
Espectáculos
Un teatro en Madrid para la eterna Audrey Hepburn
Un innovador recinto escénico desmontable acogerá en Las Tablas una comedia musical inspirada en la actriz

Audrey Hepburn ya tiene un lugar en Madrid que mira a la sede operativa de Telefónica, en el barrio madrileño de Las Tablas, al norte de la capital, donde puede leerse: «Hacemos nuestro mundo más humano, conectamos la vida de las personas». La misma conexión que la mítica leyenda de Hollywood y símbolo de belleza y elegancia atemporal encontrará con el público en pocos meses, cuando esté en pie el Teatro Audrey.
Ayer, las obras de un proyecto que lleva gestándose diez años, pero que se ejecutará en cuatro meses, estaban a pleno rendimiento para poder albergar el musical «Buscando a Audrey», que tendrá su estreno mundial en diciembre. El teatro, temporal y desmontable, cuyas obras está previsto que acaben en septiembre, se está construyendo sobre una parcela de 10.000 metros. «La conexión es total y, aunque no está en pleno centro de Madrid, la ubicación es muy accesible: a doce minutos de Plaza de Castilla, con metro en la puerta (Ronda de la comunicación), línea de autobús y más de 500 plazas gratuitas de aparcamiento, a las que habría que sumar otras 1.500 del entorno de Telefónica que quedan libres a media tarde y los fines de semana», explica a pie de obra José Antonio Salmerón, productor y guionista.
El proyecto en el que participan 60 inversores privados, ronda los nueve millones de euros, de los cuales 5,5 corresponden a la puesta en escena del musical, mientras que las obras de construcción supondrán un desembolso de 3,5 millones.
El edificio, será reconocible porque en la parte superior contará con una gran franja decorativa, totalmente acristalada, que marcará la entrada. En la marquesina del teatro estará el logo y la cara de Audrey Hepburn, en un diseño inspirado en los teatros de Broadway y Times Square, con elementos decorativos propios del entorno urbano neoyorquino. La estética exterior «será moderna, cuidada, con posibilidad de incorporar un parasol para completar el diseño», detalla el productor.
Unas puertas centrales darán acceso a un hall de 900 metros cuadrados y casi 14 metros de altura, un gran espacio abierto que albergará dos zonas de restauración: una para el público general, pensada para tomar algo antes o después de la función, y otra destinada a empresas y eventos corporativos, en un formato similar a los palcos VIP de los grandes espectáculos.
En este espacio también estarán el guardarropa, el merchandising, una gran pantalla de 8x4 metros y los accesos a los baños. Este hall no será solo un espacio de tránsito, sino que se utilizará también para clases escolares, presentaciones, exposiciones o eventos.
Según relata Salmerón, todo está pensado para que el público se sienta cómodo y no haya que esperar colas ni para ir al cuarto de baño (se han proyectado 30 femeninos y 16 masculinos). Y un detalle importante: no se venderán palomitas. «El espectáculo no tiene descanso y no busca el ambiente de ocio de un cine, sino una experiencia escénica cuidada, elegante y envolvente».
El escenario, de 670 metros cuadrados y 45 metros de ancho, tiene sus singularidades: «Está pensado para una escenografía deslumbrante, inspirada en una ciudad neoyorquina viva, con tres edificios móviles como protagonistas: un club de comedia («Moon River»), un teatro dentro del teatro y una fábrica de cerveza del Soho», explica el productor.
Así, las estructuras se girarán, se abrirán, se transformarán y acercarán al público sin intermedios ni telones de tal manera que el espectador se verá integrado en la acción. De hecho, todo está pensado para que no haya ningún asiento que tenga baja visibilidad. El aforo total será de 1.446 butacas, de las cuales 146, serán giratorias y estarán dispuestas en semicírculo alrededor del escenario, sobre una plataforma que permite una visión de 360 grados. Estas butacas girarán por completo para que el espectador pueda seguir la acción en cualquier punto en el que se desarrolle.
En el sonido se ha puesto también especial atención ya que se distribuirá mediante un sistema inmersivo con más de 150 altavoces, de los cuales 126 estarán repartidos por toda la sala.
Y si atendemos a la iluminación, el teatro Audrey contará con un sistema robotizado con más de 500 focos y un ciclorama noche-día, que permitirá cambios de atmósfera sin necesidad de escenografía adicional. El diseño de iluminación y sonido estará a cargo de profesionales de primer nivel como Juanjo Llorens, Javier Isequilla y Rodrigo Ortega.
La música tendrá un lugar especial. De hecho, la orquesta estará localizada en una plataforma elevada que estará integrada en el decorado como parte de la ciudad. En el diseño también se ha tenido muy en cuenta a los artistas. Por eso, el teatro contará con una zona específica para ellos: la «ciudad de los artistas», un espacio de 740 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, ubicado detrás del escenario, que albergará camerinos para 55 actores y 18 músicos, además de talleres, salas de ensayo, sala de fisioterapia, salas de maquillaje, sastrería y espacios auxiliares.

Aunque el edificio es modular y desmontable, se considera que cumple con todos los estándares técnicos de una construcción permanente. De hecho, el muelle de carga para tráilers conecta directamente con el escenario para facilitar la logística de grandes producciones.
El teatro, que pensó en instalarse primero en Ifema, hasta que llegó el proyecto de la Fórmula 1 y hubo que cambiar de ubicación, nace expresamente para acoger este musical, pero puede que no sea el único que se pueda ver en él por su versatilidad. De hecho, está pensado para grandes eventos como entregas de premios, congresos, presentaciones...Incluso podrían celebrarse los premios Goya, apunta esperanzado Salmerón.
Su objetivo es convertirse en un nuevo foco cultural y escénico de Madrid, que permanezca más allá de la duración de «Buscando a Audrey». De momento, los promotores cuentan con una autorización del Ayuntamiento de Madrid por cuatro años.
Y después de todo este macroproyecto, ¿qué podremos ver? «Buscando a Audrey», una comedia musical que nos sitúa en Broadway, a dos semanas del estreno del musical más esperado: «Audrey Hepburn, el musical» que plantea un conflicto: no encuentran a quien haga de protagonista. «El musical no es una biografía. El guion permite evocar a Audrey Hepburn sin limitarse a su vida. Tiene el tono de una comedia romántica tipo “Sabrina” o “Charada”, pero actualizada al lenguaje del siglo XXI, como “La La Land” o “The Greatest Showman”».Todas las canciones serán nuevas, excepto la mítica «Moon River», para la que se cuenta con licencia. El libreto es de José Ignacio Salmerón, productor de amplia trayectoria, mientras que la música original es de Fernando Velázquez, compositor galardonado con un Premio Grammy y un Goya, conocido por bandas sonoras como «Lo Imposible», «Ocho Apellidos Vascos» o «El Orfanato». Todo se está pensado para emocionar y sorprender.
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