Sociedad

Cumbre del Clima de Madrid

De cada mil euros que gastamos en el supermercado, la mitad se va en envases

El sistema alimentario representa el 20% de emisiones. La dieta mediterránea y reducir el consumo de carne, claves para asegurar la alimentación de la población

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El sistema alimentario consume un tercio de la energía del mundo y supone entre un 21-37% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Demanda, además, un 70% del agua y ocupa un 40% del suelo. Que el sistema agroalimentario tiene que transformarse lo vienen diciendo los científicos sobre todo desde la cumbre del clima de París. De hecho, el último informe el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) «ya plantea un cambio en la forma de producción y consumo», afirma Marta Rivera Ferre, directora de la Cátedra de Agroecología y Sistemas Alimentarios de la Universidad de Vic (Barcelona) y colaboradora en varios informes del IPCC. La investigadora asegura que «ahora mismo se están produciendo alimentos para unos 12.000 millones de personas y somos 7.500. Lo que tenemos es sobreproducción»

Durante la jornada de ayer, dedicada a la alimentación, se dieron algunos datos interesantes. Por ejemplo, «de las 1.400 especies animales, prácticamente sólo tres (vaca, cerdo y pollo) sirven para alimentar a las personas», dijo Rivera Ferre. Además, el arroz, el maíz y el trigo suponen el 40% de toda la producción agrícola mundial. «Los modelos de agricultura industrializada son muy independientes del combustible fósil, que se utilizan además de en el transporte, en fabricar fertilizantes. Estos productos emiten óxido nitroso, un gas de efecto invernadero con un potencial para el calentamiento global hasta 300 veces superior al CO2», matizó.

280 euros en caries

Las decisiones a la hora de comprar –hacerlo en un mercado de proximidad y comprar productos de temporada– pueden suponer un verdadero empujón para revolucionar el sistema alimentario. Sólo un dato: «Cuando una familia va a la compra, por cada 1.000 euros que gasta está invirtiendo unos 500 en los envases y otros 280 euros los representa el gasto médico relativo a las caries y otras enfermedades de los procesados. Al final, lo que sirve para nutrirse sólo supone 220 euros», dijo Jesús Pagán, director de Foodtopia, un proyecto que une a los productores locales con los consumidores en Murcia.

Volver al puchero, recuperar las legumbres y los sabores artesanos, además, reduce el gasto público. Se calcula que «el coste sanitario de la diabetes o el sobrepeso, supone casi 120.000 millones de euros anuales», señaló Rivera Ferre. Por último es imprescindible la accesibilidad. «En Estados Unidos son muy habituales los desiertos alimentarios, barrios enteros que no cuentan con mercados donde comprar frescos, pero sí con la presencia masiva de cadenas de comida rápida», comentó.

Desperdicio alimentario

A la producción y al consumo hay que sumarle una tercera pata: no tirar. Hay más de 800 millones de personas que padecen hambre y, sin embargo, «cada segundo se tiran 42 toneladas de comida. Si fuera un país, el desperdicio alimentario ya sería la tercera economía más contaminante del planeta, tras China y Estados Unidos», dijo Oriol Reull, miembro de Too good to go, un movimiento que combate el desperdicio de los restaurantes dándoles una segunda vida y facilitando su consumo a través de una «app».

Eliminar el consumo de carne no ayuda al planeta

«Un 14’5% del total de emisiones se debe a la ganadería. Pero hay que tener en cuenta que parte de esas emisiones son naturales. Dejar de comer carne no es una solución al calentamiento global. La solución debe afectar a todos los sectores. La ganadería debe contribuir a la transición energética reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles. De hecho, es fundamental para combatir el cambio climático», comentaron Agustín del Prado, investigador del Centro Vasco para el Cambio Climático y Pablo Manzano, investigador de la Universidad de Helsinki. Es más, el último informe del IPCCr ecomienda una dieta flexitariana pero «no la eliminación del consumo de carne, puesto que tiene un perfil nutricional que no tienen los vegetales y la producida en extensivo tiene otros beneficios como capturar carbono a través del pastoreo. Es la más eficiente en cuanto a huella de carbono».