Medio Ambiente
El calor acelera la presencia de procesionaria y pone en riesgo a cultivos y animales
La Región de Murcia iniciará el martes los trabajos terrestres para intentar evitar la plaga en los pinos y la menor afección a los visitantes
El Gobierno de la Región de Murcia adelanta 10 días el inicio de la campaña contra la procesionaria debido a las condiciones climáticas y el estado de las larvas. Está previsto que sea el martes día 30 de enero cuando comiencen los trabajos terrestres contra la procesionaria del pino en esta campaña. De esta forma, se intenta evitar la plaga en los pinos y también que afecte lo menos posible a los visitantes, ya que esta oruga es muy urticante e incluso peligrosa para los animales.
Así lo anunció la secretaria autonómica de Energía, Sostenibilidad y Acción Climática, María Cruz Ferreira, quien añadió que “la Administración regional es consciente de la preocupación social que genera esta plaga y debido a las altas temperaturas que está experimentando nuestra Región, desde la Dirección General de Patrimonio Natural y Acción Climática se ha tomado la decisión de comenzar las labores de lucha contra la procesionaria del pino antes de lo previsto”.
Los trabajos comenzarán en Murcia, más concretamente en la zona de Torreagüera y otras áreas en el Parque Regional de El Valle y Carrascoy; en el Castillo de Pliego, en la sierra de la Muela de Albudeite, en Bullas y otras áreas de uso público de Moratalla, Calasparra, Blanca, Ricote, Jumilla, Alhama, Lorca, Puerto Lumbreras y Mazarrón. Una campaña que cuenta con un presupuesto aproximado de 100.000 euros.
También se ha detectado la presencia de estas bolsas en Bigastro (Alicante), tal y como informó MeteOrihuela a través de sus redes sociales.
Está previsto intensificar las actuaciones de eliminación de bolsones y orugas en las áreas recreativas y zonas muy transitadas que, a juicio de los técnicos del Servicio de Defensa del Medio Natural, tienen una elevada densidad de bolsones y pueden impedir el uso recreativo de los espacios forestales.
En las fechas en las que nos encontramos, la procesionaria del pino está en su último estadio larvario, las orugas están resguardadas en los bolsones de seda durante el día, para evitar ser devoradas por sus enemigos naturales, y esperando el momento oportuno para descender por el tronco y enterrarse para completar su ciclo biológico. Los días en los que más ‘procesiones’ se ven, y por tanto los más peligrosos para la población, son los soleados desde principios de febrero hasta marzo, especialmente los días calurosos y de viento.
Se recomienda precaución a las personas que salgan a disfrutar del monte durante los meses de febrero y marzo, pues las procesiones y enterramientos serán visibles, debiendo evitar el tránsito por masas forestales donde se aprecien bolsones. Especial atención debe tenerse con los animales domésticos, que al comer u olfatear estas orugas pueden producirles cuadros alérgicos severos e incluso la muerte.
“Desde el año 2007, la Dirección General de Patrimonio Natural y Acción Climática, cuenta con un Plan de Lucha integrada contra la procesionaria del pino, mediante el cual anualmente y previa evaluación de los niveles de infestación por parte de los Agentes Medioambientales y técnicos del Servicio Competente en Sanidad Forestal, se realizan prácticas selvícolas destinadas a favorecer la vitalidad del arbolado”, concluyó María Cruz Ferreira.
La procesionaria del pino, Thaumetopoea pytiocampa, es el más importante defoliador de coníferas en el ámbito mediterráneo. El efecto más perjudicial que produce este insecto se deriva del carácter urticante de sus orugas sobre animales y personas, de manera que puede condicionar el uso público de los espacios naturales forestales al provocar reacciones alérgicas importantes sobre los usuarios.
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