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Futuro

Renault avanza en su objetivo: cero emisiones en 10 años

La marca francesa presenta el Emblème, un proyecto real de un SUV de grandes dimensiones que utiliza las últimas tecnologías para lograr una movilidad limpia, desde su fabricación hasta su reciclaje, en un futuro muy próximo

Renault avanza en su objetivo: cero emisiones en 10 años Renault

Aunque el objetivo de reducir las emisiones y la huella de carbono en la automoción es un objetivo que se plantean todos los fabricantes automovilísticos, Renault es una de las marcas que más ha avanzado en este terreno y, adelantando la normativa al respecto de la Unión Europea, tiene proyectos reales para lograr reducir las emisiones a un valor de cero netos y conseguir así la neutralidad de carbono en el año 2035. Con este objetivo nace el proyecto Embleme, que es un vehículo real que cumple el objetivo “Cero Neto”, pero sin comprometer el ADN de Renault. Hemos podido ver y sentarnos en un coche familiar de grandes dimensiones que puede hacer el mismo uso que uno de gasolina o diésel.

EmblèmeRenault

Un automóvil moderno, con 4,80 metros de largo, formas aerodinámicas que le dan una gran belleza, un peso limitado a 1.800 kilos y movido por baterías eléctricas complementadas con motores de hidrógeno que le aseguran una autonomía en modo solo eléctrico de 300 kilómetros y que, combinado con el combustible limpio de hidrógeno, puede llegar hasta los mil kilómetros. Un habitáculo espectacular con una gran pantalla panorámica que se extiende a lo largo de todo el salpicadero, de 1,2 metros de largo y 12 cm. de alto y una distancia entre ejes de 2,9 metros que asegura una buena habitabilidad interior y dos maleteros, delantero y trasero, con un volumen de 556 y 74 litros respectivamente. El techo panorámico lleva incorporado células solares que alimentan las baterías para aumentar la autonomía. El sistema de audio está compuesto por 14 altavoces en una configuración única diseñada por Jean-Michel Jarre.

EmblèmeRenault

En la aerodinámica, fundamental para reducir consumos y emisiones, se ha colaborado con el equipo Alpine Formula One Team y su túnel de viento digital que ha permitido optimizar la aerodinámica pasiva y activa hasta lograr una excelente penetración con un Cx de 0,60. Hay detalles muy avanzados en este aspecto, como la sustitución de los retrovisores por dos cámaras integradas en los pasos de rueda, los limpiaparabrisas ocultos bajo el capó y los tiradores de las puertas táctiles empotrados en la carrocería. En la parte inferior del paragolpes delantero, unas aletas se abren o cierran dependiendo de las necesidades de refrigeración de los componentes mecánicos y al fondo plano inspirado en la F1 se le ha añadido, debajo del paragolpes trasero, un difusor activo sale para equilibrar el flujo de aire superior y el flujo de aire inferior con el fin de minimizar la resistencia aerodinámica. Los neumáticos, estrechos y en llantas de 22 pulgadas, tienen baja resistencia a la rodadura.

Todas las tecnologías hacia el mismo fin

Para poder lograr estos resultados de disminución de la huella de carbono el cuaderno de trabajo de Renault especifica que ningún componente de la descarbonización debe tratarse de forma aislada. Esto significa trabajar en todo el ciclo de vida del vehículo ("de la cuna a la tumba") en torno a cinco ejes: ecodiseño, elección de recursos, fabricación, uso y fin de vida. Desarrollado por Ampere, Renault Emblème es el resultado de este enfoque. Una visión de vehículo familiar bajo en carbono de principio a fin, que emite un 90% menos de gases de efecto invernadero (CO2e) durante todo su ciclo de vida en comparación con los actuales vehículos en producción. La clave es una reducción del 70% de la huella de carbono en la producción de componentes, la integración de un 50% de materiales reciclados y el hecho de que casi todos los materiales utilizados sean reciclables al final de su vida útil.

EmblèmeRenault

El análisis de todo el ciclo permite evaluar cuantitativamente los impactos ambientales de un vehículo a lo largo de su vida. Desde la extracción de materias primas hasta la producción de componentes, pasando por el ensamblaje, el transporte, el uso del vehículo, su mantenimiento y, finalmente, su reciclaje. Se trata de una herramienta que permite calcular el potencial de calentamiento global vinculado a las emisiones de gases de efecto invernadero medidas en CO2 equivalente por vehículo. Renault Group ha elegido como base de cálculo los consumos reales de sus automóviles a lo largo de 200.000 km y 15 años. Se calcula que un modelo de combustible emite 50 toneladas de CO2. Y el proyecto Emblème alcanza solo 5 toneladas de CO2e desde la cuna hasta la tumba. Eso supone una reducción de casi el 90%. Para conseguir este resultado se analizan todos los procesos como el suministro de materias primas y piezas, la fabricación en las plantas de producción, el uso cuando el coche circula y su reciclaje en el fin de la vida del vehículo. El Renault Emblème es reciclable en más del 90%, lo que permite recuperar sus materiales al final de su vida útil y reincorporarlos al ciclo de producción.

EmblèmeRenault

En la industria del automóvil siete materiales y componentes representan el 90% de la huella de carbono: la batería, el acero, el aluminio, los polímeros, los componentes electrónicos, los neumáticos, la pila de combustible y su depósito. Por ello, toda la composición del vehículo ha sido escrupulosamente definida a través de un estricto pliego de condiciones remitido a los fabricantes de componentes para conseguir una reducción del 70% de la huella de carbono en la producción de los materiales: acero, aluminio, plásticos, neumáticos, electrónica, etc.

EmblèmeRenault

Desde el punto de vista mecánico incorpora un motor 100 % eléctrico de 160 KW, ya que, para una movilidad más libre de carbono, el modo eléctrico es hoy por hoy la solución ineludible. Este motor va impulsado de dos maneras: por una batería NMC (Níquel Manganeso Cobalto) de 40 kWh alojada bajo el piso y por una pila de combustible PEMFC de 30 kW alimentada por hidrógeno bajo en carbono a través de un depósito de 2,8 kilos de capacidad colocado bajo el capó delantero. Aunque en los últimos años se han logrado avances en la densidad energética de las baterías, aún no es suficiente para igualar a los vehículos térmicos en términos de autonomía y tiempo de viaje. Por este motivo, los ingenieros que han desarrollado Emblème también exploraron las posibilidades que ofrece el hidrógeno. Un gas que puede producir electricidad al quemarse en un motor de combustión u oxidarse en una pila de combustible, liberando únicamente agua. Su almacenamiento y producción están controlados y el tiempo de recarga en un surtidor de hidrógeno es rápido: un kilogramo por minuto. La combinación de la pila de combustible con una batería permite compaginar las ventajas de las dos tecnologías y ofrecer una mayor autonomía.

EmblèmeRenault

Durante los trayectos diarios el vehículo funciona como un coche eléctrico clásico cuya batería se carga mediante la frenada regenerativa, gracias a las células fotovoltaicas en el techo y desde una toma de recarga. Para viajes largos se prioriza el uso de la pila de combustible para reducir los tiempos de recarga gracias al hidrógeno. Sin emisiones de CO2 en el escape, Renault Emblème puede recorrer hasta 1.000 km en un tiempo equivalente al de un vehículo térmico: sin recarga eléctrica, con solo dos repostajes de hidrógeno completados en menos de cinco minutos, proporcionando 350 kilómetros de autonomía cada uno. En un viaje entre París y Marsella, el 75% de la electricidad consumida por el vehículo es producida por la pila de combustible, sin emitir más que agua.