Patrimonio

La acequia mayor Alquibla (Murcia) entra en la Lista Roja nacional del patrimonio cultural en peligro

El tramo de dos kilómetros entre la vía de Ferrocarril y el Canal de Torres en Aljucer presenta “daños graves generalizados” y “riesgo de inutilización”

La acequia mayor Alquibla entra en la Lista Roja nacional del patrimonio cultural en peligro
La acequia mayor Alquibla entra en la Lista Roja nacional del patrimonio cultural en peligroASOCIACIÓN AJVAASOCIACIÓN AJVA

La acequia mayor Alquibla, en el municipio de Murcia, ha entrado en la Lista Roja nacional del patrimonio cultural en peligro elaborada por la Asociación Hispania Nostra, nacida en noviembre de 2007 con el fin dar a conocer y proteger aquella parte del patrimonio cultural y natural que se encuentra en abandono y en peligro.

La acequia mayor de Barreras o Alquibla es una de las dos principales acequias de la red hidráulica de regadío y avenamiento de la huerta de Murcia, y está situada en la margen derecha del río Segura, según señala la Lista Roja en su página web.

Toma sus aguas del azud de la Contraparada por la zona del mediodía para regar las huertas y aportar agua a la fábrica de pólvora y a la rueda de Alcantarilla, y continuar por la zona sur de Puebla de Soto hasta cruzar subterráneamente la carretera de Alcantarilla y la línea del ferrocarril.

Siguiendo su trazado al este de San Ginés, atraviesa el centro de Aljucer y continúa paralela a la carretera hasta llegar al paraje denominado Las Barracas, antes de alcanzar el enlace Ronda Sur de la autovía. A partir de esta zona toma el nombre de acequia de Alfande. Desde el nacimiento hasta las Barracas hay una distancia aproximada de 11.600 metros.

Las acequias mayores son un fragmento importante de la historia de la ciudad de Murcia, ya que de ellas ha dependido la evolución de la población y su prosperidad. Actualmente siguen en uso con el trazado originario, distribuyendo el agua entre multitud de acequias menores.

En el recorrido de las acequias se encuentran varios inmuebles asociados que otorgan al Lugar de Interés Etnográfico un valor cultural complementario. A los valores paisajísticos se une un patrimonio inmaterial formado por tradiciones, costumbres y oficios vinculados al mantenimiento y uso de la extensa red de regadío de la huerta de Murcia, así como una riqueza lingüística fruto de la pervivencia de un vocabulario propio.

El tramo incluido en la Lista Roja tiene unos dos kilómetros y transcurre desde Nonduermas, tras cruzar bajo la vía del ferrocarril, pasando por Era Alta y San Ginés, hasta Aljucer.

El estado de conservación es “gravemente preocupante” y “representativo de la mala conservación general de esta acequia”, según señala la Lista Roja.

Así, en el recorrido se documentan hundimientos, colapsos de los muros de mampostería, reducción de la capacidad del cauce, desprendimientos, pérdida de vegetación; quemas de quijeros, ocupaciones con torres eléctricas, acumulación de basuras, falta de mantenimiento y limpieza, pérdida de la vegetación de ribera y presencia de materiales contaminantes como escombros, vertidos de obra y fibrocemento, entre otros daños.

El nombre de Alquibla se documenta bajo la misma forma desde el siglo XIII, y procede del árabe hispánico qibla o sur. En el catastro del Marqués de la Ensenada (1757) se puede leer como Acequia Mayor de las Barreras, seguramente por las muchas presas de molinos que se encontraban en ella.

La acequia mayor Alquibla fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Lugar de Interés Etnográfico por un expediente incoado por Resolución el 31 de julio de 2019. También el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) protege genéricamente los cauces de acequias y su vegetación asociada.

Según las mismas fuentes, se han denunciado ante la Dirección General de Patrimonio Cultural cuatro grandes hundimientos de los muros de mampostería, además de diversos puntos con hundimientos y colapsos, principalmente en Barrio de los Quilinos, Carril Párragas, Carril del Vizconde y Carril Canal de Torres.

Estos hundimientos se vienen agravando los últimos años, produciendo un “colapso generalizado” de los históricos muros de mampostería y poniendo en peligro la conservación de los quijeros, así como el funcionamiento y operatividad del cauce, tanto para el riego como para la distribución a acequias menores o la función de evacuación de aguas en caso de inundaciones.