca que tenemos que reducir 35 puestos de trabajo de aquí a 2027. Entonces, vamos a tener que sacar servicios a licitación para que los gestionen empresas a coste cero para el Ayuntamiento.
¿No significa que esos 35 se vayan a perder?
No, simplemente que saldrán del Ayuntamiento. Es decir, a coste cero para el Ayuntamiento.
Pero tiene que haber empresas que los contraten.
Sí. Por ejemplo, la residencia municipal, que tiene una pérdida de 350.000 euros, va a salir ahora en agosto. Va al pleno la semana que viene, con 22 puestos de trabajo.
¿Y esta situación ha mermado la capacidad para gobernar?
Claro. Porque no estamos cumpliendo con el pago a 30 días. Eso nos perjudica a la hora de acceder a subvenciones. Tenemos ahora mismo para invertir del Plan de Inversión Regional unos 600.000 euros, pero no hacemos las obras porque no tenemos dinero para aguantar cuatro meses hasta que nos paga la Comunidad de Madrid. Entonces, ahí nos mata. No puedes hacer calles ni obras porque no tienes espalda para pagar cinco certificaciones a la empresa. Vamos haciendo una, cuando se paga, abrimos otra. No podemos hacerlo de otra manera. Tuvimos que pedir un crédito, de hecho, para hacer esto. Si no, no podríamos haberlo hecho.
Le leí en una entrevista algo así como que la Comunidad no puede dejar solos a los pueblos más pequeños.
Si nos dejaran solos, morimos. Y rapidísimo, además. Yo hablo de Buitrago, pero entiendo que lo que pasa en más pueblos es más o menos igual. El capítulo 1, que es el de sueldos, se lleva el 60% del presupuesto. No podríamos hacer ni una acera con el presupuesto municipal. Ahora bien, yo no he visto a la Comunidad meter tanto dinero a los pueblos como ahora con Ayuso. No solo para hacer calles, para vivienda.
En Buitrago se mantiene desde hace años ese bipartidismo tradicional PP-PSOE. ¿Por qué cree que es así aquí?
No lo sé. En otros pueblos donde ha llegado gente a vivir hay otras ideas políticas, y sí que ahí entran Podemos o Más Madrid. Aquí en Buitrago no. Aquí es muy PP-PSOE. En alguna legislatura se ha colado algún concejal de Izquierda Unida, pero poco más. No sé por qué será, sinceramente.
¿Llega el ruido del Congreso?
Sí, claro que llega. La política general cala hasta los huesos a todo el mundo. Pero yo creo que en los pueblos la política debería acabar al día siguiente de las elecciones. Al final, todos se presentan por unas siglas, las defienden, claro que sí, todos tenemos nuestras ideas. Pero en un pueblo hay suficientes problemas como para que estemos peleándonos. Aun así, sí, claro que llega. La gente quiere chicha, y aquí, pues, algunos días hay tensión. No puede ser de otra manera a veces. No estemos ninguno orgullosos, seguramente.
¿Y cómo es la relación ahora en concreto con la oposición?
Bien. Ellos hacen su papel y nosotros el nuestro, sí. [Se ríe]
¿Cómo son los plenos, presionan mucho?
No. Solo en los puntos que creen que pueden sacar algún tipo de rédito. Pero yo creo que a mí no se me ocurría en la vida quedarme de portavoz de la oposición habiendo sido alcalde. Porque pierde defensa tu grupo. Es muy sencillo: estuviste tú, no lo hiciste. Entonces, yo creo que ahí hay un pequeño error de estrategia. Pero no soy nadie para decir cómo debe actuar nadie. Al principio de la legislatura vinieron, o vino él, el portavoz, un poco apretando, hasta que se le explicó que había estado él, y que los datos son los datos. A veces se enfadan porque no les gusta lo que les digo.
¿Él considera que no fue el culpable de esa deuda?
Bueno, él siempre le echa la culpa a los técnicos. Y ya está. Pero yo creo que siempre el alcalde es el último responsable, o sea, el primer responsable de todo. Es el que manda y supervisa los trabajos. Por lo tanto, si algún trabajador hubiera cometido un error, entiendo que habría un expediente sancionador y habría sido sancionado. Si no lo has hecho, es que has dado el visto bueno a todo. Yo creo que ahí se le ha dado el perfecto salvoconducto.
¿El problema de la vivienda ha llegado aquí?
Tenemos un problema muy grande con eso. Y es que hoy no tenemos suelo. Desde hace 25 años estamos luchando por un Plan General que no llega, y que nos daría vida para poder hacer vivienda joven y salir un poco de la situación actual. Se está volviendo en un sitio caro, en alquiler y en terreno. Entonces no verás un cartel de "se alquila" o de "se vende". Se alquila o se vende sin necesidad de poner el cartel. Es el objetivo prioritario del Ayuntamiento, y yo creo que es el más importante para esta legislatura. Estamos avanzando bastante bien, pero no depende todo de nosotros.
¿Por qué no llega ese Plan General?
Porque te cambian las leyes, te cambian los directores generales, cambia el equipo de gobierno del Ayuntamiento... hay tantos cambios que te condicionan. Durante muchos años, la Comunidad de Madrid apostó por los planes generales. Luego, con alguna reestructuración, se decidió que no valían, que tenían que ser modificaciones puntuales. El Ayuntamiento cambió entonces a modificación puntual. Cuando se entregaron, dijeron que eso no podía ser, que tenía que ser un Plan General. Ha habido un poco de desorden por parte de todos. Desde hace unos años, la Comunidad de Madrid ha vuelto a apostar por los planes generales. Yo creo que, si tenemos un poco de suerte y empujamos, en esta legislatura deberíamos tener el Plan General aprobado. Recientemente hemos aprobado una modificación puntual que lleva la misma tramitación. Lo hemos conseguido en dos años. Creo que ahora la Comunidad está por la labor y está empujando. Deberíamos sacarlo. Es lo que nos va a dar vida.
¿Y qué hacen los jóvenes con ese panorama de la vivienda aquí?
Pues mira, los jóvenes: o se van a los pueblos de alrededor o lo que pasa es que los chicos se van a estudiar a la universidad a Madrid, hacen vida allí y vienen los fines de semana. No tenemos trabajo aquí para ingenieros. El trabajo que hay no es tan técnico. Es muy complicado. Se nos van a estudiar a la universidad y muchos de ellos ya solo vienen los fines de semana a ver a los padres, pero vivir aquí ya es más difícil. Es un problema. Yo creo que todo padre quiere vivir al lado de sus hijos sus hijos vivan al lado. Aquí desde hace 40 años nos pasa esto.
¿Sube mucho la población en verano?
En invierno no se nota mucho que venga gente a vivir a Buitrago, porque hace mucho frío, nieva, llueve... Las condiciones son duras. Es la sierra. Aquí en Buitrago, el río mete unos hielazos por la mañana que no veas. Entonces la gente más mayor se queda en Madrid, donde hay mejor temperatura, y luego ya en primavera se suben. Pero en verano duplicamos población. Ahora mismo estamos en unos 2.000 habitantes, 2.003 en el último censo que me llegó, pero podemos duplicar perfectamente.
¿Y se nota los fines de semana?
Los fines de semana es más turismo. A veces, en determinados eventos, llegamos incluso a colapsar. Tenemos que tener cuidado. El turismo está muy bien, pero si se te va de las manos puede ser peligroso. Puedes morir de éxito, y eso es algo que hay que tener en cuenta. ¿Cómo se controla? Pues no lo sé, es muy difícil. Hay que intentar hacer las cosas bien, con seguridad. Muchas veces no damos publicidad, pero al final viene gente. Hablan por WhatsApp, por cualquier red social, y determinados eventos que no publicitamos para evitar eso acaban con mucha afluencia. Hoy en día, internet es como la pólvora. Hay que tener cuidado.
¿En qué afecta que venga tanta gente?
Buitrago, al final, es un pueblo de 2.000 habitantes que tiene servicios para 3.000, pero no para 10.000. Unos baños, por ejemplo. El año pasado a la feria medieval —una de las maravillas que tenemos en Buitrago, por el entorno— vino muchísima gente. Fue una locura. Las calles estaban llenas. No pasó nada, gracias a Dios, y todos muy contentos, pero no tenemos baños para tanta gente. Ni siquiera poniendo baños químicos, como se hace ahora. Tenemos sitios para comer, hay buenos restaurantes y muchos, pero hay que tener cuidado.
¿Y aparcamiento?
No tenemos. Ahora tenemos uno que alquilamos el año pasado, es gratis para los vecinos. Este aparcamiento lo hemos pensado no tanto para el fin de semana sino más para fomentar el comercio de lunes a viernes: que la gente venga, aparque, compre y se vaya. Y la verdad es que ha tenido una aceptación genial, funciona bien.