Consejo del Agua del Segura aprueba con los votos divididos el Plan de Demarcación Hidrográfica

El Consejo del Agua de la Demarcación Hidrográfica del Segura ha aprobado este viernes el Plan Hidrológico de la cuenca para el periodo 2022-2027 con la oposición de los gobiernos andaluz y murciano y de gran parte de los regantes con recursos propios de la cuenca, con el resultado de 47 votos a favor, 26 en contra y 9 abstenciones.

El texto, que será enviado ahora al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), contempla la reducción de 105 hectómetros cúbicos (hm3) anuales desde la cabecera del Tajo, lo que haría inviable la producción de 12.000 hectáreas y la pérdida de 5.000 empleos y 122 millones de euros al año.

Antes de la reunión, el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats), Lucas Jiménez, ha considerado “muy atractivo” que el planeamiento de la cuenca recoja sus necesidades y las “consecuencias fatales” que tendrá el aumento de los caudales ecológicos en el Tajo para el regadío y el abastecimiento.

Jiménez ha recordado que la votación de hoy no era sobre el plan hidrológico del Tajo, que se votaba este viernes también en el Consejo del Agua de esa demarcación hidrográfica, sino que se está “juzgando” el plan del Segura.

Por su parte, el consejero murciano de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo, ha justificado el voto en contra del Gobierno regional porque el planeamiento “no resuelve los problemas” de la cuenca.

En este sentido, ha mencionado que el documento refleja un escenario de transferencias del Tajo de 295 hm3 anuales y no los 600 establecidos legalmente, así como que no ofrece “alternativas” a los acuíferos sobreexplotados, que en 2027 deberán cerrarse en virtud de una directiva europea.

Al principio de la reunión, a la que ha asistido el director general del Agua, Teodoro Estrela, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Mario Urrea, ha comunicado que denegaba la solicitud de varios participantes para posponer el consejo, con el objetivo de analizar detenidamente el documento y conocer el resultado de la votación del plan del Tajo antes de votar el del Segura.

El plan establece una demanda de los usuarios de la cuenca de 1.696,9 hm3 en 2021, que subirá a 1.707,2 hm3 en 2027 y a 1.718,1 hm3 en 2039, por encima de los recursos medios que la CHS prevé disponer en estas fechas (1.208 hm3 en 2021, 1.261 en 2027 y 1.244 en 2039).

Además, los estudios proyectan una reducción de las aportaciones previstas para 2039 del 9,9 % en un escenario medio y del 13 % en un escenario pesimista.

La CHS ha recordado en el planeamiento que, de los 540 hm3/año que pueden ser transferidos, legalmente, a la cuenca del Segura, procedentes de la cuenca del Tajo el aporte medio en destino ha sido de 300 hm3/año, una cantidad que, aplicando las reglas de explotación vigentes, se traducen unos 295 hm3/año.

Además, el organismo de cuenca resalta el “papel fundamental” de la desalinización, que cuenta actualmente con una capacidad máxima de producción de 334 hm3/año en la cuenca y de 404 hm3/año a partir de 2027.

No obstante, la CHS ha matizado que “no es esperable” que la producción real de las plantas alcance esa cantidad por la “elevada tarifa”, que “excede” la capacidad de pago de gran parte de los regantes.

Respecto a la situación de los 63 acuíferos de la cuenca, el documento advierte de que solo 20 presentan un buen estado global (un 32 %) y 43 presenta un mal estado global (un 69 %), entre ellos el cuaternario del Campo de Cartagena, que vierte al Mar Menor 8,5 hm3/año con concentraciones medias de nitratos próximas a los 200 mg/l.

La CHS ha apuntado que el plan hidrológico anterior (2015-2021) contemplaba un centenar de medidas para la mejora ambiental del Mar Menor, de las que 56 se consideraron de tipo prioritario, aunque solo 7 de estas medidas han sido finalizadas y otras 10 se encuentran actualmente en ejecución.

El organismo de la cuenca hace una previsión sobre acuíferos, estimando que en 2027 alcanzará el buen estado cuantitativo en las 63 masas subterráneas, pero solo el buen estado químico en 54 de ellas, no logrando alcanzar los objetivos en 9 de ellas.

Finalmente, el documento recoge el plan de inversiones previsto hasta 2027, que asciende a un total de 2.714,5 millones de euros, de los cuales el 26,92% se dedicará a la reducción de la contaminación puntual y difusa, el 28,81 % al incremento de recursos y el 25,75 % a medidas de protección frente a inundaciones.