Vecinos

Más de un millón de vecinos al límite: la batalla ciudadana por cerrar la M-50

Nace una plataforma vecinal para exigir la conexión norte de la M-50 tras años de inacción política

M-50 a la altura de Getafe con Pinto
M-50 a la altura de Getafe con PintoJesús G. FeriaLa Razón

Lo que comenzó como una serie de quejas dispersas en redes sociales se ha consolidado, en menos de un año, en una plataforma ciudadana que hoy agrupa a más de 4.000 personas y representa, potencialmente, a más de un millón de vecinos. Son los habitantes de 38 municipios del norte y noroeste de la Comunidad de Madrid que dicen basta al colapso diario en la M-607, la A-1 y la A-6. Todos reclaman lo mismo: el cierre del anillo norte de la M-50. «Llevábamos años viendo muchas quejas en redes sociales, pero el año pasado ocurrieron dos hechos que lo cambiaron todo», explica a este periódico Óscar González, portavoz de la plataforma. El primero, en febrero de 2024, cuando el alcalde de Colmenar Viejo convocó una reunión con todos los municipios implicados en el cierre de la M-50. Acudieron 13, entre ellos tres liderados por el PSOE y diez del PP. El resultado: solo los alcaldes del PP firmaron un manifiesto de apoyo. Los socialistas, pese a tener la infraestructura en sus propios programas electorales, se levantaron de la mesa por el mero hecho de que la convocatoria partía del PP. «Una disputa política que no va a ningún sitio», resume el portavoz. «El problema es real, la infraestructura está saturada y los vecinos lo sufrimos a diario».

El segundo detonante llegó meses después. En junio, el alcalde de Tres Cantos envió una carta al ministro de Transportes, Óscar Puente. La respuesta fue un escueto comunicado en el que se alegaban «complejidades técnicas y medioambientales». «Ni un sí ni un no. Solo nos dan largas. Esa inacción fue lo que empujó a muchos más vecinos a unirse», apunta González. Desde entonces, la plataforma ha crecido a gran velocidad. Ya han mantenido reuniones con alcaldes, con la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid –que ha mostrado su apoyo público– y con diputados de varios partidos en el Congreso. Mañana, una decena de municipios más del entorno de la A-1 y la A-2, como Paracuellos, Fuente el Saz o Algete, se sumarán formalmente a la iniciativa. «Nunca imaginamos llegar tan lejos en tan poco tiempo», reconoce.

Vecinos reunidos con Jorge Rodrigo, Natalia Quintana, Jesús Moreno y Carlos Blázquez
Vecinos reunidos con Jorge Rodrigo, Natalia Quintana, Jesús Moreno y Carlos BlázquezCedida

En el cajón desde 2008

La «Plataforma Finalización Norte M-50 Ya» no parte de cero. Exige que se retome el proyecto aprobado en 2008 por la Comunidad de Madrid bajo el gobierno de Esperanza Aguirre, que entonces anunció el inicio del cierre norte de la M-50 con el nombre técnico de M-61. El plan preveía una infraestructura de alta capacidad para descongestionar los accesos a Madrid por el norte, con túneles bajo el Monte de El Pardo para minimizar el impacto ambiental. Sin embargo, el proyecto se paralizó apenas un año después. Primero, por la crisis económica que estalló en 2008 y obligó a recortar inversiones. Después, por una disputa de competencias entre el Gobierno autonómico y el central, que finalmente se resolvió en 2012 cuando el Tribunal Constitucional dictaminó que la competencia sobre la M-50 correspondía al Estado. Desde entonces, el proyecto duerme en un cajón. Nunca llegó a ejecutarse ni siquiera su fase inicial, y ninguna administración ha retomado su estudio técnico o actualizado sus informes medioambientales. «Lo que inició Esperanza Aguirre, con el apoyo técnico de su gobierno y un proyecto aprobado, quedó bloqueado por intereses políticos y económicos. Y así seguimos más de 15 años después», lamenta González.

El plan original contempla una prolongación de 32,8 kilómetros de la M-50, desde la A-6 hasta la A-1, con tres carriles por sentido y adaptado para vehículos pesados. Para respetar los espacios naturales protegidos, especialmente el Monte de El Pardo, se diseñaron tres túneles: uno de más de 10 kilómetros, otro de 2,4 y un tercero de 1,7. Todos ellos con ventilación mecánica y sin chimeneas de evacuación al exterior. La inversión estimada asciende a unos 2.900 millones de euros, tras incluir medidas de minimización del impacto ambiental. «Somos los primeros interesados en que el entorno se proteja, porque somos vecinos de los municipios que disfrutamos y hacemos uso de esos espacios. Si se quiere tocar el monte, seremos los primeros en oponernos».

Una situación insostenible

El diagnóstico de la plataforma es claro. Las infraestructuras actuales no dan más de sí. En la M-607, entre Tres Cantos y el enlace con la M-40, el tráfico alcanza los 109.000 vehículos diarios, casi cinco veces la media regional. En la A-1 y la A-6, las cifras son similares. Solo en el tramo de Colmenar Viejo y Tres Cantos, más de 128.000 personas dependen de una única carretera. El colapso no es solo una molestia, también es un problema ambiental: los atascos disparan las emisiones de CO2 en toda la zona norte. Además, la sobrecarga de la M-40 como circunvalación principal genera cuellos de botella constantes que afectan incluso a quienes no viven en estos municipios. El transporte público, por su parte, no ofrece una solución real. «Los autobuses se quedan atrapados en los mismos atascos que los coches. El cercanías no llega a la mayoría de pueblos. Y el BUS-VAO en la M-607 es inviable técnicamente», explica el portavoz.

Algunos miembros de la plataforma
Algunos miembros de la plataformaCedida

Desde el Gobierno central se ha planteado como alternativa completar la M-45 para cerrar un nuevo anillo. Pero desde la plataforma ven esta opción como un parche. «No toca la A-6, satura aún más el nudo de la A-2 y pasa por zonas ya recalificadas. Es otro semianillo que no resuelve el problema. Para nosotros es un error». Más aún, señala, «ni siquiera se ha invertido en estudiar si el proyecto de 2008 sigue siendo viable. No se está haciendo nada. Y así llevamos desde 2012».

Sin duda, uno de los mayores logros de la plataforma ha sido mantenerse al margen de las trincheras partidistas. «Somos vecinos, no militantes. Queremos que todos los partidos remen en la misma dirección», dice su portavoz. Sin embargo, el clima político no ayuda. «Hay fricciones entre Vox y PP, con el PSOE aún no hemos recibido respuesta para reunirnos con ellos. No lo entendemos, no es una cuestión política», reconoce. El jueves pasado, Vox presentó una proposición no de ley en el Congreso para retomar el proyecto de cierre de la M-50. Acudieron representantes de 40 municipios. El PP también ha mostrado su respaldo en varias ocasiones. El PSOE, por ahora, guarda silencio. La plataforma no cesa en su empeño de que todos los grupos parlamentarios se sumen. «Si logramos que se nos escuche de forma unitaria, estaríamos hablando de representar a más de un millón de personas», insiste.

Los datos respaldan el clamor vecinal. En los últimos 24 años, la población en los municipios afectados se ha duplicado. Paracuellos, por ejemplo, ha crecido un 362%; Pedrezuela, un 354%. San Sebastián de los Reyes y Las Rozas tienen más habitantes que varias capitales de provincia. Y todo apunta a que la tendencia seguirá. «No queremos esperar otros 20 años. Queremos soluciones ya». Mientras tanto, cada día, miles de vecinos pierden horas en atascos interminables.