Denuncia

Las Tablas pide que se cumpla el acuerdo firmado hace quince años

Los vecinos exigen que se abra el centro de salud y que se construya una comisaría de Policía, un centro cultural y un polideportivo para los jóvenes

Quejas de vecinos del barrio de Las Tablas. © Jesús G. Feria.
Miembros de la Asociación de Vecinos de Las Tablas frente al centro de salud, ya construido, pero sin abrir por falta de personalJesús G. FeriaFotógrafos

«Es un barrio que se diseña mal desde su inicio», afirma tajante, Ángel Galán, vecino de Las Tablas. Un barrio periférico ubicado en la zona norte de la capital que nació hace dos décadas, como otros PAUS (Programas de Actuación Urbanística) para ordenar y regular el desarrollo de áreas urbanas. El principal motivo que señala es la falta de locales comerciales. Propietario de una farmacia de la zona hasta hace seis meses, cuando se jubiló, Galán dice saber de lo que habla. «Sin comercios, el barrio no tiene vida. Cuando los vecinos tienes que salir de él para hacer la compra, mal negocio. Aquí no empieza a haber movimiento de gente hasta las cinco de la tarde», y explica, «el problema es que toda la iniciativa que ha habido en Las Tablas ha sido privada, no se ha hecho porque se hiciera barrio y un negocio necesita que le pase gente por delante».

En las últimas dos décadas, el barrio no ha dejado de crecer. Son casi 40.000 las personas que lo han escogido para vivir, pero los servicios básicos sociales, de salud o deporte no han sido cubiertos. Algo por lo que lleva luchando más de quince años la Asociación Vecinal, la más grande de todo Madrid, con más de 2.200 miembros. «En 2008 firmamos un acuerdo con el por entonces alcalde, Alberto Ruíz-Gallardón, en el que recogimos todas las necesidades del barrio con sus correspondientes fechas de inicio y fin de obra», apunta Lorenzo Álvarez, presidente de la Asociación. Entre ellas, la construcción de un centro de salud, uno cultural, una escuela infantil, un polideportivo, un campo de fútbol o una comisaría de Policía. «En estos quince años, ninguno de los gobiernos que han pasado han sido capaces de cumplirlo. Nos dan igual los partidos, nosotros seguimos necesitando lo mismo, nunca hemos cambiado el rumbo». De ese acuerdo, solo se han hecho realidad las pistas de pádel, inauguradas en 2014 durante el gobierno de Ana Botella y la Escuela Infantil, en el de Manuela Carmena, hace cuatro años.

Barrio de Las Tablas
Barrio de Las TablasJesús G. FeriaFotógrafos

Desde entontes, también ha estado en construcción el Centro de Salud. «Lo terminaron el pasado mes de abril. Vinieron, se hicieron la foto y nos dijeron que después de verano estaría en funcionamiento. Hubo cambios en la Consejería de Sanidad, el nuevo equipo vino a verlo y ahora dicen, que estará en marcha a principios de año», apunta Álvarez. El problema, según el Ayuntamiento de Madrid, es la falta de personal. «Nosotros entendemos que hay que dotarlo, trasladar a todos los ciudadanos que tengan preferencia y que eso conlleva un tiempo. Pero han tenido cuatro años para ello». En estos momentos, los vecinos tienen que trasladarse al Centro de Salud de Sanchinarro y su hospital de referencia es el Ramón y Cajal. El nuevo centro contará con cirugía, medina general, fisioterapia, matronas y odontología. «Hemos pedido a la Comunidad de Madrid que, al menos, habiliten los fines de semana unas urgencias en el nuevo centro, para así no tensionar La Paz, que pasará a ser nuestro hospital cuando nos trasladen a este». Por ahora, los vecinos están a la espera de que la gerencia de Atención Primaria les actualice la situación del nuevo centro de salud.

A sus 83 años, Francisco Barbero, solo pide un banco en el que poder sentarse. «En las calles que rodean mi casa, no hay, y yo me canso. Lo he pedido, pero parece que no pueden destinar una mínima parte de los seis mil millones que tienen de presupuesto para ponerlo», explica. En los meses de menos calor, los paseos de este vecino son hasta unos barracones instalados hace cuatro años para suplir la falta de un centro cultural. «Si tuviésemos una biblioteca perfectamente condicionada, las personas mayores podríamos ir allí a leer y pasar el rato. Es inhumano que esperen que vayamos a esos barracones en pleno verano». Desde diciembre del año pasado, un cartel anuncia la construcción de un centro cultural. La situación del terreno es que está licitado y adjudicado y el tiempo estimado de ejecución es de dieciocho meses. «En abril mandamos una carta a Paloma García, delegada de obras, para que nos informase sobre la situación de este y dicen no tener información. Cualquier vecino tiene derecho a recibir información si la solicita, pero una asociación de vecinos, registrada, que cumple todos los requisitos para serla y que es de interés público, más», añade su presidente.

Quejas de vecinos del barrio de Las Tablas. © Jesús G. Feria.
Quejas de vecinos del barrio de Las Tablas. © Jesús G. Feria.Jesús G. FeriaFotógrafos

Otra de las grandes preocupaciones de los vecinos, es la gente joven. El perfil de los vecinos de Las Tablas es de familias con dos hijos de media. Barbero es padre de tres, de 18, 20 y 23 años, que como muchos nacieron al mudarse al barrio y ya han alcanzado la mayoría de edad. «Uno de ellos, no quiere estudiar más, estaría bien que hubiese opciones de formación profesional. Y hace unos años, sufrimos la falta de plazas de educación secundaria», explica. El barrio solo cuenta con un instituto público, el Malala Yousafzai y desde hace años, conseguir plaza es todo un reto. Las Tablas cuenta con un cinturón empresarial muy potente gracias a la presencia de las compañías más grandes del IBEX. Esto hace que a diario pasen más personas por trabajo de las que viven en él. En esta situación, la Asociación Vecinal vio una oportunidad clara: «Propusimos al Gobierno regional que en algunas de las tantas parcelas que hay libres construyesen un centro de formación profesional especializado en los diferentes sectores que conviven aquí –telecomunicaciones, farmacéutico, automovilístico o financiero- y aprovechar las sinergias que podrían surgir con ellas», asegura Álvarez. Algo que resultó ser una buena idea, pero para la que no hay ni intención ni voluntad de llevar a cabo.

Quejas de vecinos del barrio de Las Tablas. © Jesús G. Feria.
Quejas de vecinos del barrio de Las Tablas. © Jesús G. Feria.Jesús G. FeriaFotógrafos

El ocio de los jóvenes también es otro de los problemas del barrio: «No tienen nada que hacer aquí, los fines de semana están dando vueltas por los parques». Por ello consideran, que un centro cultural o un polideportivo podría ser una gran distracción para ellos. «En los barracones de Carmena se instaló un centro juvenil temporal, con idea de construir uno, pero se acabó el contrato y nada más se supo». En materia deportiva lo que más reclaman los vecinos es la construcción de un polideportivo que cuente con piscina cubierta, un campo de fútbol once y canchas de baloncesto. El barrio cuenta con seis clubes deportivos que reúnen a miles de niños que necesitan unas instalaciones deportivas a la altura. «Necesitamos que el Ayuntamiento apueste por el deporte colectivo, ya hay gimnasios privados. Somos un barrio joven y deportista, no podemos conformarnos solo con una pista de fútbol siete», confiesa el presidente.

En definitiva, los vecinos de Las Tablas piden que se ocupen de los barrios periféricos e inviertan tanto como en el Centro y la almendra de Madrid. Y no olvidan que están pagando un Impuesto sobre Bienes de Inmueble (IBI) tan alto como el del barrio de Salamanca. Después de dos décadas, la asociación se niega a que desaparezcan las razones que les llevaron a mudarse allí: la calidad de vida, tranquilidad, seguridad o la prosperidad que caracterizan todo barrio nuevo. «Solo pedimos que haya acción y que se dote a este de servicios básicos que otros distritos próximos al nuestro, tienen».