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Medio Ambiente
El ecodiseño, herramienta para prevenir y reducir los residuos textiles
La Semana Europea de la Reducción de Residuos propone acciones para la circularidad y sostenibilidad del sector
Los residuos están pasados de moda. Es el lema de la Semana Europea de la Reducción de Residuos, que comienza el lunes próximo, que en este año llama la atención sobre uno de los residuos más abundantes, pero quizá menos conocidos socialmente: los textiles.
Tanto el Pacto Verde, como el Plan de Acción de la Economía Circular y la Estrategia Industrial europeos han identificado a los textiles como un sector prioritario para avanzar hacia la economía circular y neutra en carbono. Es el objetivo de la Estrategia Europea para la Circularidad y Sostenibilidad de los productos textiles, anunciada en la primavera pasada, que propone medidas para cambiar la forma de producirlos y consumirlos, para que el sector sea más ecológico, competitivo e, incluso, resistente a las alteraciones de los mercados globales.
Uno de los objetivos de esta Estrategia es que todos los textiles comercializados en la Unión Europea sean duraderos, reparables y reciclables, fabricados en gran parte a base de fibras procedentes de reciclaje, libres de sustancias peligrosas y producidos con respeto a los derechos sociales y el medio ambiente.
El ecodiseño a primer plano
La forma final de una prenda lista para ser adquirida está ligada a diversos procesos. Pero todo comienza con el diseño. Y en el futuro próximo este habrá de tener en cuenta conceptos como el ciclo de vida de esa prenda. Es el ecodiseño. Luchas Frochoso, Director de Proyectos de I+D del grupo de Sostenibilidad y Tecnología de Materiales del centro tecnológico valenciano AITEX, explica sus características: «el ecodiseño trata de cambiar la manera de generar o diseñar productos, teniendo en cuenta su impacto ambiental en todas las etapas de su ciclo de vida. Desde los materiales que requiere y que proceden de fuera de la empresa que lo fabrica, a los procesos y transformaciones, cómo se distribuye, cómo se utiliza, y, cuando termina su uso, cómo nos deshacemos de él.»
Comenzando por las telas, «una prenda hecha 100% con un solo material, algodón, lino, poliéster, etc., será mucho más sencilla de reciclar al final de su vida que si tiene muchos componentes mezclados». En este sentido, Frochoso destaca que «empieza a haber muchas prendas que se hacen con procedentes de reciclaje, cueros sostenibles, etc. Y también técnicas disponibles para alcanzar muchos de esos objetivos. Solo se requiere es mejorarlas y, sobre todo, cambiar mentalidades».,
Diseñadores y consumidores
Serán actores con un papel muy destacado en un proceso que «va a requerir diseñadores más preparados, tendrán que estar pendientes de más cuestiones y ser capaces de resolver aspectos más allá de si una prenda se vende o no».
En cuanto a los consumidores, «el fin de vida de una prenda puede ser técnico o estético. El primero es cuando una prenda ya no funciona, se rompe o deja de ser impermeable, por ejemplo. Y el estético, es cuando algo ya no me gusta porque la moda ha cambiado. Ahí están las prendas más duraderas estéticamente, menos a la moda y arriesgadas, y reparables». Frochoso es «optimista el papel de los consumidores, que ya buscan más las etiquetas de sostenibilidad y rechazan el greenwashing».
Desde su puesto en un centro tecnológico especializado en I+D textil, afirma «hay mucho movimiento en el sector». De hecho, grandes firmas, como Inditex, tienen ya líneas hechas con materiales procedentes de reciclaje y sostenibles. Además, afirma que «todo ello no tienen porqué revertir en precios finales más altos de la ropa, porque facilitan la vuelta a la producción cercana de los materiales».
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