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Mazmorras en el centro de Madrid, el secreto mejor guardado
Muchas de ellas proceden de la época de la Inquisición

En el bullicioso y moderno corazón de Madrid, bajo las calles adoquinadas y los edificios contemporáneos, yacen vestigios históricos que evocan una época pasada: las mazmorras. Estos intrincados pasajes subterráneos, que datan de varios siglos atrás, han sido redescubiertos recientemente, dejando perplejos a historiadores y entusiastas por igual.
Las mazmorras de Madrid, escondidas durante siglos, han surgido como un fascinante descubrimiento arqueológico en pleno siglo XXI. Ubicadas en el área central de la ciudad, se cree que estas estructuras fueron utilizadas durante la Edad Media, posiblemente entre los siglos XII y XV, como cárceles o almacenes. A pesar de haber caído en el olvido durante generaciones, los recientes trabajos de restauración y excavación han revelado su intrigante historia.
Estos laberintos subterráneos, compuestos por estrechos pasillos de piedra, se extienden por debajo de algunas de las plazas y calles más transitadas de Madrid. Descender a estas profundidades es adentrarse en un mundo completamente distinto, lejos del ajetreo y el bullicio de la vida diaria en la superficie.
Algunas visitables son las mazmorras secretas del siglo XVII en el centro de Madrid que fueron usadas por la Inquisición para encarcelar y torturar a los acusados de herejía, brujería o delitos civiles. Estas mazmorras se encuentran bajo el actual Centro Municipal de Mayores de Antón Martín, en la calle Cabeza, esquina con la calle Lavapiés12. Se pueden visitar de forma gratuita y ver las celdas y los instrumentos que se empleaban para castigar a los reos12. Es un lugar que guarda una parte oscura de la historia de Madrid y que muestra el poder y la crueldad de la Inquisición.
Una vez dentro, se desvela un espacio de 33 metros cuadrados dividido en 5 zonas, todas construidas con ladrillo y techos abovedados. Este conjunto refleja la esencia de lo que fue la capital madrileña durante los siglos XVII y XVIII. El edificio, con sus muros que parecen susurrar relatos olvidados, despierta la curiosidad y la intriga de aquellos que buscan conocer los secretos que guarda. Este fin de semana pueden visitarse en horario de 11 a 19:30 horas.
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