Verde

Los retos de España para que la economía circular sea el motor económico

El Gobierno propone reducir los residuos, aumentar el gas renovable y generar empleo, pero esto solo será posible con mayor voluntad política, apoyo empresarial y financiación, según un informe de Moeve

Facilitar la simbiosis industrial para favorecer la economía circular
Un informe afirma que España precisa de mayor voluntad política, apoyo empresarial y financiaciónSímbiosy

España avanza hacia un modelo económico más sostenible y circular, y lo hace con paso firme, aunque no exento de retos. Es la conclusión que se desliga del último informe de Moeve, el «Energy Insight nº23», que desgrana las oportunidades y obstáculos de la economía circular en nuestro país, con un enfoque especial en el sector energético.

En la actualidad, la economía española es esencialmente lineal: tomamos recursos, fabricamos, consumimos y eliminamos. Pero este modelo no es sostenible. Necesitaremos más del doble de la superficie española para alimentar nuestro sistema económico, según el documento. Por eso, la Estrategia España Circular 2030 busca cambiar las reglas del juego, apostando por un sistema donde los productos y materiales se mantengan en uso el mayor tiempo posible.

«La economía circular es una alternativa al modelo económico lineal tradicional basado en el concepto "tomar-fabricar-consumir-eliminar", que usa recursos naturales de forma intensiva e impacta significativamente al medio ambiente», recuerda el informe, que propone conservar productos y materiales el mayor tiempo posible para «maximizar su valor y minimizar los residuos».

Economía circular del producto
Economía circular del productoMiguel RosellóLa Razón

Este enfoque no solo es más sostenible, sino que también representa una ventaja estratégica. Según la encuesta realizada por Moeve en colaboración con Capital Radio, el 80% de los directivos consultados por Moeve consideran la economía circular como un eje clave para la competitividad futura. No solo mejora la reputación y reduce costes (según el 74% y el 40% de las empresas, respectivamente), sino que es un semillero de innovación y nuevas oportunidades de negocio. Y el compromiso va más allá de la ley: solo un 31% lo hace por obligación normativa.

Además, el 54% de los directivos asegura que su empresa ha adoptado «mucho» o «bastante» los principios de economía circular. Y cuando se les pregunta dónde ven más potencial, el 62% señala el sector energético, especialmente en tecnologías como el biometano y los biocombustibles de segunda generación (2G), derivados de residuos y biomasa.

Así, el informe subraya el enorme potencial del sector energético en este cambio de paradigma. Tecnologías como el biogás y el biometano —producidos a partir de residuos agrícolas, ganaderos o industriales— permiten generar energía renovable local y reducir la dependencia de combustibles fósiles. Los biocombustibles líquidos de segunda generación (2G), como el biodiésel, el bioetanol o el SAF (sostenible para aviación), completan el pack circular para sectores difíciles de electrificar.

«Los biocombustibles 2G se obtienen usando biomasa, aceites usados u otros residuos como materia prima», y su ventaja clave es que «pueden emplearse como sustitutos de los combustibles fósiles sin alteraciones en los motores». De hecho, el informe detalla cómo el biometano, obtenido por upgrading del biogás, tiene «características similares al gas natural, siendo un sustituto renovable», aplicable en calefacción, transporte o generación eléctrica.

Así las cosas, entre los años 2012 y 2018, la economía circular generó 4 millones de empleos en la UE. Para 2030, se esperan más de 700.000 nuevos puestos, un 10% de ellos en España, muchos en zonas rurales. ¿La clave? Transformar residuos en recursos, con nuevas plantas, biorefinerías y sistemas inteligentes de gestión.

Pero no todo es oro verde. El documento advierte que «adaptarse a modelos circulares puede implicar en algunos casos costes añadidos para las empresas», algo que afecta particularmente a las pymes. El documento habla de un «tsunami regulatorio» que viene desde Bruselas y que acompaña al aumento progresivo de la exigencia en relación con los residuos y la economía circular, lo cual «implica tener que adaptarse a cambios y un mayor esfuerzo para cumplir con los estándares establecidos».

El informe señala que el impulso normativo europeo es clave para avanzar hacia la economía circular, pero también que puede convertirse en una barrera si no se acompaña de medidas de apoyo y coordinación. A esto se suma la necesidad de armonizar la normativa entre comunidades autónomas y el desafío tecnológico que implica desarrollar infraestructuras e I+D punteros, que por su alto coste y la falta de un entorno que acompañe su despliegue, en ocasiones genera incertidumbre para los desarrolladores de proyectos.

Pese a todo, la dirección está clara: España se ha propuesto reducir un 30% el consumo de materiales, un 15% la generación de residuos y mejorar otro 15% en eficiencia hídrica. Ambicioso, sí, pero posible si hay voluntad política, apoyo empresarial y financiación adecuada. En definitiva, el informe destaca que la economía circular es una necesidad, una oportunidad y una vía real para reinventar el modelo productivo español sin dejar a nadie atrás.