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Medioambiente

Guía Práctica contra las olas de calor

El Observatorio de Cambio Climático lanza una guía para comunicar los riesgos del calor extremo en la salud

Las olas de calor ya no son una excepción cedida

Todo apunta a que las llamadas olas de calor han llegado para quedarse y se están convirtiendo en una verdadera amenaza para la salud en muchas regiones del mundo, que ven como los periodos de temperaturas inusualmente altas se prolongan y su frecuencia e intensidad aumenta, debido al cambio climático global.

Con el incremento de las temperaturas, el calor ya no es solo una molestia estacional: es un riesgo real y creciente para la salud, especialmente, en los grupos más vulnerables como niñas y niños, mayores, enfermos crónicos y personas en situación de pobreza o aislamiento social.

Para hacer frente a estas temperaturas extremas, resulta imprescindible contar con la información adecuada para que las personas, familias e instituciones puedan anticiparse y actuar de forma adecuada para minimizar los riesgos.

los expertos están de acuerdo en que el calor perjudica la salud, pero también dicen que la adaptación es capaz de reducir los impactos en la salud y salvar vidas, incluso a pesar del aumento de las temperaturas.

Por eso, junto a las políticas públicas para garantizar entornos más frescos, los hábitos autoprotectores frente al calor funcionan, pero su efectividad depende en gran medida de que la población los conozca, los entienda y pueda ponerlos en práctica.

En este contexto hay que enmarcar la iniciativa del Observatorio de Salud y Cambio Climático que ha elaborado una “Guía práctica de comunicación. Salud y calor. Verano 2025”, con el objetivo de mejorar la comunicación sobre los efectos del calor extremo en la salud y promover conductas de autoprotección ante el cambio climático.

La guía ofrece pautas precisas y prácticas dirigidas especialmente a quienes tienen la responsabilidad de informar porque con una comunicación bien diseñada, es posible alertar a tiempo y promover comportamientos que reduzcan los riesgos.

12 consejos para hacer frente a una ola de calor

1.Consultar los pronósticos meteorológicos locales y estar atento a las alertas de las autoridades de salud y protección civil.

2.Hidratarse constantemente, beber agua, aunque no se tenga sed, evitar bebidas con cafeína, alcohol o mucho azúcar.

3.Usar ropa ligera, de colores claros y tejidos naturales como el algodón; proteger la cabeza con gorras o sombreros.

4.Permanecer en lugares frescos, buscar refugio en zonas ventiladas, con sombra o aire acondicionado; evitar espacios cerrados y mal ventilados.

5.Evitar actividades al aire libre, especialmente entre las 12 y las 18 horas, cuando la radiación solar es mayor.

6.Refrescarse, utilizar paños húmedos, tomar duchas frías y mojarse la piel con frecuencia.

7.Ventilar la vivienda, abrir ventanas durante la noche y primeras horas de la mañana para refrescar el ambiente. Mantener cortinas o persianas cerradas para impedir la entrada de calor.

8.Colocar toallas húmedas en ventanas o puertas para refrescar el ambiente.

9.Evitar el uso de electrodomésticos que generen calor en horas centrales del día.

10.Preparar alimentos frescos, frutas, verduras y otros alimentos ligeros.

11.Proteger a personas vulnerables: mantener contacto frecuente con familiares, vecinos o amistades que puedan necesitar asistencia especial.

12.Cuidar a las mascotas, garantizar que tengan agua fresca y sombra y nunca dejarlas expuestas al sol y encerradas en vehículos

Las olas de calor ya no son una excepción. Son un reto de salud pública que exige preparación, información y acción. Con iniciativas como esta guía práctica, se avanza hacia una sociedad más consciente y mejor equipada para proteger su salud frente al aumento de temperaturas.

La comunicación juega un papel crucial, pero comunicar sobre calor y salud no es sencillo. El verano se asocia a emociones positivas, los mensajes de riesgo a menudo se perciben como excesivos si no se explican bien, y los comportamientos protectores no siempre se adoptan aunque sean fáciles y eficaces.

Mensajes principales sobre el impacto del calor en la salud

El calor enferma y mata. Las altas temperaturas tienen un fuerte impacto negativo en la salud, aumentando ingresos hospitalarios, agravando enfermedades existentes y provocando golpes de calor.

Aunque el calor afecta a todas las personas, existen factores de vulnerabilidad personales, ambientales, laborales o sociales y locales que intensifican sus efectos. La edad, el sexo, la existencia de patologías previas son los más importantes.

La adaptación es un conjunto de políticas públicas y comportamientos dirigidos a reducir o evitar los impactos negativos del calor. La evidencia científica muestra que la adaptación funciona y es capaz de compensar parcialmente los aumentos de temperaturas debido al cambio climático.

La temperatura a partir de la cual el calor impacta en la salud es diferente en cada parte de España dependiendo de la adaptación en esa región, que llamamos cultura del calor. 28ºC en Galicia pueden ser peores para la salud que 37ºC en Andalucía.

Los avisos Meteosalud tienen tres niveles de riesgo por calor para la salud (amarillo, naranja y rojo). El nivel de riesgo se incrementa por factores personales, ambientales, laborales y sociales que aumentan la vulnerabilidad.

Existen dos tipos de avisos por calor: las meteorológicas de AEMET y las Meteosalud del Ministerio de Sanidad. Los avisos Meteosalud por riesgo para la salud debido al calor son las más importantes para la ciudadanía, aunque las de AEMET cumplen otras funciones.

Los Planes Calor son estrategias de salud pública con las que las instituciones promueven los comportamientos adaptativos al calor. El «Plan Calor» del Ministerio de Sanidad define los umbrales de temperatura de impacto en salud, los niveles de aviso y las actuaciones para cada nivel.

Existe cierta coordinación multinivel y los planes estatales marcan directrices, pero la ejecución real final depende de las comunidades autónomas y los ayuntamientos.

El Observatorio de Salud y Cambio Climático (OSCC) del Gobierno de España ha presentado la ‘Guía práctica de comunicación. Salud y calor. Verano 2025’, un documento clave para mejorar la comunicación pública sobre los efectos del calor extremo en la salud y promover conductas de autoprotección ante el cambio climático.

En un contexto de veranos cada vez más extensos y calurosos, esta guía ofrece herramientas prácticas y recomendaciones basadas en evidencia científica para que periodistas, comunicadores institucionales, personal sanitario y responsables públicos puedan trasladar mensajes más eficaces a la ciudadanía sobre el calor extremo y sus graves consecuencias en la salud pública: según datos recogidos en la propia guía, los ingresos hospitalarios se incrementan hasta un 10% durante los episodios de altas temperaturas, afectando especialmente a mayores, personas con enfermedades crónicas y colectivos vulnerables.

La guía aporta herramientas basadas en evidencia para trasladar mensajes claros, útiles y coherentes que contribuyan a prevenir impactos sobre la salud, fomentando una sociedad más preparada y resiliente ante el calor extremo.

El documento recoge estrategias para fomentar la adaptación individual y colectiva mediante una comunicación clara, creíble y adaptada a los distintos públicos. Subraya la importancia de:

  • Enmarcar los mensajes en términos de alto riesgo y alta eficacia, promoviendo comportamientos sencillos y efectivos como hidratarse con frecuencia o evitar la exposición en horas de máximo calor.
  • Adaptar los mensajes a los distintos perfiles de vulnerabilidad, teniendo en cuenta factores sociales, económicos y territoriales.
  • Elegir adecuadamente el tono y los recursos visuales, evitando imágenes que refuercen la idea de disfrute sin riesgos.
  • Utilizar fuentes confiables como personal sanitario, meteorólogos o científicas/os para aumentar la credibilidad de los mensajes.
  • Apoyarse en las alertas del sistema Meteosalud, especialmente diseñado para valorar el riesgo del calor en función de la salud, y no solo del dato meteorológico.

Sistema de avisos Meteosalud

Meteosalud es el sistema oficial de avisos por riesgo para la salud por calor cuya finalidad es informar a la ciudadanía sobre el riesgo que suponen las altas temperaturas para la salud, especialmente en aquellas situaciones en las que el calor alcanza niveles peligrosos durante uno o varios días consecutivos. A diferencia de los avisos por fenómenos meteorológicos adversos de AEMET —que tienen un enfoque más general, dirigido a múltiples sectores—, los avisos Meteosalud están específicamente diseñados para advertir sobre riesgos sanitarios.

La guía para la comunicación en salud y calor recoge y explica la utilidad de este sistema, subrayando que los umbrales de riesgo se establecen a partir de análisis estadísticos que relacionan temperatura y mortalidad por zonas climáticas. Meteosalud publica cada mañana un mapa actualizado con los niveles de riesgo por calor previstos para el día y los dos siguientes, permitiendo a la población anticiparse y adoptar medidas de protección eficaces. Tanto AEMET como el Ministerio de Sanidad recomiendan que, en contextos de información sobre salud, se utilice preferentemente Meteosalud como referencia principal para advertir a la población del riesgo por calor extremo.

Observatorio de Salud y Cambio Climático

El OSCC, con la implicación de los ministerios para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, de Sanidad y de Ciencia, Innovación y Universidades, destaca por su composición interdisciplinar. Cuenta con representantes de la dirección general de Salud Pública; la Oficina Española de Cambio Climático; el Organismo autónomo Instituto de Salud Carlos III; la Agencia Estatal de Meteorología; la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición; la dirección general de Protección Civil y Emergencias; la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas; el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) o el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT).

El documento se enmarca en el trabajo del Observatorio para integrar la salud en la acción climática, y supone un nuevo paso hacia una comunicación pública más eficaz, empática y basada en ciencia que refuerce la resiliencia frente al aumento de olas de calor que ya está afectando al conjunto de la población, especialmente a personas mayores, con enfermedades crónicas o en situación de vulnerabilidad social.