Entrevista

Noah Stryker, ornitólogo: "Los cuervos se parecen mucho a los humanos"

Con 6.042 aves avistadas en un solo año, el autor de "Esa cosa con plumas" convierte su odisea ornitológica en una reflexión sobre el cuerpo, la mente y el espíritu humano a través de las aves

Noah Stryker, ornitólogo y escritor
Noah Stryker, ornitólogo y escritorCapitán Swing

Ornitólogo y aventurero, Noah Strycker recorrió más de 40 países de los siete continentes, estableciendo un récord mundial al encontrar 6.042 especies de aves –más de la mitad de las que hay en la Tierra– en un año. Su libro «Esa cosa con plumas» (Ed. Capitán Swing) es fruto de este viaje. En él, escoge varias especies de ave, que utiliza como un vehículo para situarnos frente al espejo: ¿qué dice sobre nosotros el comportamiento de ciertas especies? Las respuestas encajan de forma natural en las tres categorías que dividen el libro: fisiología de las aves (Cuerpo), inteligencia (Mente) y comportamiento (Espíritu).

De todas las conductas insólitas que has visto, ¿cuál desafió más tus ideas previas sobre lo que significa «ser un pájaro»?

Lo que significa ser un ave difiere mucho según el tipo de ave. Algunas triunfan volando largas distancias para migrar, adentrándose en aguas tóxicas, construyendo nidos elaborados, cantando y bailando, poniendo sus huevos en los nidos de otras aves para que se los cuiden o adaptándose a los humanos. Siempre supe que los cuervos son aves inteligentes, pero me sorprendió lo vengativos que pueden llegar a ser, guardando rencores que transmiten a sus amigos y familiares, y su impresionante capacidad para fabricar herramientas con las que conseguir comida. El comportamiento de los cuervos se parece mucho al de los humanos [ríe].

Dices que algunas aves muestran comportamientos «humanos»... ¿cuál te conmovió más?

Me conmueve personalmente ver a los maluros trabajar por el bien común. En Australia, observé como los maluros de corona púrpura del norte se reproducen de forma cooperativa, todos crían a su tribu. Los malúridos de uno y dos años ayudan a las parejas maduras a alimentar a sus polluelos que no son suyos, sin obtener ningún beneficio de ello, salvo el de tener la oportunidad de practicar antes de emprender su propio camino.

Ha observado mucho a las aves. ¿Qué cree que revelan sobre nosotros mismos?

Observar aves —y reflexionar sobre lo que vemos— puede enseñarnos lecciones de vida. ¿Conoces al cortecerito americano? En mi propio jardín, he pasado muchas horas observando a esta especie, también conocida como el trepador pardo, un pequeño pájaro que trepa por la corteza de los troncos de los árboles para cazar insectos. Cuando un trepador llega por fin a la copa de un árbol, vuela hasta la base de otro árbol y vuelve a empezar. Ese pájaro nunca se rinde. A menudo pasamos por alto en nosotros mismos las poderosas recompensas de simplemente perseverar, incluso cuando las cosas se ponen difíciles.

Hablando de conservación ¿dónde trazamos la línea entre proteger y dañar al intervenir?

La línea entre conservación y crueldad puede ser muy fina y depende de las circunstancias. Por ejemplo, en Estados Unidos, el cárabo norteamericano o búho listado está desplazando al búho moteado, una especie que está en declive y casi amenazada. No concuerdo del todo con la propuesta del Gobierno, que es matar a medio millón de búhos listados, lo cual probablemente no funcionaría de todos modos. Por otro lado, no tengo ningún problema con la captura y el sacrificio de estorninos europeos invasores en lugares específicos para proteger a las especies residentes que anidan allí.

Si las aves pudieran votar ¿qué política apoyarían sin dudar?

Como investigador de pingüinos, me preocupa especialmente el futuro de la Antártida, por el calentamiento global y la desaparición del hielo marino. Si pudieran votar, los pingüinos defenderían que políticas a gran escala contra el cambio climático.

¿Qué especie te quita el sueño por miedo a que desaparezca?

Solía preocuparme mucho el pájaro carpintero picomarfil, incluso participé en una expedición para buscarlo en los pantanos de Florida, a lo largo del río Choctawhatchee... pero me temo que ha partido. Se ha extinguido. En este momento, me resulta de verdad desgarrador ver cómo las aves tropicales e insulares se extinguen por todo el mundo. Están librando una batalla perdida contra las aves invasoras, las plagas introducidas, las enfermedades y la pérdida de hábitat. Y no tienen adónde ir.

¿Qué opina sobre la idea de resucitar especies extintas con ingeniería genética?

Estoy totalmente a favor de hacer cualquier cosa para aumentar la diversidad mundial de aves, y eso incluye utilizar la tecnología para recuperar especies extintas si es posible. ¿Por qué no?

¿Cuá ha sido su intento más insólito para atraer a un pájaro?

Yo diría que lo que hice cuando tenía 16 años se lleva la palma. Vi un episodio de un programa de David Attenborough sobre la selva tropical de Trinidad, en el que el famoso explorador entierra un filete bajo unas hojas en el suelo del bosque y un buitre vuela directamente al lugar, retira las hojas y se come la carne. Pensé: "¡Esa es la mejor idea que he visto jamás, tengo que probarlo en casa!". Encontré un ciervo atropellado y maloliente, lo metí en mi coche, lo llevé a casa y lo dejé en un campo. Cuando me desperté a la mañana siguiente, había buitres americanos por todas partes, probablemente entre 30 o 40, posados en el tejado de la casa, volando en círculos sobre mi cabeza y posados en los árboles. Fue como magia ver a los buitres desayunar. ¡Esa idea absurda funcionó de verdad! Esos buitres realmente me cautivaron. Cambiaron mi vida.