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Medio Ambiente

Emilio Tejedor, responsable de Medio Ambiente y Calidad de Iberdrola: «Biodiversidad y energía fotovoltaica pueden (y deben) ir de la mano»

Emilio Tejedor, responsable de Medio Ambiente y Calidad de Iberdrola
Emilio Tejedor, responsable de Medio Ambiente y Calidad de IberdrolaFRANCIS TSANG

La energía solar es una de las palancas clave en la descarbonización, pero aún queda resolver algunos retos de futuro: ¿pueden estas instalaciones convivir con la protección de la biodiversidad? Debatimos sobre esta cuestión con Emilio Tejedor, directivo y responsable de Medio Ambiente y Calidad de Iberdrola, quien participó en el encuentro «Energía fotovoltaica y biodiversidad», celebrado en Trujillo (Cáceres) y organizado por la Universidad de Extremadura, la Junta de Extremadura, Fundación Biodiversidad e Iberdrola.

Cumplir con unos objetivos energéticos ambiciosos en energía solar y que la naturaleza esté protegida. ¿Compatible?

Sí. Biodiversidad y fotovoltaica pueden (y deben) ir de la mano. Lo importante es hacer las cosas bien. Hacer las cosas por aparentar acaba siendo dañino. Hoy en día el ser humano es consciente de que su mera existencia tiene un impacto en el medio; incluso cambiar una piedra de sitio. Así que construir una planta también lo tiene. Por eso, somos muy exquisitos al instalar. Seguimos lo que llama «jerarquía de la mitigación», que consiste en optar siempre que se pueda por terrenos agrarios abandonados, reducir el impacto al mínimo, restaurar la zona y compensar o, incluso, mejorar el terreno con respecto a lo que había antes de la instalación. Al final, cuando tú como empresa te impones la obligación de que el impacto sea positivo, te estás obligando a escoger la zona que conlleve el menor «coste». Es decir: ponerte objetivos lleva de por sí a minimizar impactos.

La fotovoltaica necesita espacios amplios. ¿Cómo convive esto con el suelo agrario?

Estamos trabajando mucho en buscar medidas que compatibilicen el uso «industrial» de producir energía con otros usos que fomentan la economía local para que los pueblos influidos por estas instalaciones puedan continuar con su actividad. Por ejemplo, utilizar el mismo espacio para la apicultura o cultivar especies aromáticas entre las hileras de placas. También hemos hecho pilotos con tomates y viñedos donde la placa se inclina para dar sombra o sol al cultivo.

Una vez retiradas las placas, ¿contemplan realizar proyectos de renaturalización?

Las plantas fotovoltaicas son relativamente recientes, faltan 25 o 30 años para que comience su fase de fin de vida y, cuando esto ocurra, se establecerá un diálogo con la Administración para fijar objetivos. En el caso de otras instalaciones que ya se están desmantelando, sí, naturalizamos el terreno. Pero no a cómo estaba cuando llegamos, sino a cómo tendría que estar. Muchas veces nos hemos encontrado zonas degradadas y abandonadas; una vez terminada la actividad, se han convertido en zonas verdes.

La planta de Núñez de Balboa, en Badajoz, es uno de los proyectos fotovoltaicos más emblemáticos de Iberdrola. ¿Por qué?

Desde el punto de vista de protección y fomento de la biodiversidad es un proyecto maravilloso que recomiendo visitar. Se trata de una planta de 1.000 hectáreas de terreno en la cual las placas ocupan 400. Es decir, quedan 600 ha donde estamos realizando una batería de actuaciones de biodiversidad. Se han creado masas de agua y respetado las que había, se ha favorecido el desarrollo de orquídeas silvestres autóctonas de interés especial, se ha protegido a las aves esteparias y se está cultivando cereal para permitir que aniden (pues uno de sus problemas es que se siega antes de que haya terminado el proceso de cría)... Es tal la cantidad de acciones que estamos realizando que, una de las mayores plantas fotovoltaicas de Europa se ha convertido es una especie de reserva natural. Además, estamos introduciendo el pastoreo para no tener que cortar mecánicamente el pasto, con pastores de la zona, fomentando su economía. Es un ejemplo claro de un lugar donde la biodiversidad convive con el desarrollo.

¿Qué lecciones deja el encuentro «Fotovoltaica y biodiversidad» celebrado en Trujillo?

En este encuentro participaron diversos sectores (la Administración pública, organizaciones conservacionistas, universidad, mundo agro, ciencia...) con el interés común de encontrar soluciones que permitan compatibilizar las plantas fotovoltaicas con la naturaleza y la sociedad allá donde se instalen. Pudimos entender las problemáticas de cada uno (hay que ser cuidadosos en cada proyecto para no afectar a los grupos de interés que tengan algo que decir) y buscar soluciones innovadoras para que energía y biodiversidad convivan con el mayor beneficio. Y se puede hacer.