Las ayudas para el sector del Motor representan sólo un tercio de las necesarias

La declaración del Presidente Sánchez anunciando un plan de ayudas a la automoción por importe de 3.750 millones de euros ha dejado un poco frio a los directivos del sector, que habían presentado ante el ejecutivo un programa de inversiones que supondrían en torno a diez mil millones de pesetas. Estimaban los responsables de las empresas del motor que, si España va a recibir unas cantidades del orden de 150.000 millones de los fondos de la Unión Europea, no parecía exagerado destinar al menos el 7% en un sector que representa el 10% del PIB nacional, el 9% del empleo y es el segundo en importancia en la balanza nacional de pagos ya que exporta el 83% de su producción.

De lo que se puede saber en este momento del plan que presentará el Gobierno en el próximo Consejo de Ministros, los empresarios de automoción alaban el hecho de que haya un programa de ayudas para la renovación del parque automovilístico nacional, el segundo más viejo de Europa tras Grecia, y que tiene una antigüedad de 12,5 años. De hecho, ya estaba previsto un Plan Moves, dotado con 65 millones de euros, para la promoción del coche eléctrico. Unas ayudas que deberían haberse anunciado en el consejo de la semana pasada, pero que se postpusieron para incluirlas en el plan general.

Se alaba que en el nuevo plan de relanzamiento vayan a incluirse ayudas asimismo para los automóviles que cumplan las normas de bajas emisiones, independientemente de que lleven motores de gasolina o de gasóleo, ya que lo importante es el objetivo de descarbonización y de renovación del parque, con criterios de independencia tecnológica. Se cree que, dentro de este programa de ayudas, se pondrán en marcha un plan al estilo de los últimos Pive, cuya dotación mínima debería ser de, al menos, 250 millones de euros, para tratar de impulsar un mercado paralizado desde hace tres meses y que, como reconoce el ejecutivo, cada euro invertido en él tiene un retorno de 3,7 euros en el resto de la economía.

La falta de concreción de las palabras de Sánchez, que sólo anunció el monto total del plan, pero no sus características, deja la incógnita de si están preparadas dentro de este plan ayudas a los pequeños empresarios y autónomos, a las redes comerciales que llevan tres meses paralizadas, o a las fábricas establecidas en España en forma de beneficios fiscales o rebajas en la tributación. O inversiones en planes de mejora de infraestructuras para la exportación o rebajas en algunos costes, como la electricidad. Algo que se verá tras el consejo del martes y que aguardan con expectación las 17 plantas de producción establecidas en nuestro país.