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Medio Ambiente

Cómo salvar al pato más amenazado de Europa

El proyecto Life Cerceta quiere lograr que en España, último lugar de cría de este ave en la UE, haya 125 parejas reproductoras en 2025

La cerceta pardilla es una de las siete especies en peligro crítico de extinción en España
La cerceta pardilla es una de las siete especies en peligro crítico de extinción en Españalarazon

La cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris) es el pato más amenazado de Europa. Esta especie de color marfil fácilmente distinguible por su elegante perfil y su característica «coleta» lleva desde los años 80 en declive. Entre las causas que le han llevado a figurar en el Catálogo Español de Especies Amenazadas como especie en peligro de extinción hay algunas naturales como el hecho de contar con un buen número de depredadores, pero también las hay que se derivan de la actividad humana. Aquí sobresalen dos: la pérdida de los hábitats que le son favorables, los humedales (que desaparecen hasta tres veces más rápido que los bosques) y la caza directa (una actividad que se hace al amanecer, cuando todavía no se ve bien y que supone la muerte para numerosos ejemplares).

En todo el mundo quedan unas 30.000 cercetas pardilla entre Europa Occidental y el Norte de África, el Este del Mediterráno y el Centro de Asia. España es responsable de custodiar la última población reproductora del viejo continente. Por eso y para mejorar la situación de esta especie, que ahora cuenta con solo 105 parejas en la Península, nació hace algo más de un año el proyecto Life Cerceta Pardilla. La Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico es quien coordinará hasta 2025 este proyecto en el que participan, además, un grupo de entidades como la Confederación Hidrográfica del Segura, la Junta de Andalucía, la Generalitat Valenciana, el Gobierno de la Región de Murcia y las organizaciones SEO/BirdLife y Anse.

El objetivo de este Life es contabilizar en 2025 al menos 125 parejas reproductoras en los principales principales humedales de la Comunidad Valenciana, Murcia y las marismas del Guadalquivir en Andalucía que le sirven de hábitat a la cerceta pardilla. «Este proyecto servirá también de paraguas para la conservación de los humedales, unos ecosistemas fundamentales. España es el tercer país del mundo con humedales registrado en la lista Ramsar», decía Elena Pita, directora de la Fundación Biodiversidad esta semana durante la liberación de algunos ejemplares en el Parque Natural de El Hondo (entre Crevillente y Elche). Con esta última liberación de 40 ejemplares, el proyecto ha conseguido un hito: soltar mil cercetas en la naturaleza. En este caso en el parque de El Hondo, un hábitat de gran valor ecológico y de importancia para las aves: entre sus vecinos habituales se encuentran malvasía cabeciblanca, zampullín cuellinegro, tarro blanco, focha común, porrón europeo, avoceta común, charrancito o chorlitejo patinegro.

Un grupo de autoridades se dieron cita aquí este lunes para ver emprender el vuelo libremente a estos ejemplares, con los que se ha seguido un método que se llama liberación blanda. Durante una semana los animales disfrutan del primer contacto con la vida salvaje, salvaje, pero lo hacen en unos jaulones que permiten a los criadores alimentarles. Cuando termina este tiempo se sueltan y, ya en el entorno, tendrán que aprender a alimentarse por sí solos.

El momento de la liberación es vital para los pollos, su supervivencia dependerá de si son capaces de adaptarse, pero también es una parte crucial para los investigadores. Gracias al seguimiento a través de GPS se podrán extraer datos sobre dónde están, si migran o no o cuáles son las causas de sus muertes. «Es crucial identificar su comportamiento y qué sucede en África para mejorar su estado conservación», decía Mario Jiménez delegado en Valencia de SEO/BirdLife. De hecho, de los 50 ejemplares marcados en este parque este último año, una cerceta ha ido y vuelto de África.

Y es que estos pequeños patos son peculiares en su migración respecto a otras especies. Se sabe que algunos ejemplares han llegado hasta Argelia y de ahí hasta la costa Atlántica de Marruecos. También que muchos mueren incluso antes de migrar, porque necesitan unas condiciones muy especiales para su desarrollo. Solo se alimentan a 20 cm de la superficie del agua, necesitan láminas que no superen el medio metro de profundidad y que tengan una calidad excelente. En este punto, el papel de la Confederación Hidrográfica del Segura va a ser crucial. Controlará el volumen de la lámina de agua y analizará cada seis meses la presencia de plaguicidas, metales pesados, bacterias que causan botulismo e, incluso, la concentración de carpas, una especie que en grandes cantidades se convierte en una amenaza para especies como ésta.

Una de las claves para el éxito de este Life está siendo la compra de fincas. A día de hoy se han comprado ya 55 hectáreas en las inmediaciones de El Hondo ( la Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse) ha adquirido unas 29 hectáreas y SEO/BirdLife, 25, a las que se sumarán las casi 90 hectáreas de la finca de La Raja que comprará próximamente la Confederación). La otra clave es la cría en cautividad. Hay dos centros de referencia, la Granja de El Saler (Comunidad Valenciana) y la Cañada de los Pájaros (Andalucía), donde se custodia a los polluelos durante sus primeros meses de vida.