Gastronomía

Estos son los Soletes Repsol de los barrios de Madrid

La Guía Repsol destaca un nutrido grupo de restaurantes en los barrios de la capital donde bien merece sentarse a la mesa

Las especialidades de La Casa de Cristal, en Chamartín
Las especialidades de La Casa de Cristal, en ChamartínLa Razón

Casas de comidas, restaurantes con alma de jóvenes cocineros que regresan a su lugar de origen, tabernas, pizzerías… Guía Repsol ilumina 35 espacios, que dan vida a cada uno de los barrios de la Comunidad de Madrid. Se los descubrimos. Guarden esta ruca como oro en paño.

Carabanchel

Comenzamos nuestra ruta por Carabanchel, uno de esos barrios a tener en el radar gastronómico porque sí, mientras lo pateamos en busca de los nuevos Soletes te das cuenta de que en él hay mucho que comerse. ¿Conocen Patanel? Si no es así, están tardando, ya que se trata de una fábrica de cerveza artesanal, cuyo objetivo va más allá de elaborar la bebida, sino que los carabanchaleros, que dirigen el proyecto, pretenden impulsar y colaborar en iniciativas de carácter social, educativo y artístico, que revitalicen el barrio. Aquí, los nachos y la pizza BBQ pulled pork saben mejor con una Patanel Golden Ale. Un concepto muy distinto es el de La Romana, un restaurante familiar en el que lo suyo es dejar que Jesús y Pilar les sirvan sus elaboraciones, como la vieira rellena de cebolla confitada sobre un puré de potaje de garbanzos y espinacas. Un acierto. Tanto como la paella de no-pollo de Vegania Veggie Bar, templo para paladares veganos, que merece un paseo, lo mismo que las hamburguesas con guiños brasileños de D’Neto. Nos quedamos con la que lleva calabresa, un chorizo brasileño con un característico sabor ahumado. Asimismo, La Toquilla es el lugar idóneo para comenzar el día trasladándose con el paladar a Ecuador con unos patacones y unos huevos pericos antes de conocer al mediodía la fritada clásica del país, que consiste en disfrutar de unas costillas de cerdo sancochadas previamente y luego fritas acompañadas de patata y mote. Seguimos, porque a quien se le antoje una pizza debe reservar en Novecento mientras que si la cosa va de darse un homenaje a un precio imbatible Círculo Marisquería es el lugar idóneo. ¿Qué pedir? Gamba blanca de Huelva, berberechos, nécoras, centollo, carabinero, merluza de pincho…

Usera

Nos trasladamos al sur. Sí, porque a la Taberna Andaluza Sacromonte se va a comer ricos pichos armonizados por buenos vinos por copas. Tomen nota, todos los viernes se canta La Salve de diez a diez y media, pero antes, pruebe el tartar, la vieira gratinada con parmesano, la tortilla rellena de callos o el cochinillo deshuesado con salsa hoisin. A pocos minutos, se encuentra La Fonda, donde conocer algunas especialidades colombianas y uno de los restaurantes chinos más emblemáticos de la Villa y Corte: Royal Cantonés, espacio en el que reservan esos comensales que echan de menos recetas de su país de origen. Es posible pedir la ensalada de medusa, unos jiaozi de hongos, que nos encantan tanto como el pato asado al estilo pekinés. Y de ahí, a La Alegría, rincón en el que no prescindir de la torta del Casar con Pimentón de La Vera y terminar con el helado de violeta.

Arganzuela

Tres barrios están representados en esta edición de Soletes de la Guía Repsol. A pesar de que haya cerrado temporalmente, no podemos dejar de mencionar La Cruda y sus vinos naturales y quesos. Dicho esto, la primera parada debe realizarse en Bite me Café, templo de los halos veganos (canela y azúcar, chocolate, vainilla…), pero a nosotros nos picó la curiosidad por el sándwich más famoso de la casa: el breakfast Bagel, con tofu, queso cheddar, encurtidos, aguacate y salsa sriracha mayo. Hemos de decir que uno de nuestros últimos descubrimientos ha sido In-Pulso. No se priven de sus navajas gratinadas.

Vallecas

A la Altura del Puente de Valleacas, de visita obligada es Femary, tanto por su pincho de tortilla, hay quien dice que es de los mejores de la capital, como por el cocido, ahora que apetece tanto. A La Pajarería, sin embargo, los vecinos de La Plaza Vieja acuden a degustar buenas recetas, como el wrap de pollo con arroz, frijoles, queso, pico de gallo y veganesa con sriracha. En Portacos, hasta la vajilla está personalizada para devorar un pico de gallo con totopos y ese taco de cochinita pibil que tanto nos gusta. Y, ahora que es momento de reunirse alrededor de la mesa, dejen hueco a la gamba roja, las coquinas y al buey de mar en La Lonjería.

Moratalaz

La publicación reconoce El Jardín Secreto 28030 por sus guisos, mientras que en Vinateros 28 la propuesta de vinos por copas es interesante. Más si al lado tiene una de torreznos y otra de cecina. Pregunte por los platos de caza.

Guindalera

Casa Braulio se merece todo tipo de distinciones ya sólo por esquivar modas y crisis desde 1935 y servir ricas tapas para rendir homenaje a un picoteo patrio a base de bravas, boquerones en vinagre y bacalao rebozado para armonizar con una cerveza bien tirada y un par de vinos. En el mercado del barrio, hágase hueco en L’Incanto para probar los platos sicilianos del chef.

Ciudad Lineal, San Blas y Hortaleza

La primera parada es en el barrio de Quintana, en Ciudad Lineal, para comer en Monty’s un menú del día por 13,50 euros que da que hablar. Lo mismo que el de Beytna, en este caso alimentado por auténticas recetas de la cocina jordana. La Quinta Cocina, en la Quinta de los Molinos merece la pena ir sí o sí, porque se trata de un espacio solidario en el que se promueve la formación y la inserción sociolaboral de jóvenes vulnerables.

Barajas

Uno de nuestros grandes descubrimientos ha sido BarraCruda, restaurante especializado en “raw food”, técnicas de crudos, semicrudos y cocción a baja temperatura, mientras que en Bahía Taberna es posible disfrutar de pinchos y platos creativos. La elección es suya.

Tetuán

Los embutidos catalanes son los protagonistas de La Garriga, espacio con zona de degustación a la que acudimos a degustar el bocata de butifarra, y de charcutería en el Paseo de la Castellana casi llegando a Plaza de Castilla. En Cuatro Caminos se sitúa la pizzería Piccola Napoli.

Chamartín

Por un lado, la guía reconoce Casa Múi, que propone un viaje al sudeste asiático con el paladar en forma de recetas con guiños indios, chinos y franceses. Por otro, La Casa de Cristal, local en el que comer el cocido de La Bola y un cochinillo de carne sedosa y piel crujiente en una agradable terraza acristalada.

Montecarmelo

Cuando ande por el barrio, ya sabe, Cuadrilla brilla con un merecido Solete gracias a su buen comer. Es famoso el cachopo y la fabada los fines de semana. Por último, cerca encontramos Straperlo, que escogemos por sus guisos. Al caer la tarde, es momento de cervezas y mojitos.